DANIELA
Me levanté de la cama esa mañana sintiendo el mismo frío en el estómago que cuando me acosté anoche. Fue difícil dormir después de mi conversación con Carlos. Era el chico que me amenazó la noche pasada. No podía dejar de pensar en eso, en el miedo que sentí, la ira de Germán por haber sido tan bajo como para enviar a un tipo armado a amenazarme.
Llené mi taza de café esa mañana, ese maravilloso olor que entraba por mi nariz me daba una buena sensación. Me senté en la mesa de la cocina y encendí el televisor en un volumen bajo, porque Poché y Salo aún dormían. Miré el reloj y vi que faltaba 20 minutos para encontrarme con Carlos. Por increíble que parezca, estaba ansiosa por saber lo que quería Germán.
-Buenos días, mi amor - Poché entró en la cocina y yo sonreí. Ella se acercó y me dió un beso rápido.
-¿Dormiste bien? ¿Te duele la cabeza? - Pregunté levantándome. Tomé mi bolso y puse algunas cosas necesarias dentro.
-Sí. La medicina que tomé es genial, el dolor pasó bastante rápido - Poché se sentó en la mesa y me acercó a ella haciéndome sonreír. La miré y mi corazón se apretó, mi pequeña estaba tan delgada y pálida. Tendría que cuidarla. Ya no tenía puesta la venda, podía ver los puntos en su frente que iban desde su sien hasta su oreja.
-Eres tan hermosa - Le acaricié la mejilla y ella sonrió con timidez. -Te cuidaré, pequeña - La abracé sintiendo un enorme miedo de perderla. Estaba siendo amenazada y sabía que Poché podría estar en peligro. Eso me estaba dando una desesperación inusual. -Te protegeré. Aunque eso me cueste la vida.
-Dani, ¿por qué estás diciendo eso? - Me miró frunciendo el ceño. -No me asustes.
-Todo está bien. No es nada - Tomé mi bolso y besé su frente. -Tengo que irme. ¿Estarás bien?
-Sí. No te preocupes - Dijo Poché moviendo sus pies sentada en la mesa. La amaba tanto que llegaba a ser ridículo.
-¿Vas a comer bien? - pregunté y ella asintió como una niña inocente. -¿Y qué vas a comer?
-Solo lo necesario - Dijo Poché y sonreí ante su ternura.
-¿Y por qué?
-Porque necesito estar saludable para ti - dijo Poché haciendo una voz mañosa y suspiré fuertemente sonriendo tratando de disimular que eso me estaba excitando.
-Muy bien, pequeña. Así te daré un premio en la noche - Sonreí maliciosamente.
-Voy a comportarme.
-Bien. Cualquier cosa llámame, ¿de acuerdo? - La tomé del rostro y sellé nuestros labios. -Te amo más de lo que un mono bebé ama a su propia madre.
-Yo también te amo - Dijo riendo y fui a la habitación. Le di un beso a mi hijo, que dormía profundamente en su cuna.
Al salir de la casa conduje hasta el lugar combinado con Carlos. Ahora no podía mentir que tenía miedo otra vez. Paré el auto cerca de una cancha de baloncesto y miré a mi alrededor, luego lo vi recostado contra su auto. Respiré hondo y bajé del auto. Fui acercándome a él sintiendo mi corazón martillear. Quería parecer confiada, pero estaba muerta de miedo.
-Puntual, Daniela Calle - Él se rió y extendió una mano para saludarme, pero yo me quedé quieta mirándolo. Se rió una vez más y abrió la puerta del auto. -Entra -Carlos ordenó y lo hice. El camino fue muy silencioso y traté de no pensar demasiado en lo que quería Germán, o enloquecería. -Llegarás y dirás que quieres visitar a Germán. Él ya sabe que vas. Recuerda lo que te dije, cualquier paso en falso costará la vida de Poché y de tu hijo. ¿Entendido? - Dijo Carlos con un tono amenazante y yo solo asentí bajando del auto. En ningún momento cambié mi expresión. No quería darle el gusto de saber que tenía miedo.
Entré en el lugar e hice lo que Carlos me ordenó. Ya estaba en una mesa dentro de la prisión esperando a Germán. Luego lo trajeron. Estaba más delgado, su cabello más grisáceo y vestía un traje naranja. Estaba horrible como siempre. Se sentó frente a mí y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Travé la mandíbula y apreté una mano contra la otra, controlándome para no golpearle la cara. El policía nos dejó a solas y Germán me sonrió.
-Hija... - Dijo sonriendo e intentó tocar mi mano, pero lo aparté rápidamente sintiendo que mi estómago se revolvía. Me daba asco. Quería matarlo con mis propias manos.
-Vamos al grano. ¿Qué mierda quieres? - Dije en voz baja y él se echó a reír. Quería romperle los dientes de un puñetazo. -Has mandado a un tipo armado para amenazarme. ¿Cuál es tu problema?
-Era la única manera de que vinieras - Se acomodó en su silla y me miró. Me quedé esperando ansiosamente por lo que me diría. -Te llamé aquí porque quiero darte una oportunidad, hija.
-¿Una oportunidad? - pregunté completamente confundida.
-Oportunidad de seguir viviendo, cariño - Dijo y sentí una puntada en el estómago, pero permanecí con mi semblante neutral. -Arruinaste mi vida desde el momento en que Mafe quedó embarazada de ti.
-Quien se corrió dentro de ella fuiste tú. No me culpes, Germán- Sonreí y él se puso serio.
-Has sido una ingrata. Te acogí, te crié, nunca dejé que te faltara nada...
-Desearía tener un letrero aquí para escribir "No hiciste más que tu obligación" - Me reí y lo vi apretar sus dedos sobre la mesa. Parecía estar poniéndose nervioso. -Puedes que me hayas dado todo materialmente, pero no me diste amor. Nunca me has tratado bien. Me quitaste de mi madre. Fuiste una persona repugnante que mintió toda su vida y todo lo que hizo fue encontrar razones para golpearme y desquitarse conmigo.
-No te alteres, cariño. Espero que recuerdes bien lo que Carlos te dijo - Dijo Germán y traté de calmarme, estaba a punto de saltar sobre su cuello. -Me hiciste perder todo lo que tenía, Daniela. Era un hombre rico, de renombre. Ahora no tengo nada — Dijo con su voz cargada de dolor y yo solo lo miraba sintiendo mi respiración pesar. -Quería matarte, pero eso hubiera sido muy fácil - Germán se rió y sentí mi cuerpo estremecerse, tenía mucho miedo. -Me hiciste perderlo todo, así que me lo devolverás todo de vuelta. De lo contrario, despídete de Poché y de tu hijo repugnante - Dijo Germán y mi mano temblaba por la urgencia de golpearlo. Estaba a punto de explotar, pero no podía. Germán era más peligroso de lo que imaginaba.
-¿Qué quieres que haga?
-Escuché que estás trabajando en el negocio de tu madre. Siempre le dije a esa perra que se mantenga alejada de ti, ella siempre me trae problemas. La culpa siempre fue de ustedes dos, ahora ambas me pagarán por eso - Respiré hondo y dejé de mirarlo. Estaba empezando a desesperarme. -Harás que Mafe me pase todas sus posesiones.Carlos te instruirá sobre eso. Vas a manipular a tu madre y hacer que firme algunos papeles. Harás todo esto muy callada.
-No voy a hacerlo... - Dije sintiendo una desesperación total. Eso era una locura. Mi corazón latía tan fuerte que mi pecho llegaba a doler.
-No tienes elección. Estoy haciendo esto porque eres mi hija, sangre de mi sangre y quiero darte la oportunidad de seguir con vida. Lo harás, o mataré a tu hijo frente a ti, y tal vez a Poché también. Esa chica ni siquiera era mi hija y la crié lo mejor que pude, pero me apuñaló por la espalda. No pensaré dos veces antes de matarla si haces algo mal - Dijo Germán tan fríamente y no dudé en sus palabras, sabía que haría exactamente lo que estaba diciendo. Respiré profundamente sintiendo que me dolía la garganta. Quería llorar. Quería desaparecer, pero no podía, o él lastimaría a las dos personas que más amaba.
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Adoptada(Adaptación Caché G!p)- Terminada
FanfictionMaría José es una adolescente popular, conocida donde quiera que vaya, pero tiene serios problemas con la bulimia, ella es la hermana mayor de Daniela, quien es adoptada. Debido a deseos inesperados y sucesos turbulentos, descubrirán que el amor que...