10. Sueños

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Finalmente, la chica había terminado en otro mundo. Al entrar en este, las cosas fueron un poco distintas. La chica había despertado en una cama de su antiguo orfanato, sin dudas, algo bastante extraño pues no pensó que volvería a dicho lugar.

-¿Qué? ¿Cómo se supone que volví?- Se preguntó extrañada mientras veía angustiada en diversas direcciones.

-Jin, está todo bien, tranquila.- Le dijo una de las criadas.

-¡No!... Había... había una criatura y esta trataba... estaba tratando de...- Trataba desesperadamente de explicar todo lo que había vivido.

-Debió de ser un sueño, Jin.- Trató de calmarla inútilmente. -No ha pasado nada, has estado todo el tiempo aquí.- Le explicó aún sin lograr calmarla.

-Es imposible, yo ni siquiera estoy viva.- Respondió entre lágrimas de desesperación. -Yo morí por una anemia.-

-Pero si eres una chica muy sana, Jin... Ni siquiera estás enferma.-Le dijo un poco confundida.

-¡No es cierto!- Gritó de la impotencia que le generaba todo. -No estoy loca, yo sé lo que viví.-

-Si es así, demuéstralo.-Trató de tranquilizarla acariciando su cabeza dulcemente. -Jin, estás desvariando, has estado aquí todo este tiempo, yo misma te he estado cuidando.-

Ya para este punto, Jin se veía realmente afectada. La chica se levantó de la cama y empezó a caminar en círculos mientras su cabeza trabajaba en búsqueda de alguna respuesta a su estado.

-¿Qué me dices de Sinsel? La diosa Sinsel quien derrotó al "Oscuro".- Le interrogó rápidamente.

-Es la primera vez que oigo algo así, jamás he oído de una diosa llamada de esa forma.- Le contestó algo confundida. -Como dije, de seguro fue parte de un sueño.-

-No, no es así ¿Por qué soñaría con algo así?- Volvió a intentar con algo más. -Mi tumba, yo fui enterrada en lo alto de una colina, todavía recuerdo donde fue.- Dijo haciendo memoria.

-Pero si estás aquí, tontita.- Le respondió dejando escapar una pequeña risa.

-Te estoy diciendo que es así.- 

.Muy bien, si te llevo ahí ¿Dejarás de desvariar?- Se acercó a ella algo preocupada. -Realmente estás empezando a asustarme.-

-Solo vamos.- Le respondió para sujetarla de la mano.

La chica casi  arrastró a la criada fuera del orfanato mientras los demás huérfanos la veían extrañados a medida que pasaban. La condujo por la ciudad, todo parecía estar en orden; la gente caminaba como si nada, el sol brillaba y los pájaros sobrevolaban la ciudad, un día cualquiera.

-Jin, cálmate, no hay nada allí.- Le dijo la criada mientras era arrastrada por la chica.

-Ya verás...- Le contestó Jin determinada en lo que quería.

Finalmente llegaron, Jin soltó su mano y subió la colina lo más rápido que pudo, dejando a su acompañante atrás. En la colina, como aquella vez, había un árbol plantado. Ella recordó que su lugar de descanso carecía de lápida, pero el árbol era exactamente el mismo.

-¿Ves? No hay nada.- Le dijo la criada luego de subir hasta donde estaba.

-Te equivocas... está aquí.- Respondió para, desesperada, empezar a cavar con sus manos.

La criada trató de detenerla, pero esta seguía apartando la tierra a garrazos. Tras hacer un pequeño hoyo, destrozándose los dedos y las uñas en el proceso, la criada logra detenerla en aquel acto tan errático.

Corazón de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora