22. Revelaciones

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Jin había vuelto a aquel palacio. Sus ojos ahora estaban perplejos viendo la pared de enfrente. Aquella experiencia fue un nuevo despertar nefasto, pero sabía que la muerte de su padre no podía ser dejada de lado. La venganza no era algo bueno, no obstante, alguien debía ponerle un alto a las perversidades de Rin.

-Finalmente lo entendiste.- Dijo la voz de la habitación.

-Dime cómo puedo detenerlo.- Le preguntó tras levantarse de su asiento.

-Rin quiere lo que yace en tu interior, ahora que lo has dejado salir, lo consumirá y usará su poder para arrasar con tu mundo.- Explicó detalladamente. -Ahora solo tienes la carcasa de lo que alguna vez fue el ser que habitó dentro de ti.-

Jin volteó a ver la armadura inerte, era claro que se refería a este monstruo.

-Pero este no te ha abandonado, te usa como refugio y ahora te usará como herramienta.- Añadió mientras una silueta emerge de la esquina del cuarto.

Aquella silueta era idéntica a la de la chica, solo que esta era completamente negra a excepción de sus blancos ojos.

-Debes escapar de este mundo, solo así podrás desligarte de Rin y obligarlo a salir de tu alma.- Dijo encarando a la chica.

-¿Pero cómo hago eso? Estoy atrapada dentro de mí misma.-

-¿Enserio sigues creyendo eso?- Le preguntó. -Al estar en contacto con este dios antiguo, has adquirido una cierta familiaridad con él. Si Rin es capaz de crear mundos...-

-Yo cree uno para salvarme...- Respondió tras una breve reflexión.

-Y tendrás que hacerlo una vez más.-

-¿Pero cómo? No entiendo lo que hago, pensé que mi travesía era un recorrido por mi mente.-

-¿Cómo pudiste recorrer tu mente estando muerta? Has vagado en un mundo creado a tu imagen y semejanza y este te ayudó a entender cómo funciona el poder que yace dentro de ti.- Tras esas palabras, empezó a disiparse lentamente. -Solo tú tienes el control de lo que pasará después...- Y tras dicho eso, la silueta terminó desapareciendo.

Tal y como Rin había hecho, Jin había creado un mundo para ella sola, por eso es que ambos mundos eran tan distantes. La primera realidad que experimentó fue un mundo mágico de ensueños donde todo giraba en torno a su felicidad. En contraparte, el mundo que ella creó fue uno dónde los peligros asechan, donde ella es su mayor enemiga, uno donde toda la música está muerta y la poca que suena es errática y va en su contra.

El poder de Jin había alcanzado otro plano tras haber pasado tanto tiempo en contacto con Rin. Ahora la chica era capaz de contener mundos enteros con su ser, podía modificar ciertos factores de la realidad y moldearlos a su antojo, pero ¿Cómo enfrentar a un dios antiguo? ?Cómo revelarse contra aquel ser oscuro que la colocó en esta situación?

-Debo volver a mi mundo.- Concluyó luego de meditarlo detenidamente. - Él no me dejará ir hasta que obtenga lo que quiere, pero no dejaré que lo consiga... no dejaré que lo haga luego de todo el sufrimiento que me hizo pasar.-

Para este punto, una contradicción estaba sobrevolando la cabeza de la chica. Ella dijo que la venganza no llevaría a nada, era la idea que planteó cuando conoció la historia de Rin, entonces ¿Por qué la venganza la llenaría ahora? De igual manera, Jin no estaba dispuesta a quedarse callada esta vez. Fuese o no la decisión correcta, la chica estaba dispuesta a actuar.

-Debe de haber alguna forma de volver.- Pensó. -Este es mi mundo al fin y al cabo, yo cree esta realidad... ¿O en verdad es el más allá?-

En ese momento, su atención se centró en la enorme armadura que tenía al lado. Lo analizó por unos segundos, realmente no era un ser inanimado, pero tampoco mostraba mayor inteligencia. Sin embargo, parecía formar parte de ella y, por ende, debía de tener alguna idea de que hacer.

Corazón de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora