Capitulo X

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~La maldición de Cain~

Caín, sorprendido y paralizado, se quedó escuchando lo que aquél demonio estaba apunto de decir.

-En serio pagarás dos monedas de oro por la información de éste ser que siquiera te a dicho su nombre? -dijo Alice un poco alterada.

Adonis, quien ya tenía las dos monedas de oro entre sus garras, sujetó bruscamente por el cuello a aquél demonio que acababa de salir de las sombras de aquella cueva.

-Me dirás tú nombre, me dirás porqué estás aquí en este preciso lugar, y me dirás el secreto del que según eres testigo -dijo Adonis.

Aquel demonio se soltó de un jalón hacia atrás y tomó distancia entre él y Adonis.

-Un poco agresivo el jovencito -se hecha a reír -mi nombre es Arioch, conocido como el demonio de la venganza. Estoy aquí porque tú mismo me hiciste venir, siento en tí un pequeño desespero de venganza. Dígamos que te estuve siguiendo, más bien, tenía tiempo sin pasar por dónde mi viejo amigo Caín.

-¿Pero, porque persigues a Adonis? Y ¿Porqué le dices viejo amigo a Caín? -Interrumpió Alice con su pregunta.

-Sexy demonia, soy de esos demonios quienes cobran por un buen trabajo, y mi trabajo, es la venganza. En realidad logré poseer a Caín hace mucho tiempo ya que Alastor me pagó para cobrar venganza.

-¿Alastor? -preguntó Caín.

-Alastor... Él es el verdadero demonio de la venganza, conocido mayormente por causar el derrame de sangre entre familias. Verás, yo solo cobro a aquél que me invoca para realizar la venganza, y debido a que Caín fué débil ante las decisiones de su supuesta porquería que conoce como Dios, Alastor aprovechó aquella debilidad y me contrató para poseerlo. Pero dejemos a ese viejo amigo allá en Grecia, seguramente está torturando a alguien en este preciso momento. Ya hoy día la humanidad siente tanto odio que no hace falta un gran esfuerzo para poseerlos.

-¿Porqué Caín fué tan débil? -preguntó Alice.

-Esa pregunta tiene que ver con el secreto que les voy a revelar -Arioch le dió una palmada al hombro de Caín, quien seguía inmóvil escuchando lo que aquél repugnante demonio decía -Verás, Antes de que Caín y Abel nacieran, Eva, fué atraída por una serpiente que posaba libremente en un pequeño árbol de manzanas, aquella serpiente no era más que Lucifer, nuestro ángel caído, nuestro verdadero rey. Eva, ignorante y satisfecha por la sensación, cayó en un vacío obscuro de placer, y trás morder la manzana, Eva había condenado por completo la humanidad.

-Sigo... Sin entender... -dijo Adonis.

-Adonis... Digamos que en estas últimas semanas te haz hecho un poco popular. Sólo por los lugares en los que haz pasado. He escuchado tus rumores -Arioch se cae de carcajadas y se vuelve a levantar -pero déjame decirte que tu plan es tan estúpido como tu mente. Pero me caes bien. Chico... Esa manzana no era una manzana ordinaria, aquella fruta prohibida el cual Dios advirtió a Eva y esta ignoró su advertencia era nada más y nada menos que la escencia de nuestro querido Lucifer. Los genes de nuestro ángel caído dieron un placentero orgasmo a Eva, dejándola embarazada de su primer hijo. ¡Tan, tan tan! Aquí tienes la verdad, Caín, por eso estás aquí, otorgado como un alma rescatada después de la muerte, pero tú hermano si está allá arriba pasándola bien.

Caín cayó de rodillas, presionó su cabeza con sus manos y gritó con locura y llanto. Decepcionado, y adolorido, se echó al piso lleno de barro y se abrazó las rodillas.

-Ahora bien, ¿No quieres de mis servicios? ¿Joven... Adonis...?

-La venganza... Tiene que ser tomada por él mismo afectado. Púdrete con tu trabajo a otro lugar -Respondió Adonis y le lanzó las monedas a Arioch con agresividad.

Dentro de la MaldadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora