HATED FAME | YOONMIN

Catorce

- Y -

Esto no me lo esperaba para nada. Por supuesto que me imaginaba a Jimin sonrojado y tímido después de nuestra llamada, pero para nada que se largara a llorar como si el mundo se fuese a acabar esta noche.

- ¡Yoongi...! – lloriquea llevándose las manos a los ojos mientras yo me quedo paralizado unos segundos hasta que despabilo y le abrazo con fuerza.

¿Tanto le hice enojar todos estos días? Imposible, no creo que sea por eso.

- Bebé, ¿qué pasa?

Intento calmarlo porque su llanto me eriza los pelos, pero nada parece tranquilizarlo.

Mientras acaricio su cabello miles de ideas rondan mi mente incluso preguntándome si habrá muerto alguien. No es normal que rompa en llanto así.

Cuando nos separo unos centímetros para darle un corto beso en la frente, lo capto. Está ardiendo. Todo su rostro está colorado. Sus ojos repletos de lágrimas se ven cansados y su piel está muy caliente. Dios, Jimin tiene fiebre.

- ¡Y-Yoongi te necesitaba mucho...! – chilla fuerte.

De una patada cierro la puerta a mis espaldas y le cojo en brazos cuando noto que ni siquiera tiene energías para mantenerse de pie.

Cuando Jimin jadea como si le costara respirar, en mi mente no puedo dejar de repetirme que soy el peor novio del mundo. ¿Cómo puedo ser tan estúpido? Hice que se masturbara cuando apenas tiene fuerzas para llorar.

- Ya estoy aquí y no me iré... pero ya deja de llorar – pido entrando en su habitación para recostarlo en la cama. Tiene un desastre de papeles regados por el piso, pero los aparto con el pie y lo dejo sobre la cama – ¿Te duele algo? Llamaré a un doctor.

- ¡No! – me parte el corazón mirarle – ¡No quiero que nadie me toque!

- Es necesario – marco su número intentando no desesperarme – Es de confianza, no pasa nada.

- ¡No! – grita temblando de pies a cabeza. Mi pecho se aprieta cuando intenta cubrirse con la sábana y suelta un grito tan desgarrador que me eriza los pelos – ¡Quiere hacerme daño! ¡No le llames!

Habría que ser retrasado para no darse cuenta de que está delirando. Si no le llamo cuando se tranquilice, tendré que llevarlo al hospital.

- Está bien, no haré nada – dejo el móvil de lado para desbotonar su camisa. Ya le llamaré luego – Te quitaré esto, estás empapado.

Jimin asiente hipando mientras coge aire – No te vayas...

Es ahí cuando noto algo que me deja boquiabierto: Jimin tiene moretones en todo su abdomen.

Me quedo mirándolo un par de segundos con miedo a tocarle, pero prefiero no preguntarle nada al respecto hasta que vuelva en sí y la fiebre se le haya pasado. Ver su hermosa piel lastimada me hace daño por dentro.

- No te vayas...

- No me iré – tiro su camisa empapada al piso, voy a su armario rápidamente por una seca y comienzo a ponérsela con cuidado de no lastimarlo – Me quedaré contigo, no me iré de aquí cariño.

- ¿Lo prometes? – pucherea.

- Lo prometo – aseguro besando su mejilla. Jimin me observa con sus preciosos ojos brillando empañados en lágrimas e internamente agradezco que su llanto haya cesado – Recuéstate, intenta dormir un poco...

- ¡¿Dónde vas...?! – Dios, su cara cuando me ve salir del cuarto rumbo al baño hace que mi corazón se estruje.

- Al baño por un paño húmedo – respondo fuerte e intentando hacer todo el ruido posible para que sepa que sigo aquí – No tardo.