19. Frío Gélido

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-Ahora que me has aceptado, estás un poco más completa.- Dijo mientras abrazaba a la chica. -Es hora de que entiendas todo.-

-¿Qué debo de hacer ahora?- Preguntó mientras correspondía el abrazo.

-Tranquila, cuando llegue el momento, sabrás perfectamente lo que debes de hacer.- La tranquilizó mientras acariciaba su larga cabellera.

Jin cerró sus ojos ante esas caricias y se dejó arrullar por este. Cuando abrió los ojos, se percató de que ya no estaba en aquel mundo, había vuelto a aquel lúgubre castillo. Ahora la chica entendía un poco más lo que estaba ocurriendo. La vida y la muerte no son conceptos tan sencillos como parecen. La muerte es el final natural de toda vida, pero ¿Qué es la vida en un principio? ¿Un producto imaginario o tangible? Responder la interrogante era algo casi imposible, pero respondería la naturaleza de su extraña existencia.  Ahora entendió que aquel castillo era el descenso a la oscuridad, era su aceptación a las sombras. Con esta premisa, era claro el porqué del frenesí que estaba experimentando, era su duelo en contra de lo que ella era en verdad, la negación que tenía sobre lo que vivía dentro de su ser. 

Salió del castillo para ser recibida por una ventisca gélida. Si esta era su mente o alma, había algo más que debía de resolver, había algo que aún no la dejaba estar en paz consigo misma. Contra todo pronóstico, Jin intentó atravesar esta espesa niebla. El viento la hacía retroceder, pero su determinación podía ir en contra de esta. Se alejó lo más que pudo del castillo haciendo que este se perdiese en aquella neblina. Ahora se sentía mucho más segura que la primera vez que exploró aquel lugar. A pesar de no saber a dónde ir, se sentía a salvo, como si alguien la estuviera protegiendo, como si ese mundo no fuera tan hostil. El viento gélido era capaz de congelar a cualquiera, pero la chica no parecía sufrir ningún tipo de hipotermia.

Tras una larga caminata en medio de la nada, la niña percibió una presencia cerca de ella. No era aquel ente de aquella vez, aquel que jugaba a un juego de pasos con ella, era algo más siniestro... Jin no entró en pánico y permaneció calmada casi ignorando este factor.

-Jin...- Se escuchó a lo lejos rompiendo el silencio sepulcral de la ventisca.

Jin no pudo reconocer aquella tenue voz, pero sabía que debía ir en la dirección contraria a esta. La voz la llamó una y otra vez, se notaba, por su tono, que este ser estaba corriendo hacia ella. Con un temple admirable, la chica continúa caminando tranquilamente, como si nada estuviese pasando. En un momento determinado, la tormenta gélida se disipa revelando así, la ubicación de la chica. Ella voltea lentamente hacia atrás y lo ve, una figura alta y delgada, su cráneo no era humano y parecía tener cuernos. Aquella cosa la había visto a lo lejos y, con una velocidad sobrehumana, se empezó a acercar hacia ella. Los brazos de la criatura eran tan largos, que casi los arrastraba por el suelo mientras se movía.

La chica hubiera corrido para este entonces, pero decidió esperarle con los pies bien arraigados al suelo. Al tenerle cerca, supo perfectamente de quien se trataba.

-¿Rin?- Preguntó la chica al verlo a centímetros de ella.

-¿Creíste que podrías alejarte de mí?- Respondió en un tono amenazante. -Me sorprende la resistencia que tienes, has soportado bastante para llegar hasta aquí.-

-Y planeo seguir avanzando y descubrir quién soy.- Respondió restando importancia ante la amenaza.

-Solo eres una niña ¿Qué es lo que vas a descubrir?- Contradijo tratando de romper la seguridad que emanaba la chica.

Jin decidió ignorarlo, darse media vuelta y empezar a caminar en dirección contraria a este demonio. Ante esta acción, Rin trata de asestarle un zarpazo por la espalda, aprovechar la oportunidad para asesinarla ahí mismo. Muy para su desgracia, su ataque fue evitado por una amalgama negra emergente de la espalda de la chica. Aquella mancha negra se asemejaba a un tentáculo. Con una velocidad vertiginosa, aquel apéndice sujetó la zarpa de Rin.

Corazón de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora