Capítulo 3

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—No quiero —dije cansado—, llevamos cerca de dos horas hablando sobre esto.

Esta era la discusión del siglo. Deberían llamar a los noticieros, el viudo no quiere la herencia y se rehúsa a quedarse con ella. Podría venderle la noticia al Bugle, les encanta escribir chismes sobre mí.

Luego de lo acontecido la madrugada del domingo, recibí un mensaje de Pepper citándome para hoy a las nueve y media de la mañana. No han pasado más de 3 días y ya necesitamos hablar sobre qué haremos con tu gigantesco imperio. Estos trámites suelen llegar a la semana, pero tenías que ser tú... Un genio con un enorme poder adquisitivo.

—Peter... Tony confiaba en que siguieras con esto —decía desilusionada y un tanto molesta—. Como su cónyuge te corresponde hacerte cargo.

—Lo siento, si quieres continúo como el Jefe de mi área, pero me niego a quedarme como dueño de todo, es más, quién debería dirigir esto eres tú. —Llevé la mano a mi sien y apreté con fuerza. —Llevas años trabajando para él, tú harás un mejor trabajo con todo esto —gesticulé con las manos tratando de abarcar un "todo" imaginario.

La mujer ante mí cambió su postura y desvié la mirada a los ventanales para ignorar la ira en sus ojos. —Te estás comportando como un niño —agregó molesta.

Aguanté la respiración unos segundos y la solté volviendo a mirarla, esta se cruzó de brazos sobre su asiento y seguido a ello también cruzó las piernas.

Iba a responder a su comentario, pero el tenue suspiro a mi costado hizo que lo pensara mejor. En la que solía ser tu antigua oficina en el último piso de esta imponente torre, nos encontramos discutiendo con un abogado como testigo. Se podría decir es uno de los pocos apoyos que me va quedando. Tras sus lentes oscuros puedo imaginar como cierra sus ojos tratando de no soltar una carcajada ante nuestros comentarios, pues en dos horas nos dijimos de todo, lo más delicado que escuché salir de sus labios fue eso último.

—No pienso firmar esto —le dije devolviéndole los papeles sobre la mesa de vidrio—. ¿Podrías hacer un nuevo contrato?

—Dices eso porque estás dolido, no desde la razón —interrumpió la mujer—. Aceptaré firmar ese acuerdo sólo si incluyes una cláusula en el —dijo viendo al abogado de Hell's Chicken. —Quiero que este contrato pueda ser modificado, hazlo temporal para cuando este tipo vuelva a entrar en razón. —Me apuntó dejando sus buenos modales a un lado. —De otra forma no lo aceptaré.

—Si quieres mi opinión profesional, es un buen acuerdo —comentó dirigiéndose a mí tomando los documentos que le tendí.

—Está bien —dije sin ganas y la pelirroja volvió a su encantadora personalidad.

Si estás viendo esta situación desde algún lugar no me odies Tony. Hubieras hecho exactamente lo mismo... y si mal no recuerdo en alguna ocasión lo hiciste ¿No? Por eso está tan enfadada. Otra vez le estoy cargando un imperio encima, pero bien sabemos que es la única que puede manejar esto. Si al final hubiera funcionado tu relación con ella, de todas formas iba a terminar como la dueña de todo... sin tener que obligarla obviamente.

Iba a volver a hablar pero su teléfono, que había silenciado al inicio de esta reunión volvió a vibrar dentro de su chaqueta. En el lapso de una hora había sonado aproximadamente más de 5 veces, al final optó por contestar, se disculpó y salió sin más de la oficina despidiéndose. Habíamos llegado a un acuerdo, no tenía más razones para estar ahí.

Tras cerrar la puerta, volvimos a quedar encerrados en esas cuatro paredes, tres de concreto y una de vidrio. Los lugares así sólo me hacen sentir como una especie de pez dentro de una pecera, tan expuesto, los edificios me juzgan a mis espalda y las personas dentro de ellas también lo hacen, lo sé. Si pudiera cubriría todo con telas, con la más resistente que hayan visto jamás. Prefiero vivir oculto como una araña.

MysterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora