Que sea lo que tenga que ser.

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Narrador:

Hermione se remueve en el rincón en el que se encontraba abriendo los ojos perezosa, dándose cuenta que se quedó dormida en algún momento después de que Sanguini se marchó.

Se puso de pie a penas, sintiendo náuseas y un poco de frío, ella aún seguía solo con el vestido blanco que Draco le dejó...

-Draco...- susurra acariciando su vientre mientras rogaba porque el estuviera con bien. Se recostó en el viejo tronco y suspiró cansada. Ya estaba harta de todo esto, se encontraba asqueada de todo el asunto y quería... no, rogaba a Dios por que todo terminara. Ya vivir así no era vida. ¿Que de divertido era vivir cuidándose de cada ser que se aparecía con derechos sobre la vida de los demás? ¿A caso ella no merecía tener una vida normal? ¿No merecía ser feliz?

Sintió las lágrimas acercarse e inmediatamente se secó con el torso de la mano. No, no era momento de llorar, era momento de pelear, de salir de ese hueco en el que Sanguini la había abandonado.

Escucho un grito desde afuera y se acercó a la entrada del árbol.

-¿Qué ...? - achino los ojos para enfocar lo que sucedía. Resplandores de luz se veían no muy lejos de su lugar, distinguió varias figuras que no conocía pero que se parecían al estilo de su verdugo.

-Más vampiros- se dijo, siguió mirando y a los pocos metros distinguió una cabellera pelirroja que se le hacía familiar- ¿Ron? -Lo vio lanzar hechizos y esquivar otros. El corazón se le aceleró cuando al otro lado notó la silueta de su Draco, estaban envueltos en un duelo. Sintió miedo y la desesperación comenzó a hacer estragos en su sistema.

-¡Draco! - gritó mientras golpeaba el escudo en forma de cristal- ¡Ronald! ... ¡Harry! - gritó aún más desesperada al ver que su amigo también estaba ahí.

-¡Mierda, mierda, mierda! - retrocedió llevándose el pulgar a la boca, tenía que hacer algo, tenia que salir de ahí.

Recostó la cabeza en el viejo tronco sin medir fuerza y escuchó el crujido que emitió al tacto del golpe. Se dio vuelta inclinando la cabeza, luego diviso una roca con punta en el suelo...

- Podría ser.

Susurro mientras se ponía en la tarea de realizar su idea.

(...)

-No creo que salgamos vivos de aquí- Blaise se posiciona a lado del rubio - son muchos Draco.

-¡Lo sé, mierda!- Draco lanzaba hechizos y esquivaba otros, eran trece contra cinco, sin contar con Camille y Sanguini que aún no daba señales. Desde ya era un milagro que estuvieran con vida.

- No tiene caso resistirse- Camille elevó una gran roca al cielo y la dirigió hacia Harry quien tenía a tres sobre el, manteniéndolos a raya - Solo asuman su destino.

La roca se deslizó por el aire mientras Harry se deshacía de uno de ellos, levantó la varita para impedir el golpe de la roca pero un hechizo lo tiró al suelo retorciéndose de dolor, vio por el rabillo del ojo que el golpe se aproximaba y cerró los ojos pero tal cosa nunca llegó, abrió los párpados y vio como la roca se hacía polvo en el aire y luego un hechizo dirigido a la mujer quien gruñó por la interrupción.

-¡Alejate de el!

Harry escuchó la voz que solía escuchar todas las mañanas en un buen día, dirigió la vista hacia atrás y vio a Ginevra Weasley blandiendo su varita para alejar a los vampiros de el.

-¡Ginny! - se puso de pie he intento correr a donde ella pero el resplandor de un hechizo lo hizo retroceder. Se dio vuelta y vio a dos vampiros acercarse a él. Decidió seguir con la pelea y luego llegar a su esposa.

Live My Life (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora