SEPTIMO AÑO VI

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Julio, 1992

Mi conciencia despertó y sentí como si un camión de carga me hubiese pasado por encima. Mis párpados se negaban a moverse demasiado y sentía la garganta rasposa. Sed, tenía demasiada sed.

Poco a poco fui abriendo los ojos. La luz del día me cegó instantáneamente. Intenté erguirme en la cama y cuando sentí el colchón viejo bajo mi cuerpo, supe que estaba en la enfermería.

—¡Por fin has despertado! —escuché a Beatrice a mi lado—. Maldición, Rose Grey, deja de darme estos sustos.

Cuando al fin pude ver bien, observé a mi amiga. Bea estaba con los ojos brillosos. Podría contar con los dedos de una mano las veces que la había visto llorar, no era tan sentimental como yo. Pero en esta ocasión, más de un par de lagrimas salían de sus ojos, mezclando su verde tan vivo con el rojo de la irritación. Se lanzó sobre mi y me abrazó con fuerza, sin importar nada.

Como si hubiese sido un botón de activado, la abracé de vuelta y comencé a llorar yo también, desconsoladamente, recordando lo que había sucedido con anterioridad y sabiendo que aunque quisiera con todas mis fuerzas, no había sido una pesadilla.

Cuando decidimos soltarnos, creí que era momento para que ella también estuviera al tanto de la situación. Sabía que iba a dolerle, por el simple hecho de tratarse de su novio, pero Bea merecía saberlo. No obstante, cuando estaba a punto de decirle, la figura del Profesor Dumbledore, la Profesora McGonagall  y el Profesor Flitwick se anunciaron por la puerta de la enfermería. Entendí entonces, que nuestra charla debía esperar.

—Me alegra que este de vuelta con nosotros, Señorita Grey —comentó sonriente el director cuando llegó a mi cama.

—Habla como si hubiese estado en otro lugar, profesor Dumbledore.

—Estuviste dormida por una semana, Rose —me confesó Beatrice—. Ya creíamos que entrarías en ese estado que los muggles llaman coma.

¿Una semana? ¿Qué había sucedido desde entonces? ¿Dónde estaba Critt? ¿Qué había pasado con Callen? ¿Y Brook?

Abrí la boca para sacar la avalancha de preguntas que tenía en la punta de la lengua, mas Dumbledore levantó la mano para que me detuviera y me calmara, como si supiera todo lo que estaba pensando en aquel momento.

—¿Señorita Johnson, nos podría dar un momento a solas con la Señorita Grey? —preguntó Dumbledore a Bea.

Beatrice asintió repetitivamente y como nunca, sin rechistar, salió de la enfermería. Seguramente volvería luego de la charla con los profesores.

La escena era de temer. Parecía que iban a reprenderme por algo malo que había hecho. 

—Jamás pensamos que algo así podría ocurrir —comenzó a decir el profesor Dumbledore—. Lamentamos que haya tenido que pasar por esto .—Me limité a observar mis manos entrelazadas, recordando todo—. Necesitamos saber su versión de los hechos, Señorita Grey.

—¿Mi versión? —mi voz salió tan rasposa que la profesora McGonagall se dirigió a la mesita de noche para darme un vaso de agua—. Gracias.

—El Señor Edevane nos facilitó un relato breve de lo que el alcanzó a presenciar aquella noche —habló ella—. Lamentablemente vio muy poco de lo sucedido y no pudo decirnos con exactitud lo que había pasado.

Los observé por unos minutos, debatiéndome internamente. Intentaba encontrar el dónde comenzar. Hasta que, con algo de dudas, mi voz temblorosa comenzó a relatar lo acontecido de inicio a fin; los continuos abusos de Malcom, tanto hacia mi como a los demás hijos de padres muggles, las amenazas, la carta a duelo, todo...hasta llegar a Critt.

Rose Grey y la historia perdida en el tiempo [#1] [Charlie Weasley x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora