HATED FAME | YOONMIN

Dieciseis

- J -

Es lunes otra vez y ya van tres días desde que Jungkook no me habla. Lo entiendo, está dolido. El fin de semana apenas pude verlo pasajeramente porque salió con Taehyung y yo no estuve mucho en el departamento.

El sábado me vi con Jisoo. Ella actuó tan amable como siempre y hablamos acerca de las grabaciones que serían el sábado. Jisoo es una chica encantadora y muy graciosa. Ella también ama la tarta de fresa como yo. En fin, por la tarde estuve en la academia y el domingo luego charlar un poco con Hoseok, me quedé a dormir en casa de Yoongi porque tuvo la tonta idea de preparar por él mismo brochetas de pescado e hizo un desastre. Lo bueno es que fue divertido y pude evitar lo incómodo de tener que verme con mi mejor amigo a solas otra vez.

Como era de esperarse Yoongi no tardó en preguntarme por el golpe en mi mejilla, así que me excusé diciendo que me di un golpe por accidente con un compañero en la academia mientras practicábamos y terminó creyéndoselo.

A Jin no volví a verlo. Tampoco era que quisiera saber de él, así que mi día en la UCE fue tan común como siempre.

Ahora viene la parte más difícil y la que he estado evitando estos últimos días: volver al departamento.

Inmediatamente al abrir la puerta esa sensación de incomodidad me pega en la cara. Los cuartos vacíos me dan mucho frío y lo único que se escucha es el tic tac del reloj de la pared.

Cierro la puerta a mis espaldas justo en el momento que aparece saliendo de su habitación rumbo a la cocina. Él me mira y yo le dedico una amplia sonrisa que no de devuelve. Que sorpresa. Desearía que lo hubiera hecho, pero no lo culpo.

Casi veinte minutos después he terminado de darme una ducha y camino al salón para ver alguna mierda que me entretenga porque no soporto estar todo el tiempo hablando conmigo mismo y repitiéndome todo el tiempo que estoy en problemas. El silencio en la casa no ayuda a que deje de sentirme estresado.

Cuando llego al salón, Jungkook está en la mesa con su laptop. Trae sus gafas puestas y cuando se percata de mi presencia, me observa un par de segundos para volver a hundirse en su trabajo.

No soporto el no hablar con él por tanto tiempo. Su indiferencia me está volviendo loco.

- Jungkook... – me siento en la silla que está frente a él, pero sigue sin mirarme. Lo que sea que esté haciendo lo tiene muy concentrado – Oye...

- Qué.

- ¿Hasta cuándo seguirás ignorándome? – pregunto jugueteando con mis manos sobre la mesa.

Jungkook alza una ceja y se quita las gafas.

- ¿Y qué quieres que te diga? Después de todo no confías en mí.

Auch.

- Lo que dije fue tonto. Lo siento, no pienso que eso sea cierto. Yo confío en ti, pero... hay cosas que no puedo contarte.

- Pero yo te lo cuento todo...

- Lo sé, pero por favor créeme que hay cosas que es mejor que no sepas.

Jungkook me mira confundido – Jimin...

El timbre suena haciéndome soltar un brinco. De pronto se escuchó tan fuerte que me pegó un susto.

- ¿Podemos hablar de esto después? – pregunto mirando cómo se pone de pie con la intención de abrir la puerta – Necesito que me escuches.

Jungkook asiente soltando un resoplido. Solo no quiero que siga ignorándome.