¿Porqué tenemos que volver a la tierra?
¿Acaso alguien quiere?
Pues sí, Jeon Jungkook, un chico que se cuela en mi vida de vez en cuando quiere, no, lo desea....
Quién diría que por su culpa pueda llegar a aceptar visitar nuestro planeta de origen...
Pasaban ya cuatro meses y parecía como si todos hubieran olvidado lo sucedido. Los venidos del cielo se habían vuelto perfectos terrestres, habían aprendido las costumbres, pasado por felices fiestas, aprendido cómo comportarse e incluso T/N había conseguido un trabajo a medio tiempo haciendo palomitas y nachos en el cine.
Era domingo por la tarde y Taehyung y Jungkook se encontraban en el nuevo jardín de la casa de la señora Park. Tras diversas clases de botánica de la señora Park, Taehyung había decidido volver pasos atrás hasta el lugar en el que encontró las flores moradas ese día de la caída. Las encontró y decidió plantarlas haciendo su propio jardín.
—¿Te gusta? —Le preguntó a Jungkook mirando las flores.
—Son muy bonitas
Ese día era muy importante para Taehyung. Lo había escogido para hacer algo y no olvidarlo.
Sonrió, puso su mano sobre la de Jungkook y lo tumbó sobre las flores y bajo su cuerpo. Lo miró, pensando que era la persona más perfecta que había conocido y dijo unas palabras de gloria.
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—Estemos juntos por siempre. Nunca te separes de mí.
Estrechaba la mano del menor con fuerza. No podía liberarse de su sonrisa. Jungkook lo miró sin entender, pero después todo pareció cobrar sentido cuando Taehyung se acercó y juntó sus labios con los suyos con dulzura.
—No sé porqué fue tan difícil, tampoco porqué me costó tanto tiempo y esfuerzo para decirte que me gustas más que estas estúpidas flores. No puedo dejar de pensar en tí pero no te das cuenta.
Los labios del menor quedaron entreabiertos, cerró los ojos y empezó a llover, recordando aquel día en el que sus cuerpos estuvieron tan cerca por primera vez bajo el túnel de Seúl.
Se miraban sin respuesta. Jungkook no había dicho nada pero ni tan sólo era suficiente, estaba claro que había estado rendido ante su mayor desde ya hacía tiempo, sólo que el mayor no se había dado cuenta.
—Yo también te quiero tonto
Respondió al fin el menor, y enseñó la peculiar sonrisa que a Taehyung tanto le gustaba ver. Alzó la mano que quedaba libre y tocó la punta de la nariz de Taehyung.
— Me dan envidia —Susurró para sí mismo el joven que estaba observando a la pareja tras la ventana.
—No mires pues.
T/N se podía considerar la que más había trabajado durante esos meses. A demás de conseguir trabajo logró encontrar su viejo teléfono gracias a un viejo detector de metales que halló junto a las Harleys de la señora Park y no descansó hasta dar con él. Le había estado costando los ratos libres, pero gracias a no rendirse estaba a punto de recuperar todos los mensajes del casi destrozado teléfono antiguo. Ya tan sólo hacía falta dar a "Aceptar y..."
