Capítulo 11

280 11 2
                                    

Cuando Thomas reaccionó me agarró de la cintura y me hizo pasar así podía cerrar la puerta dando un portazo. Buscó intensificar el beso abriéndose pasó con su lengua en mi boca. Me acorraló contra una pared, pasé mis manos, que antes estaban en su nuca a su cabeza y tiré un poco de su cabello oscuro. Sus manos bajaron desde mi cintura a mis piernas para levantarme y pasarlas a su alrededor. Si esperaba no sentir nada con este beso, estaba muy equivocada. Thomas me agarró del culo y mordió mi labio inferior, causándome dolor y alivio a la vez. Lo necesitaba. Conmigo en brazos caminó hasta el sofá en donde se sentó, dejándome encima de él. Seguimos besándonos hasta que yo me empecé a restregar en su regazo, podía sentir lo duro que ya estaba. Beso mi cuello y torpemente saqué su camisa mientras el trataba de hacer lo mismo con mi saco. Sus besos seguían y no pude contener un gemido, lo que parece que le gustó a Thomas porque me apretó más contra él para poder llegar al cierre de atrás de mi top. Paró el beso para mirarme, como pidiendo mi permiso para poder sacarlo y solo respondí buscando sus labios de nuevo. Por suerte tenía corpiño debajo, normalmente uso de esos que se pegan para tops así. Él saco las manos que habían vuelvo a mi cintura para agarrar mis tetas a través del corpiño blanco de encaje que no dejaba nada a la imaginación. Gemí cuando acercó su boca a mi pecho e iba bajando hasta llegar a donde comenzaba el corpiño, dio unos besos y cuando sus manos buscaron en mi espalda para desabrocharlo, me separé de él.

-¿Estás bien? –me miró preocupado y su respiración seguía agitada.

-Sí. –respondí rápidamente y traté de alejarme un poco pero seguía arriba suyo.

-¿Qué pasa? –puso su dedo índice en mi mentón para levantarlo y que nos pudiéramos ver mejor.

Thomas estaba más despeinado que antes, tenía un brillo en los ojos. Lujuria. La vena de su cuello sobresalía y oh mierda, ese cuerpo me hace querer terminar lo que empecé.

-Emma... -me empezó a regañar.

-Estoy bien, en serio. Es solo que...

-¿Muy rápido? -me sacó las palabras de la boca.

-Un poco.

-Entiendo.

Me dedicó una sonrisa tranquilizadora y se estiró a la derecha para alcanzarme mi top, el que ni siquiera sabía que estaba ahí. Me levanté de su regazo para poder ponérmelo, al ver que me estaba costando abrocharlo yo sola, se acercó a ayudarme. Sentir sus manos en mi espalda envió una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, una vez que subió el cierre, siguió subiendo sus manos pasándolas por mis hombros despacio hasta llegar a mi cuello, donde corrió el pelo que había y deposito unos besos. Dios, esto es la gloria. Lo hizo durante unos segundos hasta ver que no me resistía, me hizo girarme delicadamente hasta quedar en frente suyo donde me volvió a besar pero no era como antes. No era un beso con deseo como el de recién, con ganas de más, era dulce y lento. Me encanta sentir sus labios pero esto no era lo que quería. Nos separamos por falta de oxígeno y nuestras frentes se juntaron. Con estos tacos estaba casi a su altura.

-¿Qué pasó con el taxi? –preguntó.

Una carcajada escapó de mis labios y el rompió el contacto, dándome un beso en la frente y alejándose con una sonrisa.

-Vamos, yo te llevo. –se acercó al sillón para pasarme un saco mientras se acomodaba la camisa.

Una vez que busco su campera, nos dirigimos de nuevo al garaje a buscar su auto. Subimos en silencio y emprendimos el camino a la casa de mis padres. Tal vez llegue a tiempo para bailar el baile de la botella, amaría ver la cara de mis padres al verme aparecer así pero no estaba de humor.

Era media hora aproximadamente de viaje, lo que se sintieron como horas. El ambiente estaba algo tenso y podía sentir los ojos de Thomas en mi cuerpo. Intenté con todas mis fuerzas no devolverle la mirada, estoy muy orgullosa de mí misma. Use ese tiempo de viaje para pensar. Solo quería un beso para ver que no teníamos química, para comprobar que no era más que un capricho mío. Que como hace semanas que no estoy con Max ni con nadie más solo quería un polvo. Pero definitivamente no fue así. Si solo quisiera tener sexo con él y listo lo hubiera hecho, no me hubiera frenado y no sé por qué lo hice. Yo creo que puede haber significado algo más pero ¿y él? No pienso lanzarme sin saber que pensó, lógicamente me devolvió el beso pero estaba caliente, no cuenta. Me molesta mucho sentirme tan prepotente cuando estoy con Thomas, nunca me sentí así, no soy de las chicas que se pasan días y días pensando que significo un puto beso. Porque fue solo eso, un beso.

Pase lo que paseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora