Lo Intentaré | XXIV

73 11 1
                                    

Min Yeong-Gi, capitán de la Guardia real y severo con su trabajo. Amaba a sus hijos, amaba los atardeceres, amaba su trabajo, amaba su vida.
Pero ama, ama a su esposa...lo digo en serio.
Todavía recuerda el día en que se conocieron, él todavía era un joven aprendiz cuando jugaba con sus amigos. La pelota fue muy lejos y para su sorpresa la trajo una hermosa señorita, una magnífica mujer con la que se había casado. ¿Recuerdan a la típica pareja de adultos que parecen quererse como si estuvieran en la escuela? Ellos son así.
No importaba cuantos años pasen, no importaba si ya no eran jóvenes, se seguían amando. Y por eso estaba realmente emocionado, pues en mucho tiempo tendrían una noche para los dos en un restaurante.
Lo tenía todo listo, su hijo mayor cuidaría a los gemelos con Namjoon. También prepararon la cena y hablaron con sus hijos menores para que no se asusten si se iban. Los números de emergencia estaban en la refrigeradora, si pasaba algo podían llamar a la policía o a algún otro contacto ahí...incluso al rey, si era necesario.
Solo falta arreglarse, Myeong-Suk estaba poniéndose hermosa para la ocasión y él solo debía secarse el cabello. Pero no encontraba el bendito secador.

–¿Hobi, viste el secador?

–No...pero hyung acaba de bañarse y puede que él lo tenga.

–¿Podrías pedirle eso prestado?–el cachorro negó–¿Pasa algo?

–Está melancólico desde que vino de la casa de Minnie hyung, tengo miedo de que me contagie su tristeza.

–No exageres.

–¡Verdad!–se escuchó un ruido desde la cocina–Con Suk-Ja haremos postres, ¿no les molesta no?

–Por supuesto que no, solo tengan cuidado.

–Gracias papá–sonrió solo como él sabía hacerlo–Disfruta con mamá–y se fue escaleras abajo.

Cambio de planes, iría a preguntar sobre lo que pasó y luego la secadora.
La puerta estaba justo al frente suyo, estaba semiabierta dejando ver al joven azabache mirando una toalla con un rostro penoso.

–¿La toalla te habló?–entró en la habitación y se acercó a su hijo.

–N-no–dejó de mirarla avergonzado para hacer un espacio en la cama.

–¿Sucede algo?

–¿Cómo sabes?

–Eres mi hijo, sé que cuando miras algo fijamente estas pensando mucho y no siempre son cosas alegres–tomó la toalla y la dejó en una mesa–¿Problemas en el paraíso?

–Papá, no lo digas así–sonrió–Es vergonzoso.

–Jóvenes–bufó e hizo reir al chico.

–Está bien–suspiró–Hoy conocí a una chica-

–No se te ocurrirá...

–¡No!–gritó–Sabes como me siento con Minnie, no podría dejarlo.

–Pero-

–Un ejemplo, ¿dejarías a mamá por la modelo más hermosa del mundo?

–No–respondió con firmeza.

–Es exactamente lo que quiero decir, no importa quien se aparezca no planeo dejar a mi omega. La cuestión es que la chica que conocí es mi nueva pareja para un proyecto, pero no es tan malo porque nos volvimos amigos. Es una chica buena ¿sabes?, nos reunimos después de clases para arreglar lo del proyecto y en medio de eso recibo una llamada.

–¿De quién?

–De Minnie, estaba en celo y por eso hoy no fuimos a pasear o algo así. Pero mejoró y bueno, dijo que fuera para mimarlo...¿captas?

¡Maldición!, soy omega  |  Yoonmin/SujimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora