Capítulo 23

227 16 6
                                    

-¿Si sabes que en algún momento vas a tener que irte a tu departamento, no?

Hice oídos sordos a lo que Ben me acababa de decir, como prácticamente lo hice con todas sus indirectas para que me vaya y seguí cocinando el almuerzo.

Hace casi una semana que casi estoy viviendo en su casa, solo fui una vez a la madrugada a buscar ropa y no volví, tampoco está en mis planes volver por un tiempo pero no me gustaría molestar a mi amigo.

-Sé que dije que podías quedarte lo que necesites pero esperaba que sean solo dos días.

Se apoyó en la mesada a mi lado y se cruzó de brazos mientras me miraba.

-Te estoy siendo de ayuda, cocino, lavo...

-Emma quemas las tostadas todas las mañanas, por no decir que la otra noche se te pasaron las papas y tu ropa interior sigue en la ducha, sin ofenderte claro.

Solté una carcajada y me volví para verlo, también estaba sonriendo.

-¿Eso es sin ofender? –lo empujé con el hombro.

-Deberías ofenderte. –se encogió de hombros bromeando.

-Sabes que la cocina no es lo mío pero lo estoy intentando.

Tomé el repasador para golpearlo jugando pero fue más rápido que yo y me lo saco de la mano antes de que llegue a tocarlo.

-Hablando en serio, ¿piensas quedarte a vivir acá? –señaló con su cabeza hacia el pasillo. -¿Tengo que cambiar mi cama por dos pequeñas? Decime que no por favor.

Hizo cara de cordero degollado y me eché a reír con más ganas.

-Voy a irme pero dame más tiempo. –me apoyé en la mesada imitándolo.

-Más bien vas a tener que irte esta noche. –sonrió lo más falsamente posible y cuando iba a protestar, volvió a hablar. –Emma, mañana es 31 y te dije que iban a venir mis padres.

-Lo olvidé. –bufé.

-Eso me recuerda que no me dijiste si ibas a cenar con nosotros.

Espero mi respuesta mirándome fijo, lo quiere hacer para ponerme nerviosa y aceptar pero no sabe que ya lo tengo decidido. No tengo otro lugar para ir y los padres de Ben son bastante simpáticos. Los habré visto dos o tal vez tres veces desde que nos conocemos, también a su hermana menor que tiene más o menos mi edad, si no mal recuerdo.

-No tengo demasiadas opciones, ¿verdad? –intenté no parecer desesperada aunque él lo sabía.

-Perfecto entonces.

Se despegó de la mesada para rodearme y quedar de mi otro lado, así llegaba mejor a la carne que había dejado a la mitad porque nos pusimos a hablar. A él se le da mucho mejor la cocina así que me corrí unos cuantos pasos para que mi amigo pueda usar todo el espacio.

-Igualmente podría dormir acá, me voy temprano antes de que lleguen. –casi rogué.

-Te conozco, no te vas a levantar y ellos llegan muy temprano. –resaltó la palabra muy.

-¿Y si te prometo que sí?

-¿Pensas que si nunca más volves a tu departamento él no te va a encontrar?

Había tratado de evitar el tema de Thomas hace dos o tres días, por suerte Ben no hizo demasiadas preguntas, lo que fue mejor porque no tenía respuestas para darle, como ahora. Solo pensé que si no me encontraba por unos días se iba a cansar y dejar de molestarme.

-Él sabe dónde encontrarme pero no sabe donde vivís vos. –me encogí de hombros y aparté la mirada de mi amigo.

-En algún momento vas a tener que verlo.

Pase lo que paseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora