Magic Café

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Los gritos de felicidad se escuchaban en el piso de buena mañana. Estaba sólo, por lo que gritaba a la nada.
Jin se había despertado junto al gallo simulado por el despertador y no había refunfuñado ni un poquito.

Había corrido sobre el parqué descalzo de puntillas y sacado un nuevo conjunto, el cual se puso sobre el pijama de estampado de alpacas con gran ilusión ,mirando su reflejo en el espejo y lanzándose miles de halagos.

Pero no fue suficiente con él, sino que necesitaba ponérselo y así hizo.

-Oh Jin, ¡no podrías haber escogido mejor! ¡¡Esto conjunta a la perfección con el Magic Cafe!!

Pero nada duraba para siempre, pues Jin tenía tiempo y no podía estarse en las nubes. En una hora abría su café y no concebía cómo contener tanto entusiasmo en un sólo cuerpo.

Se dijo un "hoy estás guapísimo", se puso su calzado y bajó las escaleras olvidando la existencia del ascensor en ruinas.
Llamó a T/N por el camino, quien intentó calmar sus humos, y en quedar cara a cara con el lugar en el que tanto esfuerzo había gastado esos últimos tres meses para restaurar se le formó una fina sonrisa y colgó a su amiga sin previo aviso.

-Nos vemos las caras Magic Café

Miró a los lados sin sacar la sonrisa de sus labios. Las primeras caras se empezaban a ver. Niños iban a la escuela, ancianos salían a cumplir con sus paseos matutinos y las colas de los perros se movían de forma enérgica de lado a lado por ser sacados a pasear.

Sacó las llaves, totalmente nuevas y abrió la puerta pensando en que partir de ese día aquello se convertiría en rutina.

El Magic Café había costado sus dineros, pero aunque Jin no se diera los lujos,el dinero no era ningún problema para él. Venía de una familia en la que el dinero se encontraba hasta debajo de la moqueta, quizá por eso nunca había sido avaricioso con nada. Salvo con el diseño de su nuevo local ... Claro está.

Era grande para ser una cafetería, las sillas de madera estaban colocadas milimétricamente, las macetas color blanco combinaban con la pared de piedras de un blanco roto en la que estaban colgadas, y diversas plantas a demás de las de las macetas se escapaban para formar trepadoras de flores rosas a lo largo de la pared, hasta llegar a los cristales, en los cuales no se podía encontrar ni una mota de polvo.
Y lo mejor para Jin, después de las pizarras negras colgadas tras el mostrador que quería llenar de frases bonitas era la gran cantidad de espejos en donde quedar mirando su tan perfecta cara.

Era tal y cómo él se lo imaginó, incluso había conseguido un peluche de una alpaca para ponerlo sobre el mostrador.

Preparó todo y en sentirse preparado colocó el cartel de "abierto".

Se plantó tras el mostrador y miró al reloj esperando a que los panecillos de nueces se acabasen de hacer

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Se plantó tras el mostrador y miró al reloj esperando a que los panecillos de nueces se acabasen de hacer. Él podía hacerlo sólo, tenía un gran talento para la cocina y nadie se lo negaría, pero había intentado convencer a Taehyung, Jungkook o Jimin para que lo ayudasen, más que nada para no estar solo.
Ellos no habían dicho que no, de hecho habían aceptado puesto a que la abuela estaba cansada de verlos todo el día merodeando por la casa, pero dijeron que irían por la tarde puesto a que no eran capaces de despertar antes de las doce.

Mis chicos terrestres (BTS × BTS+tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora