Adoptada(Adaptación Caché G!p)- Terminada

Capítulo 12

                                                     
DANIELA

Una de las cosas más importantes que aprendí después de comenzar a visitar niños con cáncer en hospitales, fue el valor que le debemos dar a cada cosa que sucede en nuestra vida, hasta las más pequeñas cosas, todo tiene su valor. Aprendía mucho con esos niños. Veía lo felices que estaban con todo, les enseñaron a ver siempre el lado positivo de la vida. Puede pasar algo horrible, pero podemos tratar de verle el lado bueno y enfocarnos en ello. Estaba aprendiendo a darle valor a todo con ellos, solo niños que no podían tener tanto tiempo, niños que querían vivir más tiempo, pero el cáncer los dominaba, cada día un poco más. Eso me rompía el corazón en pedazos.

Eso era en lo que estaba pensando ahora, en lo que más pensaba. Niños. Siempre me había llevado bien con ellos y ahora visitando hospitales y orfanatos con Sebastián, había empeorado un poco. Y lo peor era que quería uno, ¿absurdo? Podría ser. ¿Qué daño me haría? Muchos. ¿Pero a quién le importa?

A veces la vida nos da posibilidades que es un pecado no aceptar. Me gusta pensar así: si hacemos lo que el corazón manda, más adelante, todo tiene una explicación. Por eso, hago a mi suerte. Soy fiel a lo que siento.

También pensaba en Poché. No podía negarlo, estaba enamorada de ella. ¿Qué pueden decir? "Es una locura estar enamorada de tu hermana" "Es una locura querer tener un hijo con ella". ¿A quién le importa? Nunca dije que era normal, ni que encajaba perfectamente en estas costumbres de la sociedad. Estás enamorada y no importa la edad que tengas, ya sea que tengas 16 o 26 años, o incluso 76... Siempre tendrás sueños, siempre querrás todo con esa persona. Casa, familia, una buena vida, cosas buenas que hacer. Solo quieres estar con ella y nada más importa.

Poché estaba embarazada de un hijo mío, yo podría ser madre a los 16, o podría no serlo. Dejé que ella tomara esa decisión, no quería presionarla para tenerlo por más que ese fuera mi deseo. La elección era de ella. No dejaría que Poché hiciera eso solo porque yo quería, solo me importaba su felicidad. Entonces la dejé elegir si tenerlo o no.

La mayor tortura era: ya tenía dos meses de embarazo y aún no se había decidido. Era una tortura no saber si podría o no ser feliz con ese bebé. Ella no me decía nada, pero podía ver que estaba más cuidadosa. Me pidió que fuera al médico con ella y me alegró verla interesada en saber sobre el embarazo. Poché quería saber sobre cómo haría si quisiera abortar y la doctora le explicó todo.

Hacía mi parte de cuidarla. Poché tenía algunos problemas y me quedaba cerca de ella las 24 hs del día haciendo todo lo posible para que no llorara o perdiera el control. Estaba cuidando mucho de su alimentación, a pesar de que su apetito era mucho mayor y necesitaba controlarla. En el fondo realmente quería que Poché se alimentara bien, pero como tenía problemas con la bulimia, la estaba ayudando a comer solo lo necesario para que estuviera bien y el bebé también. Si Poché seguía forzándose a vomitar y alimentándose mal podría tener un aborto espontáneo y teníamos que tener cuidado en cuanto a eso.

Paula y yo íbamos a obstretas para mantenernos informadas sobre todo esto. Paula ya era mayor de edad y siempre nos acompañaba con Valentina. Estaban de nuestro lado y eso era bueno.

Poché no había dicho si abortaría o no, ni hablaba mucho sobre el bebé, y me sentía desconfiads de hablar también. Pero al menos entre nosotras las cosas estaban fluyendo. Dormíamos juntas todos los días, incluso cuando mamá y papá estaban en la casa. No desconfiaban de nada ya que siempre hemos hecho eso. Y a veces apestaba no poder dejar de pensar en ella.

                                                     
-¿En qué estás pensando? - preguntó Sebastián y cerré mi casillero con un susto. Las clases habían terminado y ahora tendría entrenamiento de natación, pero no iría, porque Poché se había ido temprano por estar sintiendo náuseas y tenía que ir a cuidarla.