Nos movemos por inercia en el sendero de la vida; sin rumbo fijo, avanzamos hacia lo desconocido con la esperanza de encontrar aquello que suponemos aliviará nuestras penas.
No seguimos ya el camino trazado por nuestra ilusión, abandonamos al pequeño y su deseo en las frías veredas del pasado. Ahora vamos tras la meta impuesta por el mercado. Cuan desesperado estuvo el ser humano, que vendió su magia para comprar trucos.
Bosques de altos abetos han sido consumidos por el fuego de la vida, calcinados por el miedo al fracaso.
Fue el temor a la derrota y el pavor a la soledad lo que orilló al hombre a nunca seguir su senda propia.
Ha perdido su esencia, no avanza si no es en conjunto con su rebaño, no actúa si no es aprobado. Persigue aquello que le ordenaron seguir; no se mueve si no es por inercia.
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Poemas de melancolía
ŞiirA veces la luna decide abrazarme; llora desconsolada recargada en mi hombro, mientras sus lágrimas descienden, recorriendo todo mi cuerpo, acariciando cada centímetro de él, hasta llegar por fin a morir a una hoja en blanco. Otras veces la luna me...
