Capítulo 6

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Desperté temprano por la mañana con el celular pegado a la cara, a pesar de que se marchó volvió a hablarme durante la tarde y continuamos hablando por mensajes hasta la madrugada. Se disculpó muchas veces por salir casi corriendo de allí, de paso me dio la dirección de donde vivía en caso de que en algún momento quisiera ir a hablar de algo. Dudo mucho el hacerlo la verdad...

Salí de la cama un poco más animado y en pijamas me dirigí a la cocina para preparar café y hacer el desayuno, abrí las cortinas para que entrara la luz y fui a despertar a May.

Toqué la puerta con cuidado, esperé unos segundos y giré la perilla para entrar en el lugar, aún estaba durmiendo. Apagué el despertador de la mesa de noche y me senté a su lado. Primero le hable bajito y tras su nula contestación opté por sacudirla un poco, me miró confundida y yo le di la mejor sonrisa que en ese momento podía ofrecer y sólo con este gesto sentí que volví muchos años en el tiempo, a cuando le despertaba por las mañanas para que preparara sus famosos panqueques de trigo con miel y mantequilla que tanto me gustan.

—Cariño ¿Sucede algo? —preguntó junto con un bostezo.

—No mucho, ¿hoy sales temprano? preparé tu famosa receta de desayuno.

—Tienes harina en la mejilla —dijo limpiándome con su pulgar—, déjame alistarme y ya te acompañaré —respondió echándome del lugar.

Serví el café en las tasas, en los platos la masa de trigo y les derramé miel justo en el centro de donde emanaba su vapor. May apareció por el pasillo saboreando el aroma de la masa caliente y me ayudó a llevar las cosas a la mesa.

—Te ves bien hoy ¿volverás a salir? —preguntó tomando un sorbo de su cafe.

—Sí, pero iré a la industria. Me siento mejor cuando estoy ocupado.

—Hmm, Pete esto está delicioso —dijo probando el dulce de su platillo—. Mucho mejor que los míos.

—Aduladora —respondí tomando de mi café negro ignorando su mirada, que tomé como si fuera una burla.

Luego del café me despedí de May, fui a arreglarme para volver a la empresa y matar el tiempo allí en cualquier cosa que pudiera hacer.

Llegando a la torre me escondí en el que solía ser mi planta, volví a usar la tela blanca sobre mi cuerpo. Me recibieron con miradas sorprendidas cuando me vieron pasar frente a las paredes de vidrio, otros simplemente no le dieron importancia, salvo por Harmon Furmintz miembro de la división bioquímica de la industria. Era el hombre que estaba buscando, mi antiguo supervisor trabajamos juntos el tiempo que duró mi pasantía aquí.

Entré en el lugar saludando con un gesto de mano en el aire y él con gusto avanzó en mi dirección con un sujetador de papeles en su mano y se plantó frente a mí.

—Es un gusto verte por aquí Parker —saludó el mayor palmeando mi hombro.

—Quería hablar sobre el proyecto regenerativo.

—Llamé ayer por la tarde a la persona a cargo y no hay información nueva, lo siento. —Suspiré desanimado ante la información, no habría mucho que hacer, sería un día perdido. —Pero eso no quita que podamos ir adelantando nuestra parte... en tal caso ¿No deberías estar en casa? —preguntó con tono de regaño.

—Prefiero mantenerme ocupado.

—No te diré qué hacer Peter ya eres un adulto, pero opino que un descanso te hará bien.

—¿No tienes algo en lo que pueda trabajar y ya? —respondí seco.

—Por ahora podrías ayudarme con los pasantes nuevos —dijo tendiéndome la tabla de madera en su mano—. Ahora mismo no tengo tiempo para recibirlos pertenecen al área de electricidad, pero le serviría conocer el lugar. No quiero sean como tu en tus primeros días, te perdías en todas partes y enviarte a buscar algo era un chiste —respondió riendo y yo agaché la cabeza apenado.

MysterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora