Primera Parte
Con uno de los trajes más caros que había en su guardarropa volvió a mirarse en el espejo del lujoso baño. Tenía la chaqueta abierta sobre su camisa húmeda, trató de acomodar el cuello de esta para luego rodear su cuello con la fina tela azul y jugueteó con ella unos minutos. Usando sus dedos acarició las costuras tratando de recordar cómo debía atarla, pero siendo sinceros, no quería usarla, no cuando ni estaba seguro de poder hacerle un nudo como solía hacerlo su pareja.
Dirigió la vista al espejo y aunque este estuviera empañado, podía ver lo mal que estaba. Acomodó su mojado cabello hacia atrás, sintió cómo de su frente se desprendían gotas que recorrían su cara para luego llegar a mezclarse con sus lágrimas.
Trató de contener la respiración unos minutos y apretó tan fuerte sus manos que sus uñas se enterraron en sus palmas. Ya más controlado buscó en el botiquín el descongestionante ocular y abusó de él para bajar el rojo de sus ojos, los cuales ya creía secos y con maquillaje trató de cubrir sus ojeras, cómo le habían recomendado hacer.
En resumen, estaba hecho un lío.
Mentiría si dijera que no había soñado ya con esta situación. Obviamente en sus sueños el contexto era diferente; su amante moría a causa de la edad y él tenía que vivir su luto como un adulto mucho más anciano, no a sus plenos 25 años.
Desde que se enteró de la noticia la noche anterior todo se volvió una pesadilla. Habían quedado para cenar juntos ese mismo día en su restaurante favorito, para celebrar el haber sobrevivido otra semana más sin matarse entre ellos, producto de una ardua y larga jornada de trabajo. Si bien sabían manejarse mutuamente, en el laboratorio salían a relucir sus riñas. Sabía la perfecta combinación que ambos hacían, era completamente consciente de ello. Compartían la inteligencia, las ganas de descubrir el mundo y entregarle a este lo mejor de ellos. Pero no podían evitar su natural comportamiento, el mayor podía ser un terco lleno de comentarios sarcásticos y el joven un chico explosivo. Independiente de ello en el área que quisieran desempeñarse sabía que juntos podían dar el 101%.
Pero todo se fue al diablo cuando recibió la llamada de Pepper. Nunca olvidará su voz en esa llamada, estaba tan rota. Desde el otro lado de la línea agradeció el por fin escucharlo, acompañado de un pesado suspiro le dio la mala noticia y le comentó que se había tomado la libertad de comenzar a organizar todo, porque ya sabía que él no tendría fuerzas para enfrentar aquello. Que bien le conocía.
Terminando esa llamada se escondió en el departamento que solían compartir cerca del centro de Manhattan a unos minutos de "East River", a 35 minutos de la multimillonaria empresa y a 27 minutos de la universidad a la que asistía. Una vez dentro en medio de la oscuridad lo recorrió para terminar en su habitación abrazando una de las almohadas, y así pasó el resto de la noche hasta el día siguiente cuando se dignó a responder el teléfono que había apagado.
Es por ello que estaba allí, en el cuarto de baño vistiendo el mejor de sus trajes, tratando de respirar y verse "decente". Tenía que despedirse de él y hablar con una decena de reporteros ese mismo día, según le habían informado.
Volvió a jalar su cabello hacia atrás y mandó al diablo la corbata, cambió su camisa mojada por un suéter negro de cuello alto y sobre este puso su chaqueta, sin más salió del departamento para subir en el vehículo que habían pedido para él, que llevaba esperando por casi más de 15 minutos.
Una vez dentro se disculpó, el chofer no dijo palabra alguna y encendió el motor y lo echó a andar. El recorrido que tomaron no le importó, estaba sumergido en todo lo vivido hasta hoy, con la cabeza pegada en el vidrio y la vista fija en la nada recorría las calles y cuando el trayecto llegó a su fin, ni lo notó y desde su sitio admiró el monumental edificio. Le hubiera gustado algo más privado, no la neogótica Catedral principal de Manhattan, pero al ser un personaje tan público entendía que más de alguien quisiera despedirlo tomando en cuenta todo lo que hizo por mejorar la vida de los demás.
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Mysterio
RomanceCon apenas 25 años Peter Parker estaba casado con Tony Stark y este tras un fatídico accidente fallece. Así es como Peter termina heredando toda la industria Stark junto con todos sus proyectos y problemas. Es por esto que Peter cae en un mar de emo...