- POCHÉ
- Siempre me pregunté cómo reaccionaban las personas al recibir tales noticias, estaba claro para mí, un estado de shock total. Quería moverme, al menos respirar correctamente, una sola reacción. Nada. No quería volver a la realidad en la cual la breve noticia era que estaba embarazada. Mi cuerpo temblaba al pensar en eso. Embarazada. No podía ser verdad. Mis ojos estaban ardiendo, se llenaban de lágrimas y ni siquiera podía parpadear, ellas estaban bajando solas. Paula estaba frente a mí diciendo algo, pero ni siquiera podía escuchar. No quería escuchar, solo quería que fuera una pesadilla. Me despertaría en cualquier momento y me aliviaría. Quería despertar.
-¿Poché? - Pude escuchar la voz de Paula y la miré completamente aturdida. Ella me estaba sacudiendo. Sentía mi cuerpo en un éxtasis total. Entumecido. ¿Qué era eso? Parecía que perdería el conocimiento en cualquier momento. -Háblame, Poché.
-No... ¡Esto no puede ser! - Hablé en total desesperación. Paula me sostenía con firmeza. Su mirada era preocupada.
-Por favor, cálmate - Me llevó hasta la cama y me sentó. Me quedé mirándola como una débil mental. Mis pensamientos estaban confusos. No estaba pudiendo organizarlos. -Ok. Necesito que me respondas algo... - Paula suspiró fuertemente y se volteó hacia mí. -¿Hay alguna posibilidad de que este bebé sea de Daniela? - Paula preguntó y mi cabeza estalló. Esta vez no pude aguantar más. Fui tomada por una desesperación aterradora y comencé a caminar de un lado a otro por la habitación. Me llevé las manos a la cabeza en busca de recuerdos, retrocediendo a algunos días atrás recordando lo que hicimos Daniela y yo. Sin condón. ¿Cómo pude ser tan idiota? Ni siquiera recordé nada. ¿Qué demonios me estaba pasando?
-Estaba embarazada. Embarazada de mi propia hermana.
-Paula... - Dije con un hilo de voz, estaba asustada. Sentía que me dolía el estómago, mi respiración acelerada, estaba sintiéndome mal de nuevo, Paula al darse cuenta se acercó tratando de ayudarme. -Paula, estoy embarazada de ella...Paula, ¿qué voy a hacer? ¡Dios mío! - La abracé con fuerza y me desplomé en sus brazos. Estaba mareada, mi corazón a mil, mi cabeza daba vueltas. ¿En qué mierda me había metido? ¿Por qué demonios no me cuidé?
-¿Ni siquiera hay alguna posibilidad de que sea de Mario? - Paula preguntó y negué con la cabeza.
- [ ] -Nunca tuvimos sexo, Paula. No me cuidé. Dios mío, no puedo estar embarazada. Esto es una pesadilla, por favor, dime que es una pesadilla, Paula... - La apreté con más fuerza en busca de un refugio. Pude ver que ella también estaba llorando. Estaba perdida. ¿Qué haría ahora? No podía tener a este bebé.
-Necesitas decírselo, Poché... - Paula dijo y me aparté un poco para mirarla. Daniela no podía saberlo, nunca podría saberlo. Tal como estaban las cosas estaba segura de que se tomaría bien la noticia, pero eso era una locura. Necesitaba pensar en algo.
-Nadie le dirá nada...
-Poché...
-Paula, prométemelo.
-No puedes ocultarle esto... - dijo Paula y sentía un nerviosismo invadirme. Daniela no podía saberlo, no quería tener a ese bebé.
-¿Tienes alguna idea de lo que está pasando aquí? Estoy embarazada de mi hermana. No puedo tener a este bebé, voy a abortar... - Dije y Paula agrandó los ojos. Nunca estuve a favor de eso, pero en esta situación era necesario. -Voy a tener 18 años, Paula. Daniela tiene 16. Tenemos mucho por lo que vivir. Un niño estropearía todo nuestro futuro y si se lo digo a Daniela ella va a querer que yo lo tenga...-No pensaste en eso antes de comenzar toda esta locura, Poché. Ella tiene derecho a saberlo, lo que está dentro de ti también es de ella. Creo que es mejor pensar muy bien sobre todo esto. Iremos al doctor para ver si estás realmente embarazada. Luego resolvemos lo que vamos a hacer. Pero a lo que todo indica, vas a ser madre. - Paula dijo seriamente y me estremecí. "Resolvemos", eso debía ser una decisión solo mía. ¿Qué tan aterrador podría ser eso? ¿Qué tan perdida estaba? Solo quería esconderme. Desaparecer. Retroceder en el tiempo y no hacer nada de eso. Pero ya era demasiado tarde, estaba embarazada de mi hermana.
DANIELA
- Odiaba la sensación de estar siendo observada. En el sofá de la sala, Laura estaba sentada a mi lado. Estaba segura de que si intentaba salir de allí ella iría atrás de mí. Estaba escuchando el ruido de arriba, Poché y Valentina parecían estar discutiendo. Quería ir a escuchar la conversación y saber el por qué de eso, pero sabía que Laura trataría de detenerme, solo quería saber lo que estaba pasando.
Sabía que Poché estaba mal y todo lo que quería ahora era acostarme en cualquier lugar con ella. La quería en mis brazos. Quería cuidarla, no podía controlar mis deseos. Era como si quisiera hacer algo con ella todo el tiempo. No sabía qué era eso, nunca había sentido nada parecido con nadie. Quería entender, quería hablar con ella y pedirle que me explicara. Poché siempre fue mi amiga y siempre ha sido paciente a la hora de explicarme algo. La quería en ese momento.
-Hey, hey, ¿a dónde crees que vas? - Laura se paró frente a mí cuando me levanté del sofá. Sabía que me estaba vigilando.
-Iré a hablar con Poché, Lala. ¿Puedes darme paso? - Pregunté y Laura negó con la cabeza.
-Paula está hablando con ella y me pidió que no te dejara salir de aquí... - Dijo Laura y arqueé una ceja.
-Ni siquiera lo intentes, Laura...
-¿Por qué? - Preguntó claramente enfrentándome y respiré hondo. ¿Qué demonios estaba pasando que no podía saber? Antes de que pudiera apartar a Laura, vi a Paula saliendo de la habitación de Poché. Sus ojos rojos mostraban que había estado llorando pocos minutos antes. Estaba confundida, Poché y Paula no eran de pelear.
-Lala, vamos a dar una vuelta - Dijo Paula y Laura asintió. Laura parecía tan confundida como yo. Ambas se fueron y no lo pensé dos veces antes de ir a la habitación de Poché. Giré el pomo y vi que estaba abierta. Entré en la habitación y vi a Poché acostada en la cama, quieta, envuelta con algunas sábanas. Me acerqué y me senté en la cama, escuché que estaba llorando y me sentí mal. Solo quería saber lo que estaba pasando.
-¿Poché? - La moví un poco queriendo su atención, pero ella ni siquiera se movió. -Amor, ¿qué pasó? - Pregunté y vi que ahora lloraba más. No pude contenerme tiré un poco de las sábanas y la miré a la cara. Por Dios, sentí mi corazón romperse. ¿Por qué lloraba tanto?
-Daniela, por favor, sal de aquí - Poché pidió con la voz temblorosa y la ignoré por completo acercando su cuerpo al mío. Me dijo que me fuera, pero se aferró fuertemente a mí cuando puse su cabeza en mi pecho. Me quedé callada solo acariciando una de sus mejillas. La estaba abrazando con fuerza. Quería que supiera que estaría a su lado sin importar lo que estuviera pasando.
- Nos quedamos un largo tiempo allí en la habitación sin decir nada. Me dolía el corazón todas las veces que ella lloraba. Algo grave estaba pasando, quería saberlo, pero no la presioné para decirlo, sabía que en el momento adecuado me lo diría.Y cuidaría de ella, sentía la necesidad de hacerlo. Abrazarla en sus malos momentos era como tener todo el mundo en mis manos. Poché era una chica extremadamente sensible, era mayor que yo y a veces intentaba darme una imagen de madura y responsable, pero Poché solo era una chica sentimental e insegura que necesitaba a alguien que le recordara todos los días lo increíble que era. Quería y sería esa persona. No tenía mucho que ofrecerle. A veces no tenemos nada, pero queremos darle todo a esa persona.
-Me estaba preguntando algunas cosas... - Dije y escuché a Poché sollozar, se removió en mi regazo, como si quisiera mostrarme que me estaba escuchando. -No tienes que responderme nada ahora, solo quiero que me escuches. Siento una enorme necesidad de ti, Poché. Sabes que siempre quise acompañarte a todas partes, pero siento que es algo diferente ahora. Me siento muy cómoda cuando estoy contigo. Es sorprendente, porque generalmente no me siento cómoda con... Bueno, nadie. Quiero más de tu atención. Quiero salir contigo, caminar por ahí, ir al cine, ir a cenar. Haciendo cosas juntas, ya sabes... - Dije y Poché se levantó para mirarme. Sus ojos verdes estaban rojos e hinchados por el llanto.
-¿Hacer lo que hacen las parejas? - Poché preguntó y reflexioné por un momento antes de asentir. No sabía si era correcto decir eso, Poché se asustaba cuando quería hacer algo más con ella. Ya no podía contenerme. Poché siguió mirándome extrañamente. Quería hacer algo para hacer que se olvidara un poco de las cosas que la atormentaban en ese momento.
-¿Quieres... ir a algún lado conmigo? - Pregunté temerosa. Poché me miró, miró su vientre y comenzó a llorar de nuevo. Todo lo que pude hacer fue abrazarla.
- Después de un tiempo intentando calmarla, Poché finalmente terminó aceptando mi pedido. No tenía nada en mente a decir verdad, pero tal vez tomar un poco de aire fresco le haga sentir mejor.
- Caminamos por las calles de la ciudad. Hacía frío en California, el suelo estaba húmedo por la llovizna de minutos antes. Poché caminaba a mi lado. Quería tocarla, sostener su mano, abrazarla, cualquier cosa, pero tenía miedo de intentarlo. Podía ver que mi relación con ella iba de carnal a también sentimental.
- Estuvimos en silencio la mayor parte del camino, Poché estaba muy extraña. Parecía pensar todo el tiempo en una sola cosa, vi que también lloraba algunas veces. Pero me gustaba estar a su lado, incluso si no hablaramos de nada. No quería pensar lo loco que estaba siendo eso, me estaba gustando mi hermana. Ya no quería pensar en eso. Es porque a veces pensamos más con el corazón que con el cerebro.
-Sentémonos aquí... - Dije y Poché se sentó en un banco de una plaza. Las luces de la ciudad y el clima lluvioso hacían que el ambiente fuera más agradable. Miré a un lado y vi a Poché mirando a la nada, completamente perdida en sus pensamientos. Me acerqué a ella y tomé su pequeña mano. Poché ni siquiera se movió, pero sus dedos se entrelazaron con los míos. Me quedé mirándola y comencé a imaginar mejores momentos, nos imaginé a ambas haciendo cosas que hacen las parejas. ¿Qué me estaba pasando? No quería salir de su lado. Estaba allí en medio de una plaza con mi hermana, pero ya no la veía así. Quería estar allí con ella, no existía Matu, ni Mario. Solo nosotras dos. -¿Puedes decirme qué pasó? - Pregunté finalmente tomando coraje. Poché me miró. Parecía estar en algún tipo de transe, estaba actuando como si estuviera en un eterno estado de shock.
-Poché siguió mirándome y me sorprendió cuando sus pequeñas manos acercaron mi rostro al de ella, hasta que nuestros labios se tocaron. Sentí que todo mi cuerpo se estremecía y cerré los ojos llevando mis manos a su cintura. Por más extraño que parezca sentí fuegos artificiales explotando dentro de mí, me sentía emocionada, entregada. Sus labios estaban sobre los míos y eso me encantaba, lo que más deseaba, sus labios sobre los míos.
-Sentí un fuerte apretón de sus manos en mi cara y abrí mis labios lentamente y los cerré sobre los suyos con la mayor delicadeza del mundo. Nunca había estado tan tranquila teniendo ese tipo de contacto con nadie, pero estaba segura de que el momento lo requería.
- Poché solo quería cariño, alguien que la sepa valorar, alguien que la ame y esté con ella en todo momento. Poché quería sentirse protegida, quería el cariño que mis labios hacían sobre los de ella, le daría eso.
- Profundicé más el beso cuando sentí sus labios chupar y tirar de los míos, dándome un pequeña mordida al final. Su boca era mi perdición. Separé nuestros labios respirando hondo, no quería excitarme demasiado. Poché tomó mi cara e hizo que la mirara.
-Gracias por estar aquí conmigo. Me siento mejor. Eso es lo que importa - Dijo y me dio una sonrisa. Su sonrisa. Mi favorita. Era todo lo que quería. También le sonreí y la abracé. Quería cambiar por ella, quería tener esta paciencia todos los días. Sabía que sería difícil porque estábamos pasando por un mal momento, pero si tenía que cambiar para tenerla, lo haría.
──────
- Al día siguiente me desperté escuchando nuevamente los gritos de Paula y Poché. Había dormido con Poché . No hicimos nada, después de nuestro beso en la plaza decidimos volver a casa, ella seguía sintiéndose mal, así que la acompañé y me quedé con ella hasta que se durmió, pero terminé durmiendo allí también. Estaba disfrutando de eso, quería gustarle a Poché.
- Me levanté lentamente de la cama y caminé silenciosamente hasta acercarme a la cocina, no quería que nadie me viera. Quería saber el por qué de esa pelea. Me acerqué lentamente y me detuve cerca de la puerta.
-No puedes decirle, Paula. ¡Esta es mi decisión! - dijo Poché y fruncí el ceño. ¿De qué estaba hablando?
-Daniela tiene todo el derecho de saberlo... - Dijo Paula e incluso sin saber lo que era mi cuerpo se estremeció. -¡Actúa como alguien responsable por una vez en tu vida!
-Si se lo dices, diré que este bebé es de Mario. Ella se asustará si sabe que estoy embarazada, ¿acaso no piensas? - Escuché a Poché decir y sentí que mi corazón dejaba de latir. ¿Poché estaba embarazada? ¿Embarazada de Mario? Mi respiración estaba jadeante, lo estaba sintiendo de nuevo. Mi cuerpo comenzó a erizarse de odio. Él embarazó a mi hermana. Poché iba a tener un hijo de Mario. ¿Por qué me había hecho esto? Las lágrimas corrían descontroladas por mis mejillas. Estaba tomada por un horrible sentimiento.
- Antes de que pudiera pensar en otra cosa, entré en la cocina y mis ojos solo veían a Poché . La tomé de sus brazos y la empujé contra la pared haciendo que su espalda golpeara con fuerza. Ella tenía los ojos muy abiertos.
-¡¿Estás embarazada de él?! - Grité y Poché seguía paralizada. La volví a empujar contra la pared, no quería que entrara en estado de shock ahora. Quería explicaciones. -¡Respóndeme! Eres una mentirosa, falsa, mientes y me ocultas cosas. ¿Por qué me hiciste esto? No tenías derecho a hacerme esto. - Podía sentir mi sangre hirviendo. Estaba temblando de ira hacia la chica frente a mí. -¡Abre la maldita boca, María José! - Dije entre dientes apretando con fuerza su mandíbula. Estaba perdiendo el control, pero no me importaba. Sentí que dos manos me alejaban de Poché y vi que era Paula .
-Aléjate de ella. Si la tocas de nuevo...
-¿Qué vas a hacer? - La enfrenté y vi a Paula apretar los dientes. -¿Me vas a pegar? ¿Crees que te tengo miedo? - Dije yendo hacia ella y Paula vino hacia mí al mismo tiempo.
-¿Me estás desafiando? - Paula me dio un empujón tan fuerte que perdí el aire cuando mi espalda chocó contra el armario de la cocina. Ella me arrinconó en una esquina y juro por Dios que nunca antes vi tanto odio en su mirada. -Pégame. Vamos. ¿No eres buena en eso? Déjame decirte lo que eres: Una niña malcriada que piensa que es algo porque practica algo de lucha, porque todas las chicas de la escuela babean por ti. Te crees la dueña del mundo porque aprendiste a poner tu polla en algún agujero. Déjame encenderte la luz de la realidad, ¡eso no te hace mejor que nadie! ¿Te crees invencible? No tienes miedo de nada y de nadie, ¿no? - Paula se acercó y me estremecí. -¿Quieres saber si eres realmente fuerte? ¡Tu hermana está embarazada de ti! El bebé que lleva en su vientre es tuyo - Dijo Paula y sentí que todo mi cuerpo dejó de funcionar por un momento. Era como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago y ahora suplicaba por aire. -¿Qué pasa, Daniela? ¿Eres lo suficientemente fuerte para lidiar con eso?
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Adoptada(Adaptación Caché G!p)- Terminada
FanfictionMaría José es una adolescente popular, conocida donde quiera que vaya, pero tiene serios problemas con la bulimia, ella es la hermana mayor de Daniela, quien es adoptada. Debido a deseos inesperados y sucesos turbulentos, descubrirán que el amor que...