Capítulo 7

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Desperté temprano con una jaqueca de mil demonios. Odiando a todo el mundo y en especial a J. Jonah Jameson, a su periódico, programa radial y noticiero, ¿Desde cuándo el hombre se volvió tan "figura local"?

El día anterior llegué al departamento apagué el celular y me tiré sobre la cama. No sé cómo lo hacen las personas de la farándula, cada vez que veo mi nombre en algo me dan ganas de gritar. Me escondí bajo las mantas y cubrí mi cabeza con la almohada esperando quedarme dormido, por suerte funcionó.

Salí de mi habitación en dirección al baño, para tomar una ducha caliente, servirá para calmarme un poco. El vapor junto con el sonido del agua cayendo siempre me ayuda a despejarme, a pensar mejor las cosas. Hoy me espera Matt para firmar el nuevo contrato que le pedí, ese donde renunció a todo el "legado Stark". Aún no sé como sentirme con ello, no me veo liderando algo tan grande.

Estoy seguro que Tony tenía muchas esperanzas en mí y realmente lo siento, pero no quiero esto.

No estoy preparado para esto Tony, hay tantas cosas para las cuales no me dejaste listo. Esto es algo que no sé cómo manejar y en cierto punto me asusta, me pasé la mayor parte del tiempo metido en un sueño, tres años de mi vida metido dentro de un paraíso que se fue al demonio... Me volviste tan dependiente y no lo había notado hasta ahora.

Frente a mi armario veo colgadas las corbatas y no puedo evitar ponerme triste.

No sé cómo atar una maldita corbata en mi cuello sin llorar. Tu eras quién solía acomodarla por mí. Me mimaste tanto... que me volviste inútil.

Por eso agradezco tener a Pepper en esta situación. Ella hará un mejor trabajo que yo, es la indicada para ello.

—Peter, se te está haciendo tarde —dijo May desde el otro lado de la puerta. Tocó dos veces y se abrió paso en el lugar tras decirle que podía pasar, me quedó mirando desde la entrada, se acercó a mí, limpié mi mejilla y ella tomó la tela que estaba colgando desde mis hombros. —Cariño... déjame ayudarte con eso —dijo juntando los extremos para comenzar a hacer el nudo. —Es un lindo color, combina con tus ojos.

El solía decir exactamente lo mismo, después de besarme.

Volví a limpiar mi mejilla y tomé aire, puse mis manos en los hombros de May y le agradecí con un beso en la frente.

—Gracias.

—¿Volverás temprano? —preguntó mirando el reloj.

—Sí —dije tratando de sonar estable—. Iré sólo por un rato, no estoy con humor para nada.

—Cualquier cosa avísame —dijo dándome un fuerte abrazo—. No prestes atención a lo que dice la gente, no es importante.

Asentí y salí del lugar, sin antes recoger las llaves que había dejado en la mesa el día anterior. tomé el ascensor hasta el primer piso, donde me esperaba Happy hablando por teléfono y subí en la parte trasera del auto sin interrumpirle y para cuando cerré la puerta cortó la llamada.

—Hola —dije acomodandome justo en el medio apoyando mis manos frente los asientos.

—¿Tienes tu teléfono apagado? —preguntó.

—Demonios, sí. —Seguramente le estuvieron molestando parte de la mañana por mi culpa, lo saqué del interior de mi chaqueta y lo encendí.

—Matt te está esperando, sólo es eso. Lo otro son quejas de Pepper —respondió riendo.

—¿Crees que estoy haciendo lo correcto? —pregunté recargando mi mejilla en el respaldo del asiento frente a mí, él dirigió su vista al retrovisor y luego volteó a verme, se tomó su tiempo antes de hablar.

MysterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora