Capitulo XXXVIII

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     ~ De regreso al infierno ~

El cielo se sentía más calmado, el nuevo mundo brillaba con una hermosa naturaleza, llena de colores, animales, árboles y vida.

Un sol radiante sin emitir calor, llenaba todo de pureza y tranquilidad. La Paz que disfrutaban las almas salvadas se dió luego del apocalipsis.

Los ángeles asesinados por Adonis no fueron más que una representación de desobediencia, dejando en claro a los angeles que ellos mismos podrían ser los próximos si abusaban de su poder.

Pero la tierra aún seguía en llamas, la sangre abundaba más que el agua y las cenizas eran el nuevo oxígeno.

Adonis no reconocía a Calista debido a su cambio. La híbrida, reaccionó de manera triste, porque no fué lo que ella se imaginó desde un principio.

Haziel llegó desde las espaldas de Adonis, con una hermosa sonrisa, ignorando todo el caos de sus alrededores.

Padre, ella es mi madre, Calista. ¿A cambiado mucho verdad?

Adonis la miraba nuevamente de arriba a abajo, luego de haberla alejado un poco, ya que Calista no lo había dejado de abrazar desde que lo vió.

Entonces... Si eres Calista... Pero ya no eres un demonio... —dijo Adonis sorprendido.

Calista sin darse cuenta, había perdido los últimos detalles de sus rasgos de demonio, el cual eran los cuernos.

Calista era un hermoso ángel, con cabello rojizo, ojos plateados y una hermosa piel pálida, con algunas pecas rondando por sus mejillas y clavículas.

Se que ya no soy la demonia de antes, tanto tiempo en el reino celestial me hizo cambiar a lo que soy ahora. Ya no soy tan ignorante, pero sigo siendo Calista. Sigo siendo el amor de tu vida. Y puedo jurar que nunca dudé de tí, siempre te estuve esperando... Adonis.

Calista procedió a abrazarlo nuevamente.

Adonis sentía calidez, al ver que la mismísima Calista lo estaba abrazando, y que su mismísimo hijo estaba feliz sonriendo a su lado.

Más allá de las cenizas, luego de tanto sufrimiento, y tanto tiempo pasado, Adonis solo sentía paz.

Duré mucho tiempo... No sé cuánto pasó, pero estuve llorando lágrimas de sangre mientras subía aquellas escaleras, estuve sintiéndo el dolor que emitían los humanos tras sus lamentos y sufrimientos. Pero justo ahora... Siento que realmente soy feliz. Todo lo que pasé y todo lo que sufrí realmente valió la pena por este momento. Ya que estamos juntos nuevamente, es hora de volver a Glacies, juntos... Los tres...

Leona llena de sangre y con cara de psicópata, sujetó su espada. Impresionando a Haziel y a Calista.

—¿Leona? No pareces tu... Tu rostro... Tu cara... ¿Que te pasa? —dijo Haziel..

Pudiste llegar al cielo... Y más allá de eso asesinar al bastardo de Lelahel... Pero Calista pertenece al tercer cielo. Ella ya no es un demonio, y obviamente tu no podrás permanecer con nosotros. Ya todo lo que tenía que pasar pasó; Calista tiene que volver al reino celestial, y tú junto con Haziel al infierno.

Adonis puede cambiar así como cambié yo... Leona... Por favor... —dijo Calista mientras caminó poco a poco y sujetó con ambas manos una de las manos de Leona.

El ángel bajó la mirada y respondió en contra de su voluntad; No es mi decisión... Solo sigo órdenes. Ya Haziel tiene una misión al igual que tú... Calista. Adonis puede volver al infierno y comenzar en paz sabiendo que logró lo que tenía que lograr... Haziel tiene la libertad de ir al cielo o bajar al infierno cuando quiera, pero Adonis no puede volver al cielo, su único camino es un portal hacia el infierno. Este mundo será destruido por completo muy pronto... Así que recomiendo que no compliquen la situación.

Dentro de la MaldadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora