Un ves mas, Jimin se encontraba sentado en su habitación, mirando algún punto fijo mientras escuchaba "Eigth" , envuelto en sus sábanas. Tocando con su mano la bofetada que su madre le había propinado hace unas horas debido a acusaciones de ella sin fondo alguno. Jimin por su lado amaba a su madre, la amaba muchísimo pero odiaba cuando se ponía asi, la beta era alguien dulce y amable pero, como el rayo podía cambiar á ser tu peor pesadilla. Jimin repasaba una y otra ves las cosas, buscando una solución pero no la había, la verdad estaba clara, sus padres había elegido a su hermana menor como la consentida, pasándole cualquier cosa y poniendo cualquier pretexto para no castigarle.
Eran ya las 10:56 de la noche cuando su teléfono sonó, sonrió al ver quien era y contestó.
-¿Estas en casa?- hablo su amigo
-¿A dónde más estaría tonto?- sarcástico pero dulce.
-Prepara una maleta sólo lo indispensable, vámos a Japón, paso por ti a la media noche, no hare ruido asi que trata de salir antes- colgo para no oír las excusas del pelinegro.
No lo pensó mucho, no había que hacerlo, los insultos y desprecios de su hermana no eran la mejor opción, y los de sus padres menos. Así que sin pensarlo más o menos. Tomó la primera maleta y se dispuso a meter todo lo que fuese a necesitar. Tomó sus auriculares, teléfono, cargador y laptop, su cosmetiquera y las metió al bolso de su espalda junto a sus ahorros. Se cambio por algo elegante y cómodo y guardo su maleta. Jimin se sentó en su escritorio y prendí su computadora reproduciendo la canción anterior por quinta ves consecutiva, dejando que el tiempo corra para irse. Alejarse por un momento de todo lo que lo lastima.
Las horas pasaron y el reloj marcaba la media noche más quince minutos, sus padres y hermana se habían dormido temprano esa noche. Con cuidado bajo la maleta primero y la dejo en la entrada, volvió por su bolso y dejo una nota en su puerta diciendo que estaría bien. Bajo con cuidado las escaleras y miro por última ves la casa, las luces del auto eliminaron intermitentemente la entrada avisando la llegada de su amigo. Tomo su bolso y maleta y abrió la puerta con cijilo, saliendo y cerrando con silencio, corrió hacia el auto del beta.
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Seokjin conducía tranquilo, con música que reproducía su teléfono en las bocinas del auto. -¿Estas bien?- pregunto el chico -Tienes la mejilla roja- con su mano libre acaricio la mejilla del bajito, Jimin sólo suspiro y disfruto del buen trato.
-Nada, mamá me golpeo- simple y sin importancia.
-¡¿Qué hizo que?!- la voz de Seokjin era casi histérica, sin dejar su vista al frente y sin quitar sus manos del volante. -¡¿Y por qué rayos no me has dicho eso?!¡Eres su hijo maldición!- la rabia y tristeza del mayor se notaba por sus poros.
- No lo se Jin, sólo no quiero hablar de eso y mejor dime- se acomodó en su asiento -¿Cómo vas con el moreno?- la mirada era pícara, como buscando algo.
-Pues...- una sonrisa apareció en los labios del mayor. - Vamos bien y de hecho, la semana pasada conocí a su familia- su mirada era la de un niño de primaria enamorado.
-Wow, encerio que as caído ante el- impresionado por ver así al mayor. -Sólo te pido ser quien organize tu boda- pidió.
Entre risas y burlas del bajito hacia su mayor sobre el Moreno, entre canciones y vistas del paisaje llegaron al aeropuerto, Seokjin estaciono el auto y bajaron, el mayor bajo las maletas y se pusieron en marcha. Tomando los papeles el mayor dejo a Jimin en una cafetería para arreglar todo el, llegada la hora, los dos chicos hacían la fila para abordar el avión directo a Tokyo.
