Capítulo 16

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POCHÉ

Podría decir que nunca me gustó tener miedo. Mi corazón latía tan fuerte en mi pecho que llegaba a doler, mis piernas comenzaban a temblar, el temblor se elevaba a través de mi cuerpo hasta hacer presión en mi cabeza. Estaba realmente aterrorizada mirando al hombre frente a mí. Mi padre. En mi mente vagaban todos los recuerdos, todo lo que había pasado. Ahora él sabía que estaba embarazada y quería explicaciones. Solo podía sentirme mareada y más enferma que nunca. Estaba preocupada por mi bebé. Le estaba pidiendo mentalmente a Dios que lo protegiera. No quería perderlo.

Daniela se puso frente a mí y encaró a Germán. Sus facciones decían que lo enfrentaría, eso no terminaría bien. Tenía mucho miedo.

-¿Estás embarazada? - Mi padre repitió la pregunta y me quedé inmóvil. -¡Contéstame, Poché! ¿Le diste este disgusto a tu padre? ¿Es eso? ¡Actuaste como una zorra! - Gritó, agarrándome fuertemente de los brazos. Solo agrandé mis ojos sin poder reaccionar. Mi corazón latía con fuerza y vi el momento en que tendría un ataque al corazón.

-¡Déjala en paz! ¡Ni siquiera eres su padre! - Daniela gritó y mi padre la miró con odio en los ojos.

-¿Qué dijiste? - Se volteó hacia ella enojado y la empujó contra la pared. Siempre era así, se enojaba y se descargaba con ella. No podía dejar que eso pasara de nuevo.

Sentí una mano apartándome de mi padre y Daniela y vi que era Paula. Seguí sin reacción viendo a mi padre a pocos centímetros de Daniela, pero ella también parecía tener odio y no se intimidaba.

-Dije que no eres su padre... - Daniela repitió con una sonrisa cínica en su rostro y comencé a temblar involuntariamente. Lo estaba provocando. Por Dios. Ella no podía hacer eso.

-¡Sí soy su padre y no la dejaré tener ese hijo! —Germán gritó aún acorralando a Daniela en la pared de las escaleras.

-¡Esa es su elección! - Gritó Daniela y Germán la golpeó fuertemente en la cara. Los ojos de Daniela se llenaron de lágrimas, su rostro estaba rojo, parecía tener odio en su mirada. Mi corazón casi salió por mi boca cuando ella empezó a querer golpearlo, pero Germán era mucho más grande y la sostenía sin mucha dificultad. Su mano estaba magullada y no tenía cómo defenderse.

-¿Te volviste loca? - gritó Germán y sin más ni menos empujó a Daniela por las escaleras. Fui tomada por un pánico tan fuerte que comencé a luchar en los brazos de Paula. Ella me sujetó cuando quise correr para ayudarla. No quería ver eso, no quería ver a Daniela lastimándose para protegerme.

-Tienes que quedarte aquí, Poché. ¡Estás embarazada! - Paula intentaba decir mientras me revolvía en sus brazos tratando de ir a ayudar a Daniela. Ella estaba en el suelo tratando de levantarse. Solo podía llorar y rogar que ese hombre no le hiciera nada malo.

Mi llanto era tan doloroso que no emitía ningún sonido, sentía la fuerte angustia y el peso del gran problema cayendo sobre nuestras espaldas. Ese era el precio de nuestras elecciones. Era doloroso.

-¡No trates de enfrentarme! - Germán levantó a Daniela del suelo y la agarró por el cuello. -¡Yo mando aquí! ¡Ustedes son mis hijas y harán lo que yo quiera!

-Me alejaste de mi madre, no dejaré que me quites a mi hijo - Dijo Daniela y yo, que intentaba soltarme de Paula, me detuve de inmediato. Eso no podía estar pasando.

-¿Qué? - Dijo Germán agrandando los ojos.

-Oh, Dios mío... - dijo Paula en un hilo de voz. -Ella se lo dirá, Poché. ¡Él las matará!

-Eso que escuchaste. El bebé que carga Poché en su vientre es mío. Estamos enamoradas y vamos a tener un hijo - Daniela hablaba y Germán parecía estar en estado de shock. -¿Cómo se siente, Germán? - Daniela preguntó sonriendo irónicamente y al segundo siguiente el puño de Germán golpeaba cada parte de su cuerpo. Todo se hizo más lento. Me sentí mareada, con náuseas y el aire comenzó a faltarme, casi no lo sentía en mis pulmones.

—¡Para! ¡Por favor! - Grité tan fuerte y alto con la expectativa que el dolor que sentía se fuera junto al eco del grito. La estaba golpeando. Daniela no lo merecía. Luché en los brazos de Paula. Necesitaba ayudarla. Germán la tiró al suelo y le dio una fuerte patada en la costilla. Daniela se encogió y pareció haberse rendido. No podía dejarla sola. No podía pasar por esto sola. -¡Paula, por favor! ¡Suéltame!

-¡No puedo! - Paula dijo con la voz llorosa. Las náuseas me dejaban aún peor, estaba a punto de perder el conocimiento.

-Paula. Por favor. Por favor - Prácticamente rogué cuando lo vi patear el estómago de Daniela. Ella ya ni siquiera parecía tener fuerzas. Bajé la cabeza sintiendo un dolor en el pecho. Mis lágrimas fluían libremente por mis mejillas. Daniela estaba casi inconsciente y no podía hacer nada. Respiré hondo, tratando de controlar las ganas de vomitar que insistía en venir.

-Dios mío, ¡va a matarla! - Dijo mi madre y la miré. Ella también lloraba, pero parecía estar tan asustada como yo.

-Paula... - Forcé nuevamente intentando soltarme y esta vez me soltó. Estaba lista para ir a ayudar a Daniela, pero Paula fue más rápida. Se paró frente a Daniela y se inclinó abrazándola como si fuera a protegerla de los golpes de Germán.

-¿Quieres acompañarla, Paula? - Germán dijo riendo y mi cuerpo se estremeció.

-Tu padre está loco - dijo mi madre y la miré. Mi madre parecía estar en shock. -¿Qué hicieron, hijas?

-Lo siento - dije y ya estaba yendo hacia Daniela, pero esta vez mi madre me detuvo. -No lo pensará dos veces antes de golpearte el vientre. No puedo dejar que te vayas... - Dijo Marta sujetándome y mis ojos se agrandaron. Incluso después de enterarse de que el hijo era de Daniela, ella no quería que lo perdiera.

Germán estaba listo para atacar a Paula y Daniela, hasta que se abrió la puerta y vi a Vale y Laura pasando con Sebastián y Jeremy. Me había olvidado de los dos y automáticamente me sentí aliviada porque ellas habían pensado en llamar a Sebastián.

-¿Golpeando a niñas, Germán? - dijo Jeremy y golpeó a Germán con fuerza. -Pelea con alguien de tu tamaño. Golpear a niñas es muy fácil.

-¿Tú otra vez? - Germán exclamó enojado y estaba a punto de atacar a Jeremy, pero él sacó un arma de su cintura haciendo que Germán se detuviera en su lugar. Todos nos asustamos con eso.

-Sube a la habitación. Tenemos que hablar - dijo Jeremy apuntando con el arma a Germán y él subió las escaleras yendo a la habitación.

Corrí rápidamente hacia donde estaba Daniela y me dejé caer en el suelo sintiendo las lágrimas corriendo por mis mejillas. Mi corazón estaba herido. Sentí su dolor. Daniela cumplió con todo lo que dijo. Ella lo enfrentó, no retrocedió ni una vez. Daniela luchó por las dos y por nuestro hijo. No podía sentir nada más que un enorme amor por ella.

-Perdóname, mi amor - le dije sosteniendo su rostro. Tenía un corte cerca del ojo y de la boca. Estaba débil en el piso y eso me estaba dando un fuerte apretón en el pecho.

-Está bien, amor. Tranquila. Estaremos bien - Daniela dijo débilmente y asentí. Incluso toda golpeada y tirada en el piso estaba tratando de calmarme.

-La llevaré al auto - Dijo Sebastián tomando a Daniela en sus brazos. -Paula, toma el auto de Daniela y sigue al mío. Las llevaré a mi casa. Estarán a salvo allí - dijo Sebastián y Paula fue a buscar las llaves del auto.

Fuimos rápidamente al auto, entre en el asiento trasero y Sebastián puso a Daniela allí con su cabeza en mi regazo. Él se metió en el asiento del conductor y mis ojos se abrieron grandes cuando mi madre entró en el asiento pasajero.

-¿No les importa si voy? No quiero quedarme sola con su padre. No lo soporto más y quiero saber toda esta historia - dijo Marta y Sebastián me miró desconfiado.

-Sí puedes. Pero ya no pelees con ellas. Ya tuvieron bastante - dijo Sebastián y Marta asintió.

-Traje el kit de primeros auxilios para curar las heridas de mi hija - dijo volteándose hacia el asiento trasero y acarició la mejilla de Daniela que sonrió débilmente.

Sebastián salió de allí rápidamente y fuimos a su casa. Estuve todo el tiempo tratando de calmar a Daniela , que parecía tener un fuerte dolor en las costillas. Germán no se lo tomó con calma, Daniela estaba muy herida y solo podía sentirme culpable por todo.

Llegamos a la casa de Sebastián y tomó a Daniela nuevamente en sus brazos y la llevó dentro de la casa.Mafe estaba allí adentro angustiada y cuando vio a Daniela, comenzó a llorar.

-¡Ese hombre es un monstruo! - dijo Mafe mientras se ocupaba de las heridas de Daniela con Marta.

-Me duele mucho la costilla, mamá - se quejó Daniela y Marta y Mafe la miraron. Lo divertido fue cuando las dos atendieron cuando Daniela dijo "mamá".

-¿No será mejor llevarla al hospital? - dije angustiada. Estaba mirando desde lejos, me angustiaba no poder estar cerca de ella. Quería estar a solas con Daniela y cuidarla. Todo era culpa mía. Era mi obligación cuidarla.

-Toma una bolsa con hielo. Creo que solo es el golpe, no es una fractura - Dijo mi mamá y besó la frente de Daniela. -Estarás bien, mi ángel.

Las chicas llegaron e intentaron tranquilizarnos de alguna manera. Daniela no parecía estar triste, incluso parecía contenta. Paula, Laura y Vale eran esenciales como siempre.

-No le tuve miedo. Fui allí y lo enfrenté... - Dijo Paula presumiendo para Laura y Valentina.

-¡Mentira! Ella solo me abrazó - Dijo Daniela y Paula le dio un golpe en el brazo y Daniela gimió de dolor.

-Me puse frente a él solo diciendo: Si quieres pelear puedes venir, estoy más que preparada para patear tu gordo y viejo trasero - Dijo Paula y todos se echaron a reír. Estaba feliz de que nos relajáramos un poco.

Pasamos un largo tiempo hablando. Marta nos pidió que le contáramos todo lo que descubrimos y lo hicimos con la ayuda de Mafe, que parecía más feliz que nunca al saber que Daniela ya sabía que era su madre. Descubrí que mi padre en realidad se llama Juan Carlos y que había abandonado a mi madre cuando supo que estaba embarazada. Ella conoció a Germán y él se ofreció para cuidar del bebé, que en este caso era yo.

-¿Entonces él te la quitó para que yo no descubriera nada? -Marta le preguntó a Mafe y ella asintió.

-Cuando supe que él adoptó a su propia hija y le estaba mintiendo a todos quise contarlo, pero fui amenazada muchas veces. Después que me casé con Jeremy ya no le tuve miedo a Germán. Es policía y sabía que podía ayudarme - dijo Mafe con lágrimas en los ojos. -Marta, si no te importa, quiero hablar un poco con las chicas a solas — Dijo Mafe y Marta asintió saliendo de allí.

-¿Estás sintiendo mucho dolor, amor? - Me senté cerca de Daniela y ella sonrió tomando mi mano.

-Un poco. Pero pasará - Dijo acariciando mi mano. -¿Cómo te estás sintiendo? ¿Sientes náuseas?

-Ahora se me pasó. Pero me puse muy nerviosa. No podía hacer nada porque mi madre y Paula no me dejaban acercarme.

-Hicieron bien. Él también querría lastimarte y golpearte a ti y a nuestro bebé. - Daniela estiró su mano para acariciar mi vientre.

-No puedo creer que voy a ser abuela - dijo Mafe alegremente y nos reímos. -Ahora hablaré en serio niñas - dijo Mafe y la miramos. -Pueden quedarse aquí si quieren. No puedo verlas corriendo peligro a manos de ese hombre. Quédense aquí, estarán protegidas, mi nieto estará protegido. - Ella tomó mi mano y la de Daniela. -Hay una pequeña casa aquí atrás, Sebastián medio que vivía allí, pero pasó por un mal momento y ahora prefiere quedarse aquí con nosotros. Si quieren y creen estar listas, es de ustedes.

-Dios, no puedes estar hablando en serio... - Dijo Daniela con los ojos muy abiertos.

-Daniela, querías que te ayudara a conseguir un empleo después de enterarte del embarazo de Poché. No imaginas lo orgullosa que estaba de que quisieras ser independiente para cuidar de las personas que amas... - Mafe hablaba y mis ojos estaban llenos de lágrimas. Daniela estaba demostrando que no importa la edad o cualquier mala situación, cuando amamos a alguien de verdad, siempre encontramos una manera de hacerlo funcionar. -No te lo dije, pero soy dueña de una franquicia de gimnasios. Sebastián da clases de Jiu-Jistsu en unos de ellos y puedes enseñar con él hasta que llegues al cinturón negro, luego puedes enseñar en otro sola. No estorbará tus estudios ni nada de eso.

-Muchas gracias, mamá - Dijo Daniela e intentó abrazarla, pero su cuerpo estaba adolorido. -Fuiste un ángel en nuestras vidas. No te imaginas lo aliviada que estoy de saber todo esto - Daniela decía acelerada y yo solo podía sonreír. Por primera vez desde que comenzamos, me sentí tranquila y feliz. Sin peso en la conciencia, sin remordimientos, sin miedo. Era un alivio. Parecía que habíamos encontrado la luz al final del túnel.

Después de un rato hablando, Mafe nos dejó solas en la habitación. Todo lo que quería era agarrar a Daniela con toda la fuerza del mundo, pero la pobre apenas podía moverse. Solo me acosté a su lado en la cama disculpándome por centésima vez no haberla ayudado cuando Germán la golpeó.

-Amor, iba a hacerte perder al bebé. ¿Estás loca? - Daniela hablaba mientras yo acariciaba su cabello.

-Pero no merecías haber pasado por todo sola.

—Nada que valga la pena es fácil - Dijo Daniela y yo sonreí. Ella me miró y sentí mi garganta apretarse al ver su carita magullada.

-Todo estará bien ahora. Cuidaré de ti y de este bebé con mi vida - Dije honestamente y Daniela me acarició el vientre.

-Esta semana ya sabremos el sexo de mi bodoquito - Dijo Daniela con una voz melosa jugando con mi barriga.

-Estoy ansiosa por ver la carita de mi angelito. - Acaricié mi vientre, sonriendo. Ese buen sentimiento tomándome de vuelta. El amor por mi bebé me hacía sonreír como una idiota.

-Necesitamos estar dispuestas a librarnos de la vida que estábamos viviendo, para poder vivir la vida que nos espera. - Ella tiró de mis mejillas pegando nuestras frentes. -Lo prometo, Poché. Te haré muy feliz. Solo prométeme que serás mía y me dejarás cuidarte...

-No hay nada en esta vida que esté más dispuesta a hacer que ser tuya — Dije verdaderamente y ella me sonrió ampliamente. Y allí me di cuenta de que realmente la amaba. Mi sentimiento por ella ahora era otro. El sentimiento más puro de amor.

No podía tener otro sentimiento después de todo lo que hizo Daniela. Hay relaciones, que comienzan mal y funcionan, relaciones que comienzan bien y salen mal, lo que determina todo es si la tratarás todos lo días como la persona correcta o incorrecta en tu vida. Antes pensaba que era incorrecta, pero ahora podía ver que Daniela era la cosa más correcta en mi vida.

No dejaría que nada se interpusiera entre nosotras. No me importaba lo que dirían. Lo que sentíamos era verdadero y nada cambiaría eso. Estaba destinada a hacerlo funcionar.

Adoptada(Adaptación Caché G!p)- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora