Parents | Luzuplay [Karmaland]

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Con cuidado se arrastró por el suelo, usando sus brazos y codos para trasladarse con sigilo y sin ser visto por el peligroso animal que se alzaba en aquella gran piedra, pasando por detrás de esta para tomar el camino seguro. Una vez fuera de la vista de aquel animal, el tigre se colocó de pie, saliendo de aquella cueva para finalmente encontrarse con el exterior.

Pero un gruñido le colocó en alerta, una pantera salvaje se abalanzó hacia él, mostrando sus garras con intenciones no agradables; pero ha sido gracias a sus reflejos que logró evitar el ataque, colocando ambas patas frente suya y sujetando a la pantera que era mucho más pequeña que él.

Aunque eso no evitó que el tigre cayera de espaldas y ambos terminaran en el suelo.

La pantera se removió para liberarse de las garras del tigre, intentando inmovilizar a la gran bestia de franjas negras, rugiendo para  demostrar quien mandaba.

— ¿Quién t-tú eres y qué haces en mi territorio? — preguntó la pantera, mostrándose seria ante la situación.

— Espera Rodolfo, que se me ha caído la capucha — dice de pronto Luzu, colocándose nuevamente su capucha con orejas de tigre — Ahora sí, podemos volver al rol — anunció al haber logrado volver a la posición en la que estaban antes, el pelinegro de disfraz de pantera sólo soltó una pequeña risa divertida — Yo soy Luzuriaga, el tigre, provengo de las tierras lejanas del norte.

— ¿Qué es eso del norte? — el niño ladeo su cabeza confundido — No i-importa, ahora yo te voy a preguntar que... qué haces aquí y tú me tienes que decir lo que ensayamos hace unos minutos ¿Vale? — el de disfraz de tigre asintió, volviendo así ambos a sus papeles de actuación — ¿Qué haces aquí? Los tigres como tú no son bienvenidos.

— He venido a por ayuda, un leopardo ha invadido mis tierras y desde entonces, sólo ha causado caos y destrucción — explicó el castaño mientras fingía terror — Necesito la ayuda de una gran pantera como tú para que la oscuridad en mis tierras termine y vuelva la paz, como antes.

— Te ayudaré con la condición de... — alargo la última palabra mientras intentaba recordar algo que le beneficiara — De que me entregues ese delicioso tesoro que tienes en tu territorio — dijo al recordar las galletas con chispas de chocolate que aguardaban en la alacena, no pudiendo evitar soltar una risa cómplice.

— Vale, le daré lo que usted desee con tal de salvar mis tierras — aceptó de inmediato, aunque realmente no sabia de que tesoro hablaba, sólo se dejaría llevar por el rol y luego podría preguntar.

Ambos se colocaron de pie y se acercaron con lentitud a la entrada de la casa, no, la entrada de la cueva; con las colas de sus trajes arrastrándose por él suelo y con sus manos al frente, mostrando esos guantes con garras para nada peligrosas, pues estaban hechas de un material suave y algo esponjoso.

— Ahí esta — anunció en voz baja y señaló a Cieluzu disfrazado de leopardo, mordiendo con sus encías el mordedor para aliviar un poco la molestia que sentía — Míralo, se esta comiendo lo que era mi presa...

— No te preocupes, tigre, yo lo sacaré de aquí con mi gran fuerza — ambos se acostaron en el suelo boca abajo para de esa forma no ser vistos, esperando a que el leopardo se distraiga y así, poder atacarlo.

— Compañero pantera, tenga cuidado — susurró para así ambos comenzar a arrastrarse por el suelo de la casa — He escuchado que los leopardos son pequeños pero peligrosos.

— No hay de que temer, no podrá derrotarme porque yo soy invencible — Rodolfo tomó la delantera, metiéndose muy en el papel, a lo que Luzu no pudo evitar soltar una pequeña risa por lo divertido que le resultaba todo.