Casada con mi mejor amigo

Capitulo 17

Cris me dijo ayer que apartir de hoy empezaba a trabajar. Rápidamente tome una ducha y decidí vestirme con el vestido floreado que me regaló Claudia

Cris me esperaba abajo en el carro, Vani estaba ya en la escuela. Tomé un bolso que me regaló mamá y heché lo necesario mi teléfono lapicero y una libreta.

Cris rápidamente me volteó a ver y me abrió la puerta del copiloto rodeo el carro y se sentó listo para conducir, no voy a negar que aún sentía algo por Cris y más por como se veía con ese traje azul.

Cris llego a notar que lo veía mucho y eso me llegó a avergonzar bastante

-Kat- me dijo aguantando una risita-¿porque me miras tanto?

- Lo siento, siempre que estoy nerviosa me quedo viendo a alguien, perdón por eso

-Tranquila- y con eso me dió una sonrisa tranquilizadora - a parte de que soy guapo no me incómoda que me mires- ríe por lo bajo

Sonrió para luego darle una mirada reprobatoria

- Wao discúlpeme señor ego

Otra risa

- No sabía que tenías sentido del humor siempre caminas "amargada"- levantó los hombros

-¿De verdad pensaste que no tenía sentido del humor? Vaya, ah sido difícil para mí la muerte de mamá y el incidente que pasó en mi departamento- me encogió de hombros y aparte la vista hacia la ventana- la extraño Cris

Susurré pero él lo escuchó

- Lo sé Kat, también pasé por eso. Pero tienes que ser fuerte por tí y por Vani para que cuando ella sea más grande también lo pueda superar- estaciona el carro- y por mí también.

Susurra y lo miro sorprendida. Bajamos y me conduce hacia un elevador, mientras él camina, la gente se corre y puedo jurar que algunos lo miran con miedo, otros con odio y otros con curiosidad.

Cris se para enfrente me toma de la muñeca y habla

- Buenos días, ella es Katherine Jonhson será mi secretaria y por lo tanto la deberán respetar y de acatar mis órdenes- dice.- ¿Entienden?

-¡Si Señor!- contestan todo al mismo tiempo.

Yo me quedo estática en mi lugar sin saber que hacer o qué decir- La señorita Sanny te llevará a tu oficina- me dice al oído

Percate que había una joven de edad aproximada 24 años delgada y ojos mieles

-Bienvenida señorita Kat,- me extiende la mano y la tomo- un gusto