¿Qué se puede esperar de un orfanato? Un lugar para los abandonados, los rechazados que aún así, a pesar de sus adversidades, siembran esperanza en sus corazones. Cada niño es único del orfanato, tan único como cualquier niño, pero con la espina de haber sido apartados por sus padres.
Dentro de uno de estos lugares se encontraba Jin, una pequeña niña dejada a su suerte desde muy joven. Era curioso ver a esta niña, una don nadie que en el fondo se creía una pequeña princesa. Todos los demás la veían extrañados mientras esta, a su corta edad, se interesaba en los modales y la alta nobleza, algo que ella jamás había visto antes. Jin era apartada en el orfanato, nadie se le acercaba por parecer un "bicho raro". A pesar de todo, ella era feliz, en su pequeño mundo, pero feliz. Como no era muy aceptada por el resto, le gustaba permanecer sentada bajo un árbol mientras los rayos del sol impactan en su hermosa cara de porcelana.
Las criadas la trataban, por su parte, con mucha gentileza, ella era una chica callada y educada ¿Cómo no adorarla? Pero de igual manera, no tenía permitido estar todo el día con ellas así que por lo general, su soledad era continua.
Ella le gustaba pensar que su padre era un soldado quien la abandonó tras caer en un combate y su madre sería una reina que debió dejarla para gobernar. Era un pensamiento bastante tierno puesto que nadie sabía realmente el paradero de sus padres.
La vida parecía tratarla con cierta amargura, ser rechazada hasta en un orfanato debe de ser duro. Por suerte la niña tenía un peculiar amigo, este la visitaba todas las noches y decía que vivía debajo de la cama. Parecía la típica historia para asustar a los niños, pero una historia no puede ser tan real.
-Oye...pequeña.- Se escuchó un susurro bajo su cama.
-¿Otra vez tú?- Preguntó juguetona la niña. -Es muy tarde, deberías dormir, harás que los demás se despierten.-
-¿Acaso importa?- Respondió sentándose junto a la niña en su cama. -¿Hoy sí querrás entrar?-
-¿A tu mundo? ¿Para qué?- Preguntó dejando escapar una pequeña risita.
-Solo serán unos minutos, nadie lo notará.- Insistió.
-Bueno...no sé.- Dudó un poco. -¿Luego podré volver?-
-Solo si tú quieres.- Respondió.
La chica aceptó tan extraña idea. De forma casi surrealista, aquel extraño ser la tomó de la mano mientras en un abrir y cerrar de ojos, entran a otro mundo. Aquel lugar era hermoso, un bosque adornado con un cielo violeta y las plantas tenían hojas rosa, parecía un mundo de ensueño. Su extraño amigo la condujo por el lugar, la fauna y la flora era extraña, había toda clase de animales, era sin duda, la fantasía de cualquier infante.
-¿Te gusta aquí?- Preguntó impaciente aquel peculiar ser.
-Sí, es fascinante.- Respondió maravillada.
-Solo la gente como tú es capaz de entender este lugar. La belleza que le rodea podría ser tuya.- Le ofreció mientras las hojas cayendo hacían un hermoso escenario.
-No puedo quedarme, no pertenezco aquí.- Respondió bajando la mirada.
-Tonterías ¿Por qué no podrías vivir aquí?- Preguntó algo insistente con el tema.
-Lo pensaré...-
Ambos caminaron por aquel extraño pero maravilloso paisaje bañado en tonos violetas y azules. Ella interactuó con los animales fantásticos del lugar, comió la comida de ahí y, cuando finalmente era hora de irse, tan sencillo como entró salió.
Ella amaneció en su cama, ya era de día y sus compañeros ya se habían ido a desayunar. Se podría decir que fue solo un sueño , pero Jin sabía que no, no podía serlo, ella se convencía de que no era así.
Una criada en ese momento decide ir a donde la pequeña, era extraño que no fuera a desayunar. La niña la recibe cariñosamente mientras esta le acerca un plato de comida.
-¿Todo bien pequeña?- Preguntó la criada mientras cepillaba su cabello.
-Sí.- Afirmó mientras comía restando importancia al asunto. -¿Crees en los fantasmas?- Preguntó de forma anticlimática.
-¿Por qué la pregunta?- Preguntó la criada algo incómoda.
-Tal vez me esté topando con uno.- Respondió inocentemente.
-Ya te dije que solo es un sueño, no pasa de ahí.- Dijo esta vez algo enojada. -Sabes que es malo hablar de los muertos.- Añadió tratando de evadir el tema de conversación.
-Te he mencionado que hay alguien que vive bajo mi cama, solo aparece de noche y ayer me dejó entrar en su mundo.- Relató con una leve sonrisa. -Fue muy bonito, hubiera querido quedarme más tiempo, pero algo me halaba de vuelta a acá.-
-Jin, suficiente.- Contestó para llevarse el plato vacío de la chica. -Debes descansar, te aseguro que en unos días estarás mejor.
La criada se aleja algo disgustada mientras Jin no termina de entender qué ocurrió ¿Por qué tenían que tratarla así cuando hablaba del tema? Esto siempre se repetía, nadie quería escuchar la mágica historia de un ser que vive debajo de su cama. Al principio, ella reconoce que él no la visitaba tan seguido, pero a medida que pasaban los días, era cada vez más y más constante.
Nuevamente, cayó la noche solo para repetir la misma escena. La chica aceptó, se sentía bien entrar a ese mundo, todo parecía tan perfecto, pero una vez llegó la hora de irse, la chica no despertó, por más que quería volver no podía.
-¿Qué ocurre?- Preguntó la chica confundida.
-No te preocupes, es solo un pequeño fallo, pronto volverás.- Trató de tranquilizarla aquel ser. -¿Por qué no aprovechas de explorar este mundo? Es pequeño pero acogedor.-
La chica comienza a caminar sin rumbo, pero esto no le molestaba, se sentía feliz, todo parecía estar hecho a medida para ella. Tras una pequeña caminata, la chica encuentra lo que parecía ser una casa, ella intuía que le pertenecía a su acompañante, pero era muy pequeña para un ser tan alto como él. Al entrar al lugar, parecía como si fuese una casa de muñecas, todo estaba decorado para que una niña viviera ahí. La chica se pone cómoda mientras poco a poco, la sensación de querer irse a casa se difumina.
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Corazón de Hielo
FantasyJin, una niña huérfana, abandonada a su suerte en un orfanato, se sumergirá en un mundo fantástico para descubrir quién es en verdad y la razón de su estadía en un misterioso mundo de ensueños. Sin embargo, pronto descubrirá que aquella prisión de c...