Capítulo 28

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POCHÉ

Esa mañana debería ser solo una más normal como todas las otras, pero no, eran casi las cinco de la mañana y estaba sentada en mi cama sintiendo una gran incomodidad en mi pecho. Me desperté de esa manera y no pude dormir más. Me sentía un poco desesperada, ansiosa y preocupada sin ninguna razón aparente. Ya había caminado por la casa, ya había ido a la habitación de Salomón y Kalleb para comprobar que todo estaba bien, pero ellos parecían estar durmiendo bien. Solo quería saber qué era eso.

Desde el día en que Daniela y yo tuvimos una "recaída", apenas podía concentrarme en las cosas. Desde entonces no la he visto y eso me preocupaba. Por más que tuviéramos nuestros problemas, Daniela nunca dejó de ver a los niños y ser la mejor madre para ellos. Pero en estos días ni siquiera hubo una llamada.

Estaba claro para mí que su estado era deporable. Nos separamos hace dos años y desde entonces he visto a Daniela cambiar del agua al vino. Al principio me enojé, pensé que ella no pensó en nadie más cuando decidió desaparecer. Solo en ella misma. Pero nunca podemos juzgar lo que sucede dentro de los demás.

La depresión la tomó de una manera que ni siquiera ella misma se reconocía. Incluso intentó ir a un psicólogo, pero pronto desistió. Siempre era así, comenzaba algo, y desistía. Lo peor era verla así y no saber cómo actuar. Daniela huía de mí como el diablo huye de la cruz. Trataba de alguna forma ayudar, pero no era tan fácil, ella también necesitaba querer ayudarse a sí misma. Lo peor era no saber qué esperar, tenía miedo de lo que ella podría hacer. Una persona deprimida al nivel en el que estaba Daniela no era sorprendente si se suicidaba.

Eso me destruía por dentro. Tener siempre ese miedo dentro de mí de recibir la noticia de que la chica que más amaba en esta vida había elegido suicidarse. Me dolía verla matándose lentamente en lugar de estar en casa con nuestros hijos. Miré el piso de la sala y sentí que me picaban los ojos, era como si estuviera retrocediendo en el tiempo. Daniela estaba allí acostada entre los cojines en el suelo, mirando dibujos con Salomón. Ella cantaba la canción de apertura de "My Big Buddy" y Salomón sonreía. Como me encantaba admirarla con nuestro hijo, estaba todo el tiempo babeando viendo cuán dedicada era Daniela. Extrañaba eso.

¿Qué era capaz de hacer la depresión? ¿Qué traumas y heridas podrían hacerle a nuestra mente? ¿Qué tan trágico podría ser para todos los que te rodean? Verte hundiendo y no poder hacer nada, la decisión tiene que ser tuya. Todos trataron de ayudar a Lauren durante mucho tiempo, pero ella no tenía fuerzas. Y la entendía, entendía sus actitudes, nunca podemos juzgar lo que sucede dentro de los demás.

Escuché un ruido fuera de la casa y casi salté del sofá. Abrí la cortina y miré por la ventana, pero no vi nada. Encendí las luces del patio y abrí la puerta mirando por todas partes buscando algo que no encontré. Esta vez escuché a alguien toser y mi corazón me vino a la boca. Había alguien fuera del portón. Tenía miedo, pero la curiosidad era mayor. Regresé y tomé las llaves del portón. Cerré la puerta detrás de mí lentamente y fui caminando, giré las llaves en la cerradura y abrí.

¿Sabes cuando te golpean en la boca del estómago y sientes ese dolor insoportable? ¿Esa dificultad para respirar que aparece muy rápido? Eso fue lo que sentí cuando vi a Daniela casi acostada en la portón de mi casa. Me tomó un par de segundos razonar que era ella. Estaba casi acostada apoyándose en un codo. Llevaba puesto una sudadera y unos pantalones de chándal grises sucios con alguna cosa. Levantó la cabeza para mirarme y mis ojos no pudieron soportarlo. Sentía la agonía de mirarla, mi pecho subía y bajaba, no pude controlar el llanto. Mi cuerpo estaba completamente inquieto por la fuerza con la que lloraba.

Me incliné junto a ella y nuestros ojos se encontraron. Llevé una de mis manos a su mejilla y lloré aún más mientras la acariciaba. Sus ojos estaban muy rojos, sus ojeras eran casi moradas así como su boca. Parecía demasiado débil, parecía no aguantar el peso de su propio cuerpo.

-Ayúdame... - Es lo que susurró. Fue exactamente lo que escuché. Ella me estaba pidiendo ayuda. Su respiración comenzó a acelerarse de la nada y vi que estaba ansiosa, pero no tenía fuerzas para levantarse. Sostuve su cuerpo y levanté su cabeza para que pudiera vomitar. Ella estaba muy mal, por Dios, eso me estaba destruyendo.

-Calma... ya pasará. Estoy aquí - Le acaricié el cabello mientras ella parecía desesperada por las náuseas que venían. Estaba llorando y todo lo que quería era abrazarla y cuidarla para siempre. Protegerla de todos los peligros de la vida.

-Perdóname... Por todo - dijo Daniela con la voz temblorosa mientras lloraba. Las náuseas volvieron y vi que tendría que llevarla el médico.

-¡Todo va a estar bien! Solo necesito llevarte al médico - Quise levantarme pero ella me detuvo. -¡Llamaré a Paula!

-No... ¡No llames a Paula! - Pidió un poco desesperada, pero yo ya estaba marcando su número - No quiero que me vean así... Poché, no.

-Lo siento... - Me levanté apartándome un poco de ella escuchando el teléfono llamando. Un poco después, Paula atendió...

-Hola. ¿Qué pasó?

-Necesito que vengas a mi casa. Daniela está muy mal. Necesito llevarla al doctor...

-Estoy bien... ¡Joder! - Escuché decir a Daniela mientras lloraba y suspiré profundamente conteniendo mis lágrimas. Era lamentable verla de esa manera.

-¡Ay, Dios mío! Estoy yendo, Poché.Laura va conmigo, se quedará con los niños.

-Ok. No te tardes - Colgué la llamada y volví a acercarme a Daniela. -¿Puedes caminar? - Pregunté y ella negó con la cabeza. -¿Cómo llegaste aquí?

-Caminando. Pero ya no aguanté - Dijo y la abracé allí en el suelo mismo poniendo su cabeza en mi pecho. Solo de imaginarla caminando sola en ese estado en la calle me daba un dolor en el pecho. -Quédate conmigo. No te alejes de mí - Daniela trató de decir y miré su cara viendo sus ojos cerrados.

-Hey, ¡despierta! - Moví su cara, pero parecía haberse apagado. -¿Daniela? - La sacudí aún más, pero ella no parecía tener fuerzas para reaccionar. Estaba empezando a asustarme. Necesitaba mantener la calma en este momento y ser cuidadosa. Daniela me había pedido ayuda, después de tanto tiempo finalmente recurrió a mí. Necesitaba aprovechar esa oportunidad.

Vi el auto de Paula a la vuelta de la esquina y suspiré aliviada, ella seguramente podría ayudarme. Paró el auto frente a la acera chirriando los neumáticos y bajó corriendo hacia nosotras con Laura.

-¡Dios mío! ¿Qué le pasó? - Paula preguntó completamente nerviosa sacudiendo a Daniela. Laura estaba de pie con una mirada asustada.

-Tranquila. Ella está muy mal. Vamos a darle una ducha fría y llevarla al hospital - Paula asintió. Tomó a Daniela y la arrojó sobre su hombro.Daniela se despertó de inmediato un poco aterrorizada. No sabía de dónde Paula había sacado fuerzas para cargar a Daniela con tanta facilidad.

-Poché... - Daniela me llamó un poco asustada mientras Paula la llevaba adentro. Miré a Laura ella negó con la cabeza. Se veía triste como yo.

-Todo está bien, mi amor. Paula te está llevando para darte un baño - Paula sentó a Daniela en el lavabo del baño y ella atinó a levantarse, pero la sujetamos. Estaba muy asustada y eso me estaba rompiendo el corazón. -Amor, cálmate. Estoy aquí. Voy a ayudarte...

-No te alejes de mí - Daniela me pidió tomándome del brazo mientras Paula bajaba sus pantalones y bóxers.

-¡Ay, Dios mío! Encontré una trompa de elefante aquí - Dijo Paula moviendo a Daniela y por un momento ella sonrió.Paula era la mejor.

Le quité el resto de su ropa y la llevé bajo la ducha. En ningún momento me soltó y casi tuve que tomar un baño con ella. Daniela aún no podía pensar con claridad y seguía teniendo náuseas, así que decidimos llevarla a un hospital. Me puse en contacto con mi madre y por suerte estaba de guardia. Dejé a Laura cuidando a los niños y me fui. Daniela fue prácticamente desmayada en mi regazo hasta el hospital y al llegar allí la llevaron. Afortunadamente estaba desmayada, solo así podía soltarme.

El nerviosismo y la ansiedad eran obvios en mi cara. Tenía miedo de que mejorara y se fuera otra vez. Miedo a que huya de mí. Miedo a que todo volviera a estar mal. Quería mantenerme firme y confiada. En esos dos años Daniela nunca fue a mí para pedirme ayuda, esta era la primera vez. Realmente quería que fuera real, quería que me dejara volver a su vida. Ya no podía soportar estar sin ella, el agujero en mi pecho dolía cada día más, me sentía vacía sin ella, sin nuestra familia que tanto luchamos para formar juntas. Necesitaba eso de vuelta, y lo iba a tener.

Daniela en todos estos años luchó por mí, por nuestro hijo, por nuestro amor. Ella se puso frente a la guerra en la que nos metimos y recibió todos los golpes por mí. En ese momento, ella solo era una niña de 16 años que enfrentaba al mundo para poder vivir el amor que tanto deseaba. Me protegió de todos y de todo, trabajó, corrió detrás y nos dio a mí y a los niños todo y un poco más de lo que necesitábamos. ¿Qué podría hacerle una maldita depresión a una persona? La Daniela que vi hoy aún era la misma, pero con una enfermedad que necesitaba ser tratada. Por todo ese tiempo ella luchó por mí, era mi turno de luchar por ella.

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-Técnicamente ella mezcló mucho alcohol y medicamentos. Tuvo mucha suerte. No sé como no tuvo un coma alcohólico - dijo mi madre angustiada caminando de un lado a otro. Yo estaba sentada al lado de Paula prestando atención. -¿Desde cuándo ha estado bebiendo así?

-Siempre lo hizo. Pero después de que comenzó a ser amenazada por Germán ella simplemente se convirtió en una alcohólica.

-¿Todo este tiempo? - Mamá preguntó y yo asentí.

-Daniela necesita ayuda. No podemos dejarla nunca más. Ni siquiera sé si tendrá que ser obligada a tratarse, pero lo hará - Dijo Paula seriamente y yo asentí. -Ya sabía que ella estaba en ese estado hace mucho tiempo. Traté de ayudarla de todas las formas, pero ella no quería ayuda. Fue un gran progreso que haya ido a buscar a Poché hoy. Tenemos que aprovecharlo.

-Estoy de acuerdo. No la dejaremos escapar de nuevo - Dije con decisión y Paula asintió. Una pizca de esperanza dentro de mí me daba una increíble fuerza para luchar por Daniela. Necesitaba hacerlo funcionar. -Vamos a tratar de convencerla...

Adoptada(Adaptación Caché G!p)- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora