𝕽𝖆𝖎𝖓 ♛ JJK¹

29. esperanza traicionera

Cuando reaccione estaba en una habitación diminuta y blanca, una cama de hierro individual en la esquina con una lampara a su lado.

Era lo único que lo adornaba.

Yo también estaba vestida, mi pantalón y camiseta eran blancas, mis pies descalzos en el frio suelo.

Esta habitación era muy fría.

— ¿Hola? ¿Hay alguien allí? ¿Yuseob? — no sabía dónde quedaba la puerta, pero empecé a gritarle a la nada y vi una pequeña cámara en la esquina superior.

Le hice una obscenidad mientras me sentaba contra una pared.

— Si me trajeron por algo siquiera díganlo de una vez o mátenme... sí me vuelvo loca aquí no les seré de mucha ayuda. — seguí gritándole a la nada y mis manos fueron a parar a mi cabello, aun con rastros de sangre. — ustedes me conocen mejor que nadie en el mundo, bien puedo perder la cabeza y me tendrán que matar.

Estaba tentando la suerte, seguro si Jungkook me escuchara lo haría enojar al punto de que sus ojos se volverían plateados gélidos.

Pero lo extrañaba tanto.

No tenía idea de cuanto había pasado, pues me inyectaron una cosa extraña en ese auto y cuando desperté ya estaba aquí. Alguien abrió la puerta, que en realidad parecía mágica y me tomo por los brazos hasta lo que parecía ser un pasillo. Había varios autómatas rondando el lugar, junto humanos en batas y más personas con ojos calculadores viéndome indiferentemente.

Parecía ser una concentración del área 51, me dio escalofríos cuando me encerraron en otra habitación con el ministro.

— Oh, Hanam... me dijeron que estabas amenazando con volverte loca. — fue el primero en hablar y me senté en un asiento, frente a una mesa gigante y amarraron mis manos con un láser extraño. — lo que no es tan descabellado, tomando como ejemplo que en el pasado también podrías tener tus problemas mentales.

— ¿Podría ir al grano? La charla de villano me está cansando.

Hice una mueca cuando sentí que mi mano se retorcía con dolor, me había partido la muñeca por repartir puños a lo maldita sea.

— Bueno, ya somos dos, pero sabrás para que te trajimos aquí.

— ¿Me van a matar?

— ¿Acaso tienes miedo?

— No, sería un placer. — dije entre dientes mirando en sus ojos negros y vacíos.

¿Si quiera era un humano? Un viejo canoso que manipulaba el mundo entero en sus manos.

— Desafortunadamente te trajimos por otra cosa, sé que nos has mentido... desde el primer día y Yuseob tal vez tenga un corazón blando, pero en este fuerte todos tienen la orden de sacarte aquello que tienes en la mente a la fuerza.

— ¿Donde esta Yuseob? ¿Qué hicieron con él?

— ¿Acaso no te dijo...? — fingió sorpresa. — A esta hora debe estar en Quelpart o en el fondo del mar muerto, no sé, significa lo mismo.

Sentí mis ojos llenarse de lágrimas contenidas.

— No les voy a decir la verdad, pueden matarme si quieren, pero nunca les diré donde esta...

— ¿Acaso tienes idea de lo que hay ahí? Porque matarte suena muy aburrido, conozco otras formas de hacerte hablar. — junto sus manos sobre la mesa y se inclinó a verme mejor en su traje de marca. — conozco muy bien el océano de Busan, se exactamente dónde atacar y a quien traerte para que dejes de hacerte la rebeldita. Eras más agradable cuando tus padres te adoptaron...