Dos Nuevos Reclutas | I

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–¡Papá, Gi!–el pequeño de sonrisa encorazonada estaba tan feliz–¡Volvieron!.

–Por supuesto que volveríamos–alzó a su hijo menor en brazos–Hoseok, creo que creciste en estos dos días.

–Pronto estarás tan grande como papá–el pobre Yoongi se paraba de puntitas, reconociendo que no era tan alto a su edad.

–Vamos, entremos–Yeong-Gi abrió la puerta de la casa, que se rompió–Lo arreglaré en esta semana.

Para que se hagan una idea de dónde se encontraba su casa: En Dubai hay una parte de lujos, diamantes, edificios...y hay una pequeña parte escondida que está llena de pobreza, gente con hambre y miseria.
Ellos viven en la parte pobre, pero no tanta, del reino de Busan, aquella parte de la que se había olvidado la gente. Pero no todo era malo, Yeong-Gi por ser capitán de la Guardia podría hasta dejar su trabajo y vivir cómodamente con su esposa. Un solo hijo es un gasto, más dos bebés el doble de gasto...y que les digo si los tres son especiales para la comida. Aún así los aman un montón como para renunciar a una vida tranquila.

Cuando llegaron a la sala vieron a Myeong-Suk, madre de tres hijos, amamantar a su única bebé. Ansiosa pero sin poder levantarse, hizo una seña para que sus hombres se acercaran y le hicieron caso.

–¡Chicos! supe que hubo una tormenta, ¿Están bien?.

–Myeong, perdón por no venir aquí por la noche.

–La tormenta hace que la reina cierre el castillo para proteger a la gente que está ahí, por eso no pudimos salir–explicó el niño mayor–Papá durmió en una habitación que le dió el rey.

–¿Y tú?.

–Hice buenas relaciones amistosas con los príncipes de nuestro reino y del de Seúl, así que me convencieron de dormir con ellos. Le insistieron tanto a papá que me dejó ir–el capitán se sintió tan relajado por saber que su hijo cumpliría su palabra con la reina.

–¿Qué les parece si hoy comemos algo especial? Yo invito–sacó su celular–Ayer instalé una nueva aplicación, ¡se llama Glovo y nos trae comida!.

–Mamá, no creo que debas de jugar con el dinero. Puede salirnos caro.

–Pediré algo con carne de res–la cara de Yoongi se iluminó.

–¡No te preocupes, yo me llevaré a jugar a Hobi!–el mencionado recordó que quería hacer algo así que dejo de caminar–¿Qué pasa solecito?.

–¡Quiero comer helado!.

–¡Yo también!–Suk-Ja, quién había dejado de tomar leche, bajó del regazo de su madre y abrió la puerta.

–Mamá puede pedir helado por Glovo–miró a su madre que tenía una cara de dolor mientras miraba su celular–¿No?.

–Es un dineral...¡Ya sé! ¿Por qué no vas a comprar en la tienda de las Kim?.

–No mamá, él no me agrada...

–Vamos Yoon, solo te dijo que no tenían aceite. No es como si te hubiera golpeado.

–¡Pero me lo dijo con una cara de desprecio!–cómo no recordar el incidente si casi se hace en los pantalones.

–¡Vas a ir porque tus pequeños hermanos y tus padres quieren helado!–esa señora es fan de los dulces–Piénsalo así, si no superas "tu miedo" ¿Cómo planeas ser igual que tu padre?.

Esas palabras descolocaron al niño, solo se acercó y extendió la mano en la que le dieron el dinero y fue a la tienda.
¿Por qué decían que era miedo? solo no le agradaba el hijo de las Kim. Aunque muy en el fondo sabía que solo estaba inseguro de acercarse a otros niños mayores que él.

¡Maldición!, soy omega  |  Yoonmin/SujimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora