Parents | Luzuplay [Karmaland]

18

Abrió sus ojos con lentitud, acostumbrándose poco a poco a la luz que se colaba por la ventana de la habitación. Respiro hondo a la vez que una pequeña sonrisa se formaba en el rostro del castaño, abrazando un poco más el cuerpo del menor, cuyas piernas se encontraban enrolladas con las suyas.

Luego de aquella maravillosa cita, fueron cerca de su casa en la montaña, pues por ahí se encontraba una pequeña cápsula en donde llevaron a cabo el ritual para el cambio de apariencia de Auron. Seguidamente volvieron a casa como si nada, en donde fueron recibidos por Lana, quien se despidió no sin antes informarles del estado de sus hijos.

En algún punto de la noche optaron por dormir juntos, no era la primera vez que lo hacían, pero si la primera en donde no era por petición de Rodolfo.

Luzu hubiera continuado en esa posición junto al menor, incluso quiso volver a descansar un rato más, pero no pudo evitar notar como entre sus brazos no se hallaba el chico de slime con el que había dormido, tampoco el chico que conoció mucho tiempo atrás.

Era diferente.

Pelinegro, con un mechón amarillo que cubría parte de su frente, le parece que su piel es un poco más pálida a como era antes y sus piercings resaltaban más que cuando tenia la maldición.

— Auroncito — le llamó con suavidad para despertarlo, es como si viera su versión humanizada afectada por la maldición y eso no le gustaba mucho.

¿Ha sido su culpa? ¿Hizo algo mal en el ritual? ¿Cómo había podido cometer un error si había hecho todo paso a paso? No lo comprendía y temía que al menor le desagradara esa apariencia, pues ya no sabría como volver a cambiarla, quizás deba entregar su alma a los Dioses Oscuros para ello.

Auron se removió entre sus brazos, negándose a despertar fácilmente, pero luego de unos cuantos llamados ya había abiertos sus ojos, de un intenso color ámbar, uno que le atrajo de sobremanera.

— Luzu... — murmuró el menor para rodear con sus brazos el cuerpo del mayor, queriendo volver a dormir otra vez, pero su acción se vio interrumpida al notar la mirada sorprendida del castaño — ¿Qué? Se que soy sexy pero ya deberías estar acostumbrado a eso.

— Deberías... verte — sugirió el mayor, a lo que confundido, el menor miró sus manos, llevándose la sorpresa de el color humano en ellas y no ese amarillo extraño.

Inmediatamente se colocó de pie, casi cayendo en el proceso, yendo corriendo hacia el baño mientras era seguido por Luzu, quien se tomó su tiempo para reincorporarse y seguirle. Para cuando llegó al baño, Auron se estaba mirando en el espejo, tocando su rostro como si no pudiera creer lo que veía.

El pelinegro paso sus manos por su cabello para arreglarlo un poco, tomando entre sus dedos ese mechón rubio con curiosidad, seguidamente miró sus manos, colocandolas luego en sus mejillas, sintiendo la suavidad de su piel ahora que era humana.

Abrió sus ojos mientras se acercaba un poco más al espejo, detallando ese amarillo intenso que le daba un toque aún más diferente a como era antes de tener la maldición.

— Algo debió haber fallado... — murmuró el castaño mientras le veía arremangarse su sudadera blanca hasta los codos — Podría intentar hablar con-

— Joder... ¡Pero si me veo más atractivo que antes! — admitió sonriendo al instante, colocando una de sus manos en su barbilla para luego sonreír coqueto al espejo, haciendo poses como si fuera un modelo — Ya era hora de dejar de ser lo que sea que hubiera sido esa apariencia, me veo muy bien así... ¿Tú que piensas?

Al girarse al ver al mayor, pudo notar el suspiro aliviado que dio, había estado preocupado de que no le gustará como se veía ahora.

— Te ves muy guapo, Auron — sonrió con suavidad, sonrisa que correspondió el menor antes de que ambos salieran del baño para bajar a la sala.

El menor alzó sus brazos para estirarse, su buen humor estaba por las nubes, sentía que ese podría ser un buen día, a pesar de tener unas cuantas cosas que hacer, se sentía increíble.

— ¿Cómo crees que reaccionen los niños? — le preguntó a Luzu, quien alzó sus hombros sin saber que respuesta darle exactamente — Claramente no me van a reconocer...

— Pero le podemos explicar a Rodolfo y Cieluzu se acostumbrará poco a poco — dijo rápidamente para evitar que pensamientos deprimentes llegarán al menor, pues no deseaba que esa felicidad que desprendía se opacaráa de pronto — Son tus hijos, ellos lo aceptarán.

— Son nuestros hijos — sonrió al resaltar la palabra "nuestros", a lo que el castaño asintió sonriente.

El sonido de un celular interrumpió la burbuja de felicidad en la que se encontraban ambos; Auron identificó aquel tono de llamada como el suyo, por lo que se acercó al lugar donde provenía el sonido, llegando al sillón de la sala en donde recién recuerda haber dejado su celular ahí antes de salir con Luzu.

Miró el número que salia en pantalla al igual que el nombre del contacto, atendiendo de inmediato la llamada.

— Buenas, Fargan.

— Ten cuidado con ese sopa de veneno, Auron — le advirtió entre dientes el castaño de ojo rubí, mirando como el menor se preparaba para salir tan temprano.

— Tranquilo Luzu, sólo voy a ver que quiere enseñarme y volveré para ayudarte con el pastel para Rodolfo ¿Vale? — le dedicó una sonrisa leve para calmarle, sabe que Fargan y Luzu no se llevan tan mal como parece, eran amigos después de todo pero eso no significaba que el castaño se confiaría en que el chico búho no colocaría minas por doquier.

El mayor suspiro asintiendo, dedicándole una pequeña sonrisa para despedirse y así dejarle salir de la casa. No podía negarle al menor salir a reunirse con sus amigos, realmente no tenia ningún problema con ello.

Pero de pronto sentía un pinchazo en su pecho, uno que le causaba desagrado y le inspiraba desconfianza ante todo aquello; la llamada sin duda había sido sospechosa, conoce lo muy buenos amigos que eran esos dos, pero que Fargan le quiera mostrar algo a esas horas de la mañana...

Suspiró intentando alejar todos esos males presentimiento que tenia, queriendo pensar en positivo pues Auron siempre ha sido una persona que sabe defenderse y cuidarse por si misma, nada le podría hacer daño si lo intentaba.

Pero... ¿Y si realmente él era el que causaría el mal presentimiento?

No, él jamás haría algo malo a esas alturas, pues esta consciente de que tiene familia y todo acto malo trae sus consecuencias.