Capítulo 1

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María José

‐¿Puedes soltarme? - grité cuando Daniela me inmovilizó contra la pared. Sus dedos me apretaban el brazo con fuerza, lastimándome.

-¡Si no me dices lo que estabas haciendo allí sola con ese idiota, no te soltaré!

-No es de tu incumbencia. ¡Preocúpate por tu maldita vida! - grité.

-Sí es de mi incumbencia. Eres mía... - dijo y sus ojos se agrandaron. -Mi... mi hermana. Y no quiero verte liándote con cualquiera.

-Mario no es cualquiera. Y no estoy liándome con nadie. E incluso si lo estuviera, soy la mayor, no tienes ningún poder sobre mí - dije y ahora Daniela parecía furiosa.

-¡Esto no se quedará así! - Apretó mi brazo con más fuerza y pegó su cuerpo al mío. Ella había estado haciendo esto últimamente y no entendía por qué. Se acercó aún más temí por lo que iba a hacer.

-¡Aléjate de mí! - Grité una vez más y me solté de ella. Daniela ha estado comportándose de manera muy extraña últimamente. Siempre tuvo sus momentos de celos conmigo, pero estaba pasando todos los límites. Llegó al punto de agredir a un amigo mío por sus celos.

Siempre hemos sido muy cercanas. Estudiamos en la misma escuela y pasamos la mayor parte del tiempo solas en casa ya que nuestros padres solo trabajan. Daniela tiene 16 años, un año menor que yo, y está en el segundo año de la secundaria. Amaba a mi hermana cuando no se ponía de esta manera.

Daniela siempre ha sido una niña dulce desde el primer día que la vi en ese orfanato. Ella solo tenía dos años y yo tres. Mi madre, Marta, permitió que yo conociera a los niños un poco antes y luego elegir uno para ir a casa con nosotros. Daniela era una niña muy inteligente y carente. Siempre se aferraba a las personas que iban allá y no fue diferente conmigo y con mis padres. Quería que se fuera a casa conmigo, pero nos costó llevarla después de saber que Daniela era diferente a otras niñas, por eso sus padres biológicos la había dejado allí. Daniela nació intersexual. Era difícil de entender y mis padres quedaron con un pie atrás después de saberlo.

Pero finalmente adoptaron a Daniela. Siempre hemos vivido bien y mis padres decidieron que no le dirían a Daniela sobre la adopción. Preferían que ella nunca supiera que había sido rechazada por ser diferente.

Ahora a los 16 años, Daniela estaba muy cambiada. Era más alta que yo, era más fuerte y tenía el cuerpo tonificado. Practicaba Jiu Jitsu y natación en la escuela. Eso la estaba haciendo un poco más agresiva de lo que ya era. Daniela estaba con un comportamiento completamente alterado. Era bruta, agresiva y muy celosa. Yo no entendía esos celos enfermizos y a veces llegaba a ser extraño.

Daniela no era de estar con las chicas de la escuela. Era muy callada y hasta entonces no la había visto con alguna novia. No sabía si ella me lo escondía, pero no me metía en su vida en absoluto. Daniela era como una sombra detrás de mí en todas partes. Se quejaba hasta de mi ropa. Antes no era así, fue después de que cambiamos de escuela y me hice popular. Todos caían a mis pies, matarían por estar conmigo y eso molestaba a Daniela.

-Daniela, sin teléfono en la mesa - dijo papá.Daniela resopló y golpeó el telefóno en la mesa prestando atención a su comida. Ella estaba frente a mí y mi madre mi lado.

-Germán, Daniela me dijo que ya no quieres pagar sus clases de francés... - Mamá comentó y todos la miramos.

-Ella ni siquiera va a las clases, cariño. No gastaré mi dinero en vano. Voy a invertir en Poché, que es más dedicada. Sé que no me arrepentiré. - dijo papá y lo miré. Me dio una pequeña sonrisa y traté de corresponder. No me gustaba cuando hablaba así, sabía que eso hería a Daniela. Pero era cierto, a ella no le importaba mucho sus estudios, también le iba mal en la escuela y eso me preocupaba.

-¿Te gustaría saber que tu hijita favorita estaba en una habitación de la casa de Laura con el idiota de Mario? - dijo Daniela aún mirando su plato y yo tragué en seco. No podía creer que ella estuviera diciendo eso.

-Es mentira - hablé de inmediato y ella me miró. Su cara estaba roja y parecía estar furiosa.

-No lo es, y tengo pruebas. Todo el mundo sabe que te lo estás follando.

-¡Daniela! - Mamá le reprendió.

-María José, ¿es eso cierto? - Papá me preguntó y mis ojos se agrandaron. Daniela tenía una pequeña sonrisa en el rostro.

-Claro que no, papá. Daniela está mintiendo. - Intenté sonar convincente y papá miró a Daniela. Parecía furioso ahora. Germán confiaba en mí, solo bastaba con que dijera algo y él se lo creía. Pero esta vez estaba mintiendo. Sí, estaba con Mario, pero no había pasado mucho ese día en la habitación. Daniela solo quería joderme porque estaba celosa.

-Juro que no estoy mintiendo, papá - Daniela habló con un poco de desesperación ahora, sabiendo que papá odiaba cuando inventaba las cosas. -La saqué de la habitación. Ella estaba allí con él.

-No estábamos haciendo nada. Laura estaba con nosotros, puedes preguntarle a ella, papá. - dije y Daniela parecía estar más desesperada que nunca. Ella acostumbraba a inventar cosas sobre mí, cosas que no veía, pero de las que hablaba. Es por eso que papá no le creía mucho y cuando ella mentía, recibía algún castigo.

-Papá, lo juro. Vero estaba conmigo, ella vio a María José sola con Mario en la habitación.

-Cállate, Daniela- gritó papá y Daniela se asustó. -Llamaré a Vero y a Laura y descubrirémos quién está diciendo la verdad. - Sentí una desesperación apoderarse de mí. Laura no estaba conmigo ese día y Vero había visto exactamente lo que vio Daniela . No podía dejar que las llamara. Necesitaba actuar.

-Papá, puedes cofiar en mí. Daniela solo está con esos estúpidos celos, hasta me agredió cuando no quise darle explicaciones... - dije y él que estaba de pie y de espaldas, se volteó inmediatamente hacia mí. -Ella pensó que yo había estado con Mario, pero no es cierto. Ella me lastimó de nuevo... - Dije, mostrando las marcas en mi brazo. Daniela no me había golpeado, pero esas marcas eran de tanto que sus dedos me apretaron mientras me obligaba a decirle lo que había hecho con Mario. Sabía que mentir al respecto era un golpe bajo, pero ella también me había jodido. Nada más justo que joderla también.

-Daniela, sube a tu habitación ahora. Vamos a conversar. - Ese "Vamos a conversar" no era exactamente un "conversar". Me asusté un poco, no quería que Daniela se lastimara, pero papá nunca lo tomaba con calma cuando ella me agredía. Daniela me lanzó una mirada fulminante y salió. Papá suspiró y miró a mamá.

-No seas tan rudo con ella - dijo mamá y papá bufó.

-Se merece mucho más de lo que tendrá - dijo y me estremecí. Me sentía culpable y sabía que Daniela se vengaría más tarde. Pero yo no podía hacer nada más. Luego papá salió y fue a la habitación de Daniela.

Adoptada(Adaptación Caché G!p)- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora