Parents | Luzuplay [Karmaland]

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El castaño y el pelinegro se despidieron de la rubia mientras partían en busca del chico de slime, el pueblo no era un lugar muy grande, por lo que solo les tomaría unos minutos. Fueron yendo por el camino de tierra, entrando incluso a varias tiendas para revisar y siendo detenidos por algunos aldeanos para halagar a los dos menores.

Luzu suspiró cansado al revisar todo el pueblo, llegando a la conclusión de que Auron se había ido sin avisar.

— Vayámonos a casa, Rodolfo... — murmuro sin ánimos, acomodándose en brazos a Cieluzu pues había despertado y parecía querer ver todo lo colorido del pueblo, estando inquieto.

Al no recibir respuesta, el adulto se giró a ver a su hijo mayor, notando como este miraba algo totalmente fascinado, con sus ojitos brillando mientras posaba sus manos en la vitrina de la tienda. Luzu miró aquel objeto, sonriendo un poco sin poder evitarlo.

— ¿Te gusta eso? — preguntó tranquilo, pero el de ojos lima le miró emocionado antes de avergonzarse y negar con rapidez, tomando la mano del adulto para tirar de ella y comenzar a dirigirse fuera del pueblo.

Luzu simplemente negó divertido antes de seguirle, mirando por última vez lo que tanto veía el menor antes.

Las puertas de la casa se abrieron para que así la familia pudiera ingresar, siendo Rodolfo el primero en comenzar a subir las escaleras hasta su habitación para poder descansar, ya que tanto caminando le cansaba. El castaño fue quien se dirigió a la habitación del bebé, dejandole descansar ahí igualmente, pues Cieluzu era un completo dormilón a pesar de ser bastante tranquilo y no gastar tanta energía.

El de ojo carmesí descendió a la sala dispuesto a ir a la cocina para tomar un vaso con agua y poder refrescarse; sin embargo, se encontró con Auron organizando cosas que venían en una bolsa de compras.

— ¡Auroncito! — sus ojos de inmediato se iluminaron al ver al menor, mirada que se opaco al instante al no recibir respuesta alguna pues el de naranja estaba muy ocupado como para querer prestarle una mínima atención, ni siquiera una mirada le dedico — ¿Auron? — se le acercó lento, notando el ceño fruncido que tenia — ¿Estás... molesto conmigo aún?

Como si un niño que hubiera hecho una travesura y estuviera arrepentido, buscando el perdón de cualquier forma posible, le abrazo desde atrás, rodeando sus brazos alrededor de la cintura del más bajo para juntar sus cuerpos en un cálido abrazo.

Auron no dijo nada, pero se mantuvo inmóvil, sorprendido del actuar del más alto, posando sus manos delicadamente sobre los brazos que rodeaban su cintura a la vez que soltaba un suspiro cansado. El ambiente se relajó de inmediato, estando ambos en un cómodo silencio mientras se mantenían en esa posición, con el mayor queriendo demostrarle que le quería y el menor dejandole expresarse sin querer interrumpir.

— Lo siento, Auron — murmuró el castaño, escondiendo su rostro en el espacio entre del cuello y el hombro, respirando profundo mientras se llenaba de calma y pesar por su aroma — Se que soy un idiota muchas veces, pero realmente no deseaba querer herirte ni que te molestaras conmigo, yo realmente te aprecio y no soportaría perderte o que te alejaras de mi.