Capítulo 22

9.2K 337 4
                                    

DANIELA

Apenas podía razonar. Esa escena me mareaba, todo estaba girando a mi alrededor. Sentía mi cabeza palpitar y mi cuerpo frío, parecía que había muerto por uno momento. No sabía cómo actuar. Mi pecho ardía, todo mi cuerpo temblaba. Mi pecho subía y bajaba sin parar. Necesitaba ayudar a Poché .

Me dejé caer en el suelo junto a Poché y aparté el pelo que le cubría la cara. Ella estaba inconsciente. Por Dios, sentía qur todo estaba en cámara lenta. Traté de ponerla boca arriba y mis ojos casi se salieron de órbita cuando vi el gran corte en su frente. De ahí salía toda la sangre. No podía entrar en shock ahora, necesitaba ayudarla.

Agarré la pequeña toalla cerca del fregadero y pude ver que todo estaba sucio allí. Había estado vomitando. No podía creer lo que estaba viendo. Mojé la toalla y me acerqué a ella nuevamente, colocando su cabeza en mi muslo.

-¿Poché? Por el amor de Dios, amor - Puse la toalla encima del corte para detener el sangrado. -¿Poché? ¿Me estás escuchando? Amor, por favor, ¡despierta! - Dije un poco desesperada moviendo su rostro. Ninguna reacción. Estaba empezando a ponerme mal.

La volví a dejar en el suelo correctamente y salí del baño. Corrí hacia la casa de mi madre justo en frente y casi me llevé la puerta. Estaba sin aliento, mi espalda dolía, mis pulmones rogaban por aire, estaba olvidando de cómo se respiraba. Poché estaba inconsciente en el baño con un horrible corte en la frente. Había perdido mucha sangre. Estuvo vomitando. Debía estar débil. Eso no podía estar pasando.

-¿Qué pasó? - Jeremy preguntó angustiado, luego Mafe apareció a su lado.

-Poché cayó en el baño. Hay sangre por todos lados. Está inconsciente... - Traté de hablar, pero mi llanto de desesperación casi no me dejaba. Jeremy fue corriendo hacia el baño y lo seguí. Llegué allí y él también estaba tratando de despertarla, pero ella seguía inconsciente. La visión de mi Poché acostada en el suelo, inconsciente, sin poder hacer nada, con esa herida, la cara manchada de sangre, hasta su cabello. Eso era demasiado para mí. Sentía una gran opresión en mi pecho, no estuve con ella. No la protegí. Me sentía una inútil.

-¡Toma las llaves del auto! ¡Tenemos que llevarla a un hospital ahora! - Jeremy tomó a Poché en sus brazos y la levantó yendo casi corriendo al auto. Mafe se quedaría en casa con Salo y le avisaría al resto lo que pasó. Fuimos rápidamente al hospital. Solo podía llorar e implorar que estuviera bien.

No podía creer todo lo que vi. Esa imagen rondaba en mi cabeza. Quería que estuviera bien pronto. Quería saber el por qué de eso, por qué Poché llegó a este punto. Podría haber muerto, podría haber perdido a Poché para siempre y eso me torturaba. No podía dejar que eso pasara.

───────

Había pasado más de tres horas en ese hospital esperando noticias. Lo único que sabía es que su condición era estable. Incluso fui a su habitación, pero solo la miré desde la puerta, ella dormía tranquilamente. Llevaba una venda en la cabeza y ropa del hospital. Esa escena definitivamente me rompió el corazón.

Paula y Laura habían ido a comer, estaban allí conmigo esperando noticias. No podía decir siquiera una palabra. Estaba sentada con las manos dentro del abrigo con la capucha en la cabeza y miraba hacia el suelo. No podía sacar eso de mi mente. No podía dejar de pensar en cualquier razón para que todo eso haya ocurrido.

-¿Quieres café? - Escuché una voz familiar y miré, era mi madre Marta. Llevaba puesto el uniforme del hospital. Tomé el café de su mano sin decir nada y ella se sentó a mi lado. -¿Cómo te estás sintiendo?


-¿Cómo crees que estoy? - La miré y ella suspiró. Tomé un sorbo del café amargo y volví a mirar el suelo.

-Ella estará bien. Poché vomitó demasiado, hizo mucho esfuerzo, tuvo un mareo y cayó en el baño. El corte fue por el golpe, pero no tuvo ningún trauma.

-Tuvo mucha suerte de no haber tenido un traumatismo. Por el corte en su cabeza, el golped debió haber sido fuerte - Dije recordándome nuevamente la escena de Poché en el baño. Cerré los ojos y sacudí la cabeza tratando de apartar esas imágenes.

-Cuando Poché tenía 8 años, se subió al auto después de un día de escuela y dijo "Mamá, podemos ir a Mc Donalds sin problemas" - Dijo Marta y la miré. -Lo dijo con tanta emoción que tenía curiosidad por saber el motivo de su felicidad - Vi los ojos de Marta llenarse de lágrimas. -Le pregunté qué había pasado y ella me dijo "Mamá, aprendí que puedo comer lo que quiera, tanto como quiera y para no engordar lo vomito todo después"... - Marta bajó la cabeza y llevé mi mano a su espalda. -En ese momento no le dí mucha importancia, pero si sabía que haría esto...

-Es una enfermedad, mamá. Lo ha tenido durante mucho tiempo, nunca supe cómo ayudar. Al menos lo intentaba, pero es complicado - Dije acariciando la espalda de mi madre que lloraba. Estaba intentando ser firme, pero era casi imposible, eso había sido un golpe muy duro y no podía concentrarme en no llorar.

Sentí que me picaban los ojos y me levanté de la silla saliendo del hospital. Me detuve cerca de una baranda y saqué una caja de cigarros de mi bolsillo. No era de fumar, pero cada vez que estaba estresada o ansiosa no podí evitarl hacerlo. Encendí un cigarro dando una fuerte calada, me recosté contra la barandilla y dejé que cayeran las lágrimas. Me sentía mal, me sentía impotente por no haber hecho que Poché se sintiera bien consigo misma en estos días. Solo quería saber qué decirle en esos momentos, pero ni siquiera sabía cómo actuaría cuando la viera.

-Dani... - Paula me llamó y la miré dándole otra calada al cigarro. -Es mejor que vayas a casa...

-¿Estás loca? Quiero verla... - Dije un poco molesta y Paula suspiró.

- Fui a verla y Poché dejo muy en claro que no quiere visitas - Dijo Paula y sentí mi garganta apretarse. -Ella está avergonzada, Daniela . Está con una venda en la cabeza, tuvo seis puntos. Está con suero. Necesita descansar. Está agotada. Si vas a verla solo la pondrás nerviosa.

-Solo quería... - Iba a decir, pero mi garganta se cerró. Miré a mi alrededor tratando de evitar que Paula me viera llorando. Poché no quería verme, estuve allí todo el tiempo, y ella no quería verme. Le di una última calada a mi cigarro y lo tiré mirándola de nuevo.

-Es mejor, Daniela. Mejor déjala sola para pensar en lo que hizo - Dijo Paula y me detuve un tiempo pensando en qué hacer. Definitivamente no estaba bien, Poché tampoco. Ni siquiera sabía lo que iba a decirle después de eso. Tal vez era mejor dejarla sola para pensar. -Dijo que te llamaría más tarde...

-Está bien - Solo asentí y pasé por Paula sin decir nada más. Fui a mi auto y me fui. Sentí que mi cabeza latía, probablemente estaba pensando demasiado. Parecía que las cosas estaban saliendo de lugar nuevamente, pero necesitaba ser fuerte frente a todo, alguien tenía que serlo y era obvio que me lo dejarían a mí.

───────

-¿No vas a dormir, amiguito? - Le pregunté a Salomón que estaba de pie en mi ragazo tratando de agarrarse a la madera de la cama. Eran las dos de la madrugada y el pequeño no daba señales de sueño. Estaba más agitado de lo normal. -Hey, acuéstate aquí... - Lo puse acostado en mi cama y él gruñó mientras agitaba sus piernas sin parar. Lo encontraba muy lindo cuando lo hacía. Agarró su propio pie y se lo llevó a la boca. Me quedé mirándolo y ni siquiera me di cuenta de que estaba sonriendo. Tuve el hijo más hermoso del mundo.

Pasé los canales de televisión y busqué alguna caricatura, a él le encantaba ver. Me levanté de la cama y lo dejé allí yendo a la cocina para buscar su biberón. Ya no aguantaba el sueño y Salo aún no dormía. Extrañaba a Poché, ella ya sabía lidiar perfectamente con Salo y con ella en casa él dormía a las 9. Conmigo ya pasaban de las dos y él seguía sin dormir.

-¿Sabes agarrarlo? - pregunté sentándome a su lado en la cama, él solo miraba el biberón un poco desesperado. -Ya tienes 6 meses, necesitas aprender - Lo levanté y le di el biberón en la boca. Después de un cierto tiempo pude ver los ojos de mi hijo pesando. Lo acosté con la mayor delicadeza del mundo y nos cubrí a los dos con la manta. Desafortunadamente no tenía a Poché allí para que la cama estuviera llena. Traté de no pensar en ella en ese momento o volvería a llorar, sabía que al día siguiente ella vendría a buscarme, de lo contrario, yo iría tras ella.

───────

Estaba en mi auto con Sebastián frente a mi escuela. No había ido a clase hoy, solo estaba esperando a que sea la hora del descanso para hablar con Juliana. Quería que supiera que lo que le hizo y dijo a Poché tuvo resultado. También quería matarla, pero lamentablemente no podía. Vi a algunas personas saliendo de la escuela y allí estaba ella con sus amigos. Sonreí y miré a Sebastián , él parecía un poco preocupado.

-Sin agresión, ¿entendido? - Dijo Sebastián y sonreí asintiendo. Confieso que realmente quería golpear a alguien, pero tenía que controlarme. Daba clases de Jiu-Jitsu, lo que me impedía tener peleas fuera de los entrenamientos. Eso era una mierda.

Bajé del auto y fui hasta donde estaban ellos. Juliana sonreía y al verme se puso seria. Me reí viendo al ver que se iba, pero fui más rápida y tomé su brazo para detenerla.

-¿Huyendo de mí, bonita? - Sonreí y la acerqué a mí. Se quedó mirándome y sentí que su respiración se hacía más pesada.

-¿Qué quieres?

-Hablar. Estoy segura de que extrañas nuestras conversaciones - Dije sonriendo maliciosamente y Juliana me miró angustiada. Ella sabía que no quería tener que ver nada con ella, solo estaba disimulando al tener demasiadas personas allí. Miró a sus amigos y luego a mí.

-Está bien - Selena se liberó de mi agarre y nos alejamos de esas personas. Nos detuvimos cerca de unos autos en el estacionamiento de la escuela y ella me miró. -¿Viniste a amenazarme?

-No. Quiero decir, un poco - Me recosté contra un auto y ella estaba atenta a cada movimiento que hacía, claramente asustada. -Quería avisarte que Poché está en el hospital.

-¿Y qué tengo que ver con eso?

-Mucho. Poché parecía estar bien hasta que le dijiste toda esa mierda ese día. Ella tiene una enfermedad que tú también debes tener y la mitad de las chicas de esta escuela, ya que le haces la vida imposible a todas ellas - Dije ya sintiéndome un poco nerviosa. Odiaba la idea de que esas chicas molestaran a otras por los malditos estándares de belleza.

Adoptada(Adaptación Caché G!p)- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora