4. Renacer

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Jin comenzó a explorar el orfanato llena de curiosidad. A medida que la chica recorría el lugar, este se volvía más claro e iluminado. Los pasillos eran variados unos de otros, algunos eran oscuros y misteriosos, mientras otros estaban llenos de pinturas borrosas y bizarras.

-¿Cuéntame más del lugar?- Le preguntó la chica al extraño ente del lugar. -Algo debes de saber ¿Hay alguien más por aquí?-

-A veces vienen nuevas personas por aquí y a veces, incluso, el lugar se amplía.- Contestó mientras observa el lugar maravillado. -Jamás había visto el lugar así, todo está tan claro y hermoso.-

Explorar en su totalidad el lugar, parecía algo imposible, era demasiado amplio y laberíntico sin contar por supuesto, las zonas oscuras ya mencionadas. Su pequeña expedición se vio frustrada de nuevo por un ser familiar. 

Rin se encontraba en la entrada observando curioso el lugar y era de esperarse pues este había permanecido oscuro durante varios años. Al observar a este ser, Jin corre a esconderse junto con Henry y aquel ente antes de que este los viera. Los tres se ocultaron en una de las habitaciones más oscuras de la casa.

-¿Creen que nos haya visto?- Susurró la chica mientras las pisadas de Rin pasaban cerca de la puerta.

-¿Por qué nos ocultamos?- Preguntó el fantasma en voz baja.

-Porque él no me quiere ver aquí, no sé si se moleste, pero no es buena idea retarlo.-

En esos momentos de tensión, como para poner más leña al fuego, las luces volvieron a empezar a apagarse. El lugar se sentía más frío en esos momentos, era como si el orfanato hubiera muerto.

-¿Qué ocurre con el lugar?- Preguntó en voz baja.

-Vuelve la oscuridad al lugar.- Respondió el ente. -No debemos estar en este lugar, no estás lista todavía.-

-¿Lista? ¿Qué es este lugar?-

-No puedo responderte, tienes que averiguarlo tú.- Entreabrió la puerta con la esperanza de que Rin no estuviera ahí. -Debes ir al corazón de hielo, ahí podrás entenderlo todo... ahora lo recuerdo.-

No se veía a Rin por ninguna parte, el estaba camino libre para Jin. Ella decide ir sola, si van los tres juntos, serían más fáciles de atrapar. Henry y el fantasma se quedan juntos en la habitación oscura y ella, por su parte, trataba de tener todo el cuidado del mundo mientras caminaba por los pasillos del orfanato. En su temerosa marcha y tras unas cuantas pisadas, la chica se percató de que, graciosamente, el fantasma no le contó la ubicación de aquel supuesto corazón. Ella al percatarse de esto, quería volver a la habitación, pero sabía que era imposible, ya se había perdido en los pasillos del lugar.

A medida que caminaba, la sensación de tener a Rin detrás suya es vigente y la oscuridad era tal, que en las zonas más grandes, tenía que pegarse a la pared para no tropezar. El lugar parecía que se la comía viva, poco a poco se sentía cada vez más pequeña mientras la oscuridad dominaba cada recoveco del orfanato.  Esos eran los momentos donde la imaginación empieza a jugar malas pasadas. La cordura de la niña tendía de un hilo, al mínimo ruido sería capaz de correr despavorida sin rumbo y sin importarle el peligro que esto significase. Sumado a eso, el silencio del lugar era ensordecedor, la estaba enloqueciendo lentamente mientras sus sentidos se tensaban con cada pisada que daba.

De forma súbita, se escuchan unas pisadas cerca de ella. En ese punto, Jin se plantó en el suelo temblorosa, el miedo pudo más que las ganas de huir. Los pasos se escuchaban unos  metros frente a la chica y se acercaban lentamente. Ella debía moverse ¿Pero a dónde? Correr haría que la escucharan, pero quedarse quieta no era para nada una opción. En un acto instintivo, ella se desplaza lentamente a un costado con la esperanza de que este ser caminara en línea recta saliendo así de la habitación. Tapó su boca para no gritar del terror que le producía la criatura al pasar a centímetros de ella. Podía escuchar su respiración, era lenta y pesada y sus huesos crujían con cada paso que daba. Este de forma casi burlesca, se detuvo unos pasos antes de salir de la habitación.

-Jin... no deberías estar aquí.- Se escuchó la voz de Rin, era claro que se trataba de él, pero su voz era grotesca y desagradable esta vez.

Jin se paralizó tras este suceso ¿Cómo no había notado esa voz antes? La voz de Rin por lo general es pesada, pero agradable. Por suerte, parecía que él no sabía que  se encontraba exactamente en ese pasillo, solo que la pequeña se encontraba cerca. Esto lo intuyó una vez que observa aquella silueta marcharse.

Una vez la chica estuvo más calmada, decidió seguir con su caminata sin sentido. El lugar seguía oscuro y parecía que no estaba yendo a ninguna parte. Su travesía se asemejaba a caminar en un laberinto, solo que en vez de buscar la salida, busca el epicentro del lugar. Aquella edificación era tan compleja como la mente humana llena de habitaciones como recuerdos tiene el cerebro. Tras tanta caminata, Jin se dio por vencida deteniéndose frustrada en una de las oscuras habitaciones. 

-Es inútil, no entiendo este lugar.- Y con lágrimas de frustración se sentó en el suelo sin hallar solución. -Todo es tan extraño. Estoy atrapada aquí.- Tras decir eso, el lugar se empezó a oscurecer aún más, ya para este punto, no podía ver ni siquiera más allá de su nariz.

Jin notó de inmediato este cambio, era como si el lugar llorara con ella. En ese momento recordó cuando el lugar se había iluminado, fue ella quien generó el cambio, fue su curiosidad lo que esclareció los pasillos. Guiada por este pensamiento, cambió su frustración por curiosidad nuevamente. El resultado de esta acción fue exactamente lo que pensaba, el lugar se empezaba a iluminar lentamente.  Ahora ella podía ver, el problema es que Rin también podría verla. Aprovechando la luz tenue y cansada de esconderse, corrió lejos del lugar con la esperanza de toparse con su objetivo por casualidad.

Tras unos instantes el sonido de pisadas tras de ella se hizo presente, era evidente que Rin la estaba persiguiendo. Ella solo se puso a correr, corrió y corrió hasta toparse con una puerta. Por debajo del marco no se reflejaba ninguna luz, era la única habitación a oscuras y posiblemente, su único escondite.  Ella está a punto de abrir la puerta hasta que una voz familiar la detiene.

-No abras esa puerta...- La detuvo Rin. -Si das un paso más, destruirás todo lo que has hecho y tu reinado llegará a su fin.- Le advirtió desesperado.

-No puedo ser la reina de un lugar que no conozco...- Se excusó para huir de aquel ser.

Rin trató de detenerla, pero una vez ella entró, la puerta se cerró. Por más que aquel ser golpeó la puerta, fue en vano, la puerta no se abriría y no era como si Jin tuviera ganas de abrirla. Dentro de la habitación no se podían ver muchas cosas, pero algo característico, era la presencia de un orbe de un color violeta que brillaba mientras levitaba en la fría habitación. 

Un poco temerosa, ella se acerca lentamente mientras este orbe permanece inerte en el aire.  Acercó su mano mientras miles de cosas le pasaban por la mente; sus vivencias en el orfanato, sus días en ese extraño lugar y... el momento en que fue abandonada, un recuerdo que mantuvo reprimido por años. 

El orbe la cegaba mientras su brillo se intensificaba. A medida que Jin se acercaba, notaba un mundo distinto dentro de este, como si fuera un portal a otra dimensión. Finalmente, una vez la chica hizo contacto con el orbe, su visión quedó completamente nublada para que, una vez recobrara la visión, se percatara de que aquel orfanato, había sido reemplazado por otro mundo.

Corazón de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora