- J -
No sé en qué momento subí al taxi y tampoco sé en qué momento llegué a casa, pero cuando el efecto de la droga acaba, disipándose como el vapor que escapa de mi boca, estoy descalzo en la acera frente a mi edificio con la cara congelada, las manos temblorosas y mi dignidad perdida en alguna parte de Seúl.
Han pasado casi dos horas desde que Jin desapareció dejándome sentado en medio de la calle. Mi mente no ha sido una buena compañía y por mucho que quisiera distraerme con el sonido de la ciudad, no pude oír nada. Era como si me hubiesen encerrado en un cuarto oscuro para dejarme sólo con mis pensamientos.
Ni siquiera noté las muchas llamadas perdidas que tengo de Yoongi, ni las de Jungkook, las de Youl, e incluso Taehyung hasta que vi la hora en mi teléfono.
Mi espalda duele como el diablo, pero aun así intento ponerme de pie sin caer para subir al ascensor. Mis piernas son como dos hilos finos a punto de cortarse. Para mi suerte no hay nadie en la planta baja porque no podría mostrar mi cara de mierda en lo que me queda de existencia.
Intento apartar la vista de los cristales dentro del ascensor hasta que subo. Estoy hecho un asco y no es necesario verme en el reflejo para saberlo. Me siento abatido, completamente hundido en la mierda.
Una vez de pie frente a la puerta, ruego aún tener las llaves en el bolsillo de mi pantalón. No fue así.
Lo más probable es que Jungkook esté durmiendo ahora mismo, así que dudo un buen rato si tocar la puerta o quedarme sentado en el pasillo hasta que salga el sol. Comienzo a llorar nuevamente. Lo he hecho en silencio desde que salí de la fiesta.
Me siento sólo. Necesito a Yoongi conmigo por mucho que me repitan que tengo que mantenerme lejos, lo necesito. Quiero dormir, pensar que todo esto no fue más que una fea pesadilla, pero si toco el timbre Jungkook me exigirá explicaciones y no quiero hacerlo.
El frío que siento es demasiado que me cala hasta los huesos y me siento tan sucio que ni por muchas horas que pase en la ducha lograré volver a sentirme limpio. Necesito un baño...
Ojalá con un baño se vaya la basura que siento sobre mi cuerpo como en mi cabeza. Si tan solo un simple baño lograra olvidar siquiera un poco de todo lo que acaba de pasar...
Llamo al timbre una, dos, tres veces hasta que escucho unos pasos desde el otro lado y luego a Jungkook muy adormilado asomarse por el marco con los cabellos revueltos.
- ¿Qué horas son estas para...? – balbucea peleándose con sus ojos para que espabilen, pero al verme, calla inmediatamente.
Me abro paso con los ojos hinchados, el cuerpo congelado, temblando y mis ropas sucias. Necesito darme un baño ya mismo.
- ¿Q-Qué te paso?
Lágrimas salen de mis ojos adoloridos y recorren mis mejillas mientras ignoro la expresión asustada de mi mejor amigo. Apenas pestañeo y me duele mucho la cabeza.
Mis pies sucios dejan un rastro de tierra por el pasillo hasta que entro al cuarto de baño, es ahí cuando finalmente puedo ver mi rostro en el espejo. Desearía no haberlo hecho porque estoy un desastre.
Mis manos tiemblan aferradas al lavabo y las miro notando cómo algunas gotas caen sobre ellas como si quisieran limpiarlas. Son mis lágrimas que no dejan de salir haciendo de mi vista una catástrofe porque apenas puedo enfocar bien.
Todavía me siento un poco mareado, pero no lo suficiente como para caerme, así que me acerco a la ducha y dejo correr el agua caliente.
Afuera Jungkook no deja de tocar la puerta como un loco y decir algo que mis oídos no dejan que procese. Estoy muy ocupado repitiendo lo que viví en mi cabeza una y otra vez como un disco rayado.
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HATED FAME | YOONMIN
FanfictionLas pequeñas mentiras destruyen grandes amores. Segunda temporada de EMPTY FAME.