𝕽𝖆𝖎𝖓 ♛ JJK¹

26. lord de Busan

Jungkook.

— P-por favor... yo, yo

— ¡¿Tu qué? ¡Habla de una maldita vez! — removí al chico en el cuello de su camiseta y empezó a toser sangre que mancho mis muñecas.

Asqueroso.

— No m-me mate...— sus ojos me miraban con suplica. — si le digo que sucede, se-será peor.

— ¿Será peor? No dejo que intrusos entren a mi territorio y mucho menos que intenten chantajear la seguridad. Tiene que quedarles eso en claro... a ti y por quienes trabajas.

Sentí la mano de Hoseok en mi hombro casi rogándome que se lo dejara a él, pero yo no tenía piedad en estos casos, estaba harto de los intrusos y de las especulaciones. Harto de no poder salvaguardar el Reino como debería... creían que era un rey endeble. Casi de adorno, como su presidente.

Pues con la espada le atravesé el tórax y los demás hombres con los que venía me miraron con terror.

— Señor... será difícil cubrir esta escena.

Raeki tenía una expresión en blanco bajo la luz de la luna, una mancha de sangre ajena en su mejilla.

— Pues no hay que encubrirla, que todos sepan que no se meten con el reino de Busan y mucho menos con sus soldados. — descanse mis manos en mis caderas, habíamos luchado contra una docena de rebeldes que antes vivían en la profundidad, pero en la revolución subieron al lado del gobierno. — refuercen las fronteras y llama a los hombres de la torre este cuando traten sus heridas, hablare con ellos personalmente. Encierren a los demás en el calabozo antes de que las ganas de matarlos me ganen, no los dejaremos ir hasta que hablen.

— Como ordene su alteza.

El ministro de seguridad se inclinó y casi huyo de la escena con arcadas. Mis nudillos dolían y cada musculo estaba un poco magullado por la batalla, pero no era algo por lo que no había entrenado desde mi nacimiento, solo llegue a casa asearme y leer un mensaje que me había mandado Hanam hace horas.

" He cambiado mis prioridades, creo que el sabor de tus labios es la idea que tengo del lujo..."

¿Acaso estaba flirteando conmigo? ¿En esta economía?

Sentía los peces chocando en mi estomago al tirarme en la cama con el trozo de papel. La había visto, de lejos... porque nunca la acompañaba en momentos muy apropiados. Me sentía como un acosador, pero ella no le hacía justicia a mi corazón, con sus hoodies gigantes a mitad de sus muslos, ropa interior de ositos y cabello tan negro como la primera vez que la vi.

Era como ver florecer un rosal después de una tormenta de nieve.

— Afianzaremos la presencia en esta zona, cerca de la zona de pesca. Les diremos a las mujeres, niños y ancianos que no se acerquen a las fronteras y habrá patrullaje las 24 horas desde hoy hasta la próxima semana que me reuniré con el inepto del alcalde...

Estaba hablando con un par de ministros y ellos solo asentía. Raeki guardó los planos cuando se acabaron las reuniones mañaneras y Hoseok solo me dio más informes. Sus ojos con leves ojeras, pero con la misma sonrisa.

— Jefecito, debería ir a descansar un momento.

— ¿Dormir? No quiero dormir. Bueno, solo dormiré si Hanam me pide que duerma con ella.

— Que inapropiado rey Jeon, que no lo escuchen los pulpos. — Hoseok se rió entre dientes

— Que los jodan.

— ¡Jeon Jungkook!

Lentamente di la vuelta en el pasillo y el rostro de mi abuela era un poema.