No me pagan lo suficiente

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(Narrador omnisciente)

Dos Harleys circulaban por el camino que daba a la carretera. Una, pilotada por el chico de cabellos ondulados, que se movía de forma peligrosa por el difícil terreno. Llevaba una velocidad elevada pero no le importaba demasiado, pues de la cintura le agarraban unos brazos finos y pálidos que hacían poco más que temblar muy de vez en cuando, demostrando aferrarse a la vida.

En la otra estaban la abuela y el nieto. La señora habría sido una experta en sus buenos tiempos, pues presumía de una agilidad quimérica para su edad, cercana a los ochenta. El nieto había querido ir con ella después de haber estado un buen rato intentando razonar. Él no se podía quedar solo en esa casa, sería ilegal quedarse con T/N, quien no confiaba mucho en él.

No llevaban cascos por lo que ya estaban siendo prácticamente ilegales, pero no habían tenido tiempo para buscarlos pues Jungkook cada vez estaba peor.

La espera aparentemente había acabado en aparcar las dos Harleys en el aparcamiento del hospital. El menor en altura fue el primero en bajar y entrar para hablar de la situación con los médicos. Era un problema el que le pidieran la identificación de Jungkook.

—Él está muy mal. Deben llevárselo de urgencias. Rápido. —Indicó Park Jimin sudoroso y pálido por el mareo que traía encima del viaje en moto.

—Está bien. Está bien. Aunque necesitaríamos su identificación.

—Él tiene de eso –Afirmó Taehyung entrando por la puerta corrediza con el menor a cuestas. Hizo un gesto con la palma de la mano para que se esperasen. No era un gesto nada para interpretativo para nadie de allí, ya que era típico del satélite. Sentó a Jungkook en una de las sillas y empezó a mirar dentro de su camisa hasta dar con el número  tatuado del final del cuello a la clavícula— Mirad, 1993.

Todos miraron a Taehyung extrañados, incluso la anciana, a quien no le gustaban mucho los tatuajes.

—No me parece bien que tenga eso ahí tan jovencito.

—Es el número de identificación –Insistió Taehyung, a lo que el médico que había estado hablando con Jimin hizo una mueca extraña cruzándose de brazos. –No importa. Tenemos que internarlo o empeorará.

JiMin realizó una reverencia. No mucho después se llevaron a Jungkook en camilla hacia una sala.

Era una habitación pequeña pero acogedora. Tenía unas ventanas grandes que la habrían hecho bastante luminosa si no fuera que estaban tapadas por cortinas blancas. La cama era cómoda, aunque tenía los típicos aparatos de hospital por los lados, aparatos que incluso se podían ver en el satélite.

Taehyung siguió la camilla hasta la cama con la escusa de ser el hermano del menor,el primo de Jimin y nieto de la anciana. Se habían preparado una tapadera en apenas segundos.

Pero a pesar de Taehyung haberse salido con la suya no sería por mucho tiempo. Entró un doctor y le pidió que saliera de la habitación, por lo que tuvo que quedarse esperando pacientemente en la sala de espera. Un lugar terrible si todas las ancianas ya habían tomado las revistas del corazón.

—Rápido. La abuela no está. Cuentame todo de pe a pa. ¿Qué es ese número del cuello de Jungkook? ¿A qué habéis venido a la tierra aliens?

—¿Ah? ¿De nuevo insistes con eso? Creo que ya estuvimos hablando del tema en la pizzería. —Murmuró Taehyung sin estar de humor para eso.

—No, no lo hicimos –espetó Jimin, cuya paciencia se acababa– Te fuiste al baño y acabaste por no explicarme nada. No puedo confiar en vosotros y ayudaros si no sé ni si sois humanos.

Mis chicos terrestres (BTS × BTS+tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora