Veintiseis

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- Y -

La locura por Yoongi sobrepasa los límites...
Tengo miedo...
Hoy me siento mal, Jin me ignora y no sé por qué...
Jungkook me ha preguntado qué tal me fue en la academia. He mentido...
Es de color rojo, de un enorme segundo piso y un gran árbol...
Solo recordar su nombre me da nauseas...
Le grité por ayuda, pero no hizo nada. Yongmin iba a violarme...
¿Por qué llora SeokJin...?
Las pesadillas me dañan de noche. Me estoy volviendo loco...
¿Hasta qué punto estaría alguien a luchar por mí...?
Ya no sé quiénes son mis amigos...
Últimamente mi vida consiste en fingir que estoy bien...
Youl ha sido un buen camarada...
Jungkook me descubrió. Se ha enfadado... quisiera contarle todo...
Tengo lodo en todos lados. Quiso matarme...
La enfermera quiso matarme...
Si no lo dejo, le harán daño...
Se me acabaron las opciones y el tiempo. Debo irme...
Ellos ganan, me rindo.
Me voy.

Apenas termino de leer la última palabra, la libreta cae al suelo igual que mi alma.

Siento la cabeza vacía, las piernas entumecidas y un sonido agudo romperme los tímpanos. El sonido no cesa. No se detiene mientras dentro de mi cabeza intento asimilar todo lo que acabo de leer.

Se siente como si se hubiera abierto un gran agujero en medio del salón y quisiera tragarme.

- ¿Qué tienes? – la voz de Taehyung se oye muy leve, tanto como si estuviera escondido bajo la tierra – Jungkook ¿qué pasa? ¿qué hay con esa libreta?

Mis manos sudan. Me las llevo a la cabeza sin pestañear. Tengo miles de pensamientos atravesándome la mente, me atormentan, se juntan, se amontonan e impiden que logre pensar con claridad.

- Él estaba fingiendo... – balbuceo aferrándome al mesón que da a la cocina para no desmoronarme en el piso.

Jimin estaba fingiendo. Nunca estuvo bien, nunca quiso irse, me mintió. Él mintió acerca de que no me amaba. Sí que lo hizo, y lo hizo tanto que tuvo que marcharse.

Concentrándome en respirar, no puedo quitar de mi cabeza toda la mierda que acabo de leer como si se tratara de una película. Me obligo a mantenerme firme, pero por mucho que lo intente, mis piernas pierden sus fuerzas y me arrastro por el borde de la pared hasta derrumbarme y caer destrozado.

Jungkook es el primero en llegar a mi lado para intentar fallidamente levantarme, pero no puede. Nada puede sacarme del agujero negro en el que estoy metido. Me siento impotente, miserable. Por primera vez en mi vida siento la urgente necesidad de matar a alguien como si fuera cuestión de vida o muerte.

¿Cómo no pude darme cuenta de todo esto? ¿cómo pudo soportar tanto?

Estuve tan concentrado en la felicidad que me provocaba estar con él que no vi sus problemas. No vi más allá de mis narices y gracias a mí esto pasó. Jimin siempre fue sensible, de corazón frágil. Era fácil descubrir cuándo había algo que le molestaba, pero ¿cómo no pude notarlo?

Todo esto es culpa de mis malditos admiradores. Yo provoqué esto gracias a ellos.

- Jimin...

Esto no se los perdonaré nunca en la puta vida. Por mí pueden irse al demonio.

Arreglaré esto. Quién haya o hayan sido los culpables lo van a pagar. Lo van a pagar muy caro.

Aparto a Jungkook de un empujón y me repongo rápidamente. Ya no hay pizca del dolor que llevo sintiendo por casi treinta días. Ha desaparecido, es reemplazado por ira, enojo, furia. El único dolor que siento es por la impotencia que me embarga. Quiero matar a esos bastardos.

HATED FAME | YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora