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Aleja cualquier tipo de espadas de Rodolfo, Auron suele dejar mil tiradas por ahí así que no seria sorpresa con que te encuentres una en la alacena — le explicó por tercera vez el castaño de ojo rubí a la rubia de ojos grises que tenia en brazos a cierto castaño de ojos oscuros.

Tampoco soy muy desordenado — se quejó el de apariencia de slime a su lado, recibiendo como respuesta la risa del mayor —

Como decía Lanita, Cieluzu le cuesta un poco dormir lejos de nosotros, así que quizás te de algo de batalla, te recomiendo que juegues con él hasta que se canse y puedas dormirle — una vez más la rubia asintió ante las indicaciones.

Don't worry, Luzu! Me ocuparé de los niños y para cuando vuelvan ellos estarán durmiendo como los angelitos que son — aseguró Lana con una sonrisa dulce en el rostro, mirando al mayor de los adultos.

No lo dudo — correspondió la sonrisa con igual dulzura, acción que provocó que el de naranja frunciera el ceño ligeramente y tomara suavemente la mano de Luzu, recordándole de esa forma que se estaba haciendo tarde — ¡Bueno, Lana! Tenemos que irnos, te deseamos suerte.

El castaño se acercó a la mujer para apartar el cabello de su hijo y dejar un dulce beso en su frente, proceso que repitió al acercarse al pelinegro, quien jugaba con sus manos algo inseguro por el hecho de que sus dos padres salieran de casa a altas horas de la noche, recordando perfectamente a los monstruos que aparecían a esas horas.

Auron notó esa mirada de preocupación en los ojos lima del niño, así que se acercó para agacharse a su altura, capturando completamente su atención.

Vamos a volver ¿Vale? Mañana cuando despiertes estaremos en casa sanos y salvos — murmuró para tranquilizar al pelinegro, quien aún dudoso, se acercó para abrazar a su padre con fuerza, no queriendo dejarle ir.

¿L-Lo prometes? — susurró aún sin alejarse, sintiendo como los brazos del adulto correspondían el abrazo, haciéndole sentir protegido.

Lo prometo — aseguró con confianza.

El abrazo duró unos segundos más antes de tener que separarse, a lo que Auron se levantó para volver, no sin antes revolver con cariño el cabello oscuro y suave de Rodolfo, haciéndole soltar una pequeña risa tierna mientras intentaba acomodar su ahora desordenado cabello.

El de naranja se acercó ahora a la mujer, mirándola un momento antes de que ella apartara su rostro con clara molestia, a lo que le resto importancia eso, besando la frente de Cieluzu con amor para así despedirse de él, volviendo con el castaño de flequillo. Puede que a Lana no le caiga bien y ella a él tampoco, pero eso no le impedirá despedirse apropiadamente de sus niños.

Una vez ambos mayores se despidieron de sus hijos, salieron de la casa para mirar las hermosas estrellas que adornaban la noche junto a la luna, suspiraron al mismo tiempo para luego reírse, estaban algo nerviosos, pero igualmente estaban felices.

¿A donde iremos? — preguntó con curiosidad Auron.

Al restaurante del pueblo — respondió a la pregunta, a lo que el de naranja se alejó un momento para ir a un lado de la casa, en donde un chocobo de plumaje blanco y una cola de diversos colores se encontraba esperando, silbando de vez en cuando.

El de naranja se subió al chocobo, tomando las riendas mientras se colocó un poco más hacia delante en la silla de montar, mirando después al mayor para extenderle una mano. Luzu negó sonriendo a la vez que tomaba su mano, impulsándose para así sentarse atrás suya y rodear sus brazos en la cintura del menor.

Parents | Luzuplay [Karmaland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora