Adoptada(Adaptación Caché G!p)- Terminada

Capítulo 5

POCHÉ

Daniela se acercó a mí, pasó su mano alrededor de mi cintura y pegó su cuerpo al mío. Su rostro estaba tan cerca que podía sentir su respiración contra mi rostro. Me sorprendí cuando Daniela me abrazó. No me lo esperaba, pero le devolví el abrazo. Nos quedamos así por un tiempo, disfrutando de la cercanía de la otra sin decir nada. Extrañaba ese lado de Daniela . Antes solía demostrar más cariño y afecto, era más unida a la familia, más unida a mí. Ahora era raro ver a Daniela siendo cariñosa y no sabía qué le había hecho cambiar.

-Extraño cuando antes eras cariñosa - Comenté con la voz ahogada por tener mi cara pegada a su pecho. Ella se apartó ligeramente y me miró. Tenía una sonrisa tímida en su rostro. La observé por un momento, analizándola. ¿Cómo alguien podía tener trazos tan perfectos? Todo su rostro estaba mínimamente alineado, todo encajaba, desde sus labios carnosos hasta su fina nariz. Desde sus preciosos ojos avellana hasta su cabello castaño. Amaba hasta su mandíbula. Los dientes que formaban esa sonrisa perfecta. A veces deseaba que Daniela no fuera mi hermana.

-Pero soy cariñosa contigo. - Llevó una mano hasta mi mejilla y acarició con su pulgar. Daniela me estaba mirando intensamente. Sus ojos parecían estar pensando, sus pupilas dilatadas, tal vez debido a la cantidad de alcohol que había bebido.

-No como antes.

-Las personas crecen y cambian, Poché... - Dijo rodando los ojos y empujándome lentamente con su cuerpo pegado al mío, hasta que sentí mi espalda contra la pared. Mi corazón comenzó a latir salvajemente, como todas las veces que ella intentaba algo conmigo. Daniela estaba con un fuego inusual conmigo. Se estaba soltando demasiado rápido, lo que me aseguraba que ese deseo no era solo de ahora.

-¿Qué vas a hacer? - Pregunté un poco jadeante al sentir sus labios rozar mi cuello, mis vellos se erizaron automáticamente, cerré los ojos para sentir el escalofrío que se apoderaba de mi cuerpo.

Sus dos manos bajaron hasta mi trasero donde apretó acercándome más a ella. Me removí impaciente cuando su erección presionó contra mi punto de placer. Daniela pareció entender lo que quería y comenzó a frotar su miembro directamente donde necesitaba. Agarré su nuca empujando mis caderas contra las suyas tratando de tener más contacto. Ya estaba vergonzosamente mojada.

-Me estás volviendo loca, hermanita - Daniela dijo contra mi oído y solté un pequeño gemido al escucharla llamarme "hermanita" en un momento como este, nunca pensé que sería tan excitante. Me sostuvo por los muslos y me apoyó contra la pared presionándo completamente su cuerpo contra el mío. Sentí sus manos apretando mis muslos con fuerza y dejé escapar un pequeño gemido. Ella comenzó a moverse lentamente, frotándose contra mí. Estaba pegada a ella, no quería perder ni el más mínimo contacto. Sentía una excitación inusual, al punto de que mis ojos estaban cerrados y mis caderas se movían contra ella desesperada por más contacto. Eso parecía estar volviéndola loca, porque Daniela jadeaba, sus manos me apretaban con fuerza y sus movimientos eran descontrolados.

-¡Dios! ¡Daniela, no hagas eso! - exclamé casi en un gemido cuando Daniela comenzó a moverse contra mí simulando una penetración. Nuestras respiraciones estaban descompasadas. Mi coño latía violentamente a cada gemido que Daniela daba. La deseaba absurdamente. Ni siquiera quería recordar que era mi hermana, estaba perdida en el placer que la chica frente a mí me estaba dando. Sentía que estaba fuera de mi mente, ya no sabía el límite de lo que estaba haciendo, solo sabía que quería placer en ese momento. -A-Así...

-Poché... No puedo... - Daniela me puso de pie y comenzó a bajarse sus pantalones. La miré confundida sin entender lo que había dicho. Tomó mi mano derecha para ponerla rápidamente dentro de sus pantalones, por debajo de su ropa interior. Gemí enloquecida, mareada por la sensación y la sorpresa. Sentí que mis piernas temblaban al sentirla tan dura por mí. Agarré su palpitante miembro y lo apreté ligeramente. -Ah... Poché- Daniela gimió y comenzó a mover mi mano rápidamente. Parecía desesperada por correrse, y yo estaba loca por ayudarla.