1. blanco

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Awakening: despertar del sueño

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Awakening: despertar del sueño.

Mis ojos se abrieron de nuevo en una habitación tan blanca como las nubes que adornaban el cielo, bueno, la parte de cielo que podía ver desde la ventana. Todo en mi dolía de una forma adormecedora que me hizo cerrar mis ojos un par de veces hasta que las máquinas conectadas a mi empezaron a hacer ruidos demasiados irritantes.

Fruncí mi ceño y sentí mi rostro un poco menos dormido, a parte de mis ojos y mis manos no sentía otra parte de mi cuerpo.

Como despertar en un cuerpo ajeno.

— Señorita Kim, ha despertado, que alivio. — una chica, de cabello negro y ojos amables me dijo como si viera un milagro en mí. — pronto su doctor vendrá a hacer los respectivos exámenes, no tenga miedo, está en un hospital y nadie le hará daño. No intente hablar o moverse todavía, solo pestañee una vez si me entiende.

No la entendía, en realidad mi cabeza dolía como si estuviera siendo taladrada por un martillo, pero yo pestañee una vez intentando quitar la resequedad de mis ojos. Aquella mujer lo tomó como si le respondiera.

Otro hombre entró a la sala y revisó las máquinas irritantes.

— ¿Podrían... apagarlas? — pregunte de una vez sintiendo mi boca reseca.

— No podemos apagarlas aún, no estamos seguros si todos tus órganos funcionan bien... has estado aquí mucho tiempo. — el hombre canoso hizo énfasis en cada sílaba, pero seguía sin entender.

— ¿Cuanto?

— Será mejor que le hagamos los exámenes de rutina, dígale a las enfermeras que le sirvan comida con más hierro... luego veremos si sus intestinos funcionan bien. Te quedaras con ella hasta el siguiente turno y apuntale una cita con algún terapeuta disponible en el hospital, intenta contactar de nuevo algún familiar. Nada de contarle todavía todo.

Okay, ahora ese hombre no me caía nada bien, ¿cómo decía todo eso frente a mí? Tal vez debería dormir de nuevo.

La chica de rasgos adorables volvió su atención en mi después que el doctor dejo la habitación.

— ¡No! ¡No te duermas todavía! ¡Aquel chico se sentirá muy triste si te encuentra dormida de nuevo...! Agh, debió dejar un número de teléfono en algún lugar.

— ¿Un chico? — me obligue a abrir de nuevo mis ojos y las puntas de mis dedos acariciaron las mantas suaves que me cubrían.

— Como dijo el doctor no puedo decirte mucho ahora, tampoco es como si supiera demasiado, soy una interna... así que entenderás debo seguir ordenes de los mayores hasta recibir mi título de médica. — la chica lucia demasiado joven pero su voz era agradable y deje que me acomodara algunas agujas que hasta ahora me daba cuenta tenía pegadas a mis manos. — tu situación no había mejorado mucho hasta ahora, me alegra que despertaras, en serio. Creo que aquel chico sabrá más de ti así que iré a buscarlo, él te trajo y se ha quedado contigo este tiempo.

— ¿Voy a morir?

— ¡No digas eso! Acabas de despertar... si quieres puedes confiar en mí, al final solo soy un año mayor que tú.

Mi mente divagó y sintió pánico. ¿Cuántos años tenía entonces? Intente buscar información, pero no la encontraba, darme cuenta del vacío en mi memoria hizo que me doliera la cabeza y por instinto levante mi torso de esa camilla. Hasta ahora me daba cuenta de mi cabello largo, de un color castaño demasiado claro casi como del café mezclado con leche. ¿Acaso lo tinturé?

No tenía ni idea de cómo lucia.

— Debes calmarte o tendré que colocarte a dormir, y no sabes cuánto odio inyectar a las personas conscientes.

— Pero... ¿Yo quién soy? ¿Por qué no hay nada en mi cabeza?

Mis ojos se llenaron de lágrimas y su mano me dejo tumbada en la cama de nuevo, intente quitarla y arrancar todos los cables que tenía encima. Las maquinas volvieron a sonar fuerte y me sentía miserable... tanto como la lluvia que ahora caía afuera con fuerza. Las gotas chocaban en la ventana con violencia y los pasos de unas botas rebotaron en el suelo del pasillo.

Antes de que la adorable interna inyectara un calmante la figura de un hombre llegó hasta mi puerta. Estaba empapado hasta gotear. Su cabello largo que caía por sus pómulos era negro, vestía de ropa oscura y pantalones anchos, sus botas hicieron menos ruido al acercarse a mí.

Me fije en su rostro, sus labios rellenos y quijada afilada, su mano borrosa aparto el cabello de su cara y ví sus ojos. Esos ojos cafés, dos orbes mirándome tan llenos de cosas que no podía descifrar... ¿alivio? ¿sorpresa? ¿miedo? Solo sentía cierta familiaridad y calma que no era comparable a cualquier calmante.

— ¿Que le estás haciendo? Quita tus manos, ahora.

Su voz salió demandante y yo me obligaba a mantener mis ojos abiertos pero mis parpados cedían.

— Es un calmante... intentó escapar. ¿Qué te tomo tanto tiempo?

— Aléjate. — le exigió sin siquiera responderle.

La chica se alejó de mi camilla tal vez por supervivencia y en unos pasos el tomo su lugar a mi lado. Sentía unas pequeñas gotas bajando desde su cabello hasta el dorso de mi mano, hasta ahora me daba cuenta que tenía fiebre.

— Jungkook, no podrás decirle nada hasta que se recupere completamente, son órdenes del doctor.

— ¿Por qué tengo que hacer lo que me dice él?

¿Jungkook? Ese nombre... hizo eco en mi mente antes de volver a fijar mis ojos a donde los suyos me inspeccionaban con esmero.

— Jungkook.

Fue lo último que salió de mis labios antes de volver a dormir. Esta vez, solo tal vez, no tenía tantas ganas de volver a despertar.

 Esta vez, solo tal vez, no tenía tantas ganas de volver a despertar

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Jungkook esta volviendo a
dejarse crecer el cabello, digamos que es demasiada casualidad.

Como siempre, publicaré dos capítulos por semana y ahora que
estoy casi terminando la segunda
parte me doy cuenta que hay
un montón de secretos escondidos
aquí.

Con amor,
Blossom.

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𝕽𝖆𝖎𝖓 ♛ JJK¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora