Capítulo 12.

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Dax

La observaba desde la esquina de la habitación. Su cuerpo temblaba, podía escuchar claramente el castañeo de sus dientes. Su cuerpo estaba frío y el vaho salía de su boca.

Este era uno de los efectos de lo que habían hecho con ella. Yo pase por esto, la mayoría había pasado por esto, pero no me gustaba verla así.

—Dax —me puse de pie y quedé a su lado en la cama.

—Aquí estoy, Devon —pasé mi mano por sus piernas.

—Tengo mucho frío, me estoy muriendo, Dax.

—No te estás muriendo, Devon, son los efectos.

—Abrázame, por favor —entre aquella oscuridad pude ver la suplica en sus orbes. Me pedían, me suplicaban que me acercara a ella y juro que quería hacerlo, pero hacía mucho tiempo que no había estado tan cerca de una chica, menos alguien como ella.

No sabía que hacer, temía hacerle daño, no quería lastimarla. Yo la veía tan frágil, pero no lo era.

—Por favor —suplicó de nuevo.

Puso su mano encima de la mía y la sensación de paz llegó de nuevo a mí.

Me metí debajo de la cobija, ella se dio la vuelta hacia la pared y con uno de mis brazos rodeé su cintura. La otra mano la metí bajo su cuello, su espalda rozaba mi pecho, dándole el calor que ella necesitaba en ese momento.

—Gracias, Dax.

—No he hecho nada, Devon.

—Eso crees tú, pero este simple gesto es mucho para mí.

Sonreí.

—Te voy a extrañar cuando ya no estés.

Vi que hizo un puchero.

—No pienses en esto, Devon, todo va a salir bien.

Me acerqué y le di un beso en la mejilla. Este simple contacto provocó muchas sensaciones en mi cuerpo, pero tuve que controlarme para no hacer lo que más anhelaba hacer en ese momento.

Quizá ella ya era cómo yo, pero no le haría esto, no se merecía esta mierda y no lo haría aquí, en este lugar tan asqueroso.

SALVAJE (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora