Capítulo 13: Eco y el origen del Pozo de Darvaza

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Es bien sabido por las leyendas que Zeus le fue infiel a Hera infinidad de veces pero... ¿alguna vez le fue ella infiel a él?

Esta historia comienza con un amor espontáneo e inesperado que surgió entre Hera y un mortal. Mas, temerosa de que Zeus la descubriera, se vio obligada a alejarse de él (aunque no lo suficientemente pronto como para evitar que un su vientre se hubiera comenzado a gestar una nueva vida).

La diosa dio a luz en los Jardines de las Hespérides y dejó al vástago recién nacido a cargo de las ninfas para ocultarle su existencia a Zeus.

Pero aquel niño creció y un día decidió descubrir el mundo de los humanos. Mientras paseaba por la ciudad de Tebas, dos maleantes se tropezaron con él.

-¿¿Has intentado robarme?? -Dijo uno de los ladrones tras chocar con Eco.
-No, yo nunca haría nada tan horrible. -Dijo el inocente semidios, que creía que todos los humanos eran seres bondadosos y honrados.
-Pues a mi me falta dinero. -Dijo el timador alzando la voz para que todo el mundo le oyera.
-¿Acaso estás llamando mentiso a mi amigo? -Dijo el otro hombre mientras le daba con el dedo índice en el pecho tratando de amenazarle e intimidarle.

El joven mestizo se percató de que mentían pero aún así le dio algo del dinero que llevaba encima para evitar problemas. Por desgracia, aquellos maleantes no pensaban igual y afirmaban que no quedarían satisfechos hasta que les diera todo lo que llevaba encima, pues si no lo hacía tendrían que recurrir a las manos. Eco no podía darle todo su dinero porque sino no podría proseguir con su viaje pero tampoco pelear, así que trató de ignorarlos.

Aquellos estafadores vieron esa actitud como una ofensa y trataron de golpearlo, mas sus genes divinos le habían dado a Eco una habilidad nata para el combate y éstos se manifestaron en aquel momento haciéndole reducir en segundos a sus dos atacantes.

Cuando los soldados de la polis llegaron los dos estafadores estaban en el suelo y Eco sujetando a ambos. Quedaron sorprendidos de que alguien con una complexión física poco excepcional (pues no era ni muy alto ni muy musculoso pero tampoco bajo ni enclenque).

Quizás fue el destino o fue todo casualidad, pero aquello hizo que reclutaran a Eco para el ejército y que pronto este destacara tanto que acabara al mando de un escuadrón al que destinataron a explorar el continente asiático.

Su escuadrón, pese a su pequeño tamaño, logró numerosas conquistas llegando incluso a rivalizar con Alejandro Magno. A pesar de su aspecto y de su inocencia, Eco había comido una manzana de oro y, por tanto, hacía siglos que era inmune al paso del tiempo y los años le habían concedido una sabiduría y experiencia que muchos hubieran deseado.

Con el tiempo, solo la rivalidad entre él y Alejandro Magno no solo desaparició sino que dio lugar a un tórrido romance entre ambos. Por desgracia, la fortuna no le fue propicia y al destacar tanto llamó la atención de Zeus, quién acabó descubriendo sus raíces y le tendió una trampa a Alejandro Magno para romperle el corazón.

Sin embargo, cuando Alejandro Magno se disponía a ir al Desierto de Turkmenistán, Eco lo persuadió para ir en su lugar. El semidios fue emboscado por persas que esperaban conseguir la cabeza del joven conquistador macedonio.

Todos los hombres de Eco murieron en el fragor de la batalla, pero el hijo de Hera, mostrando una gran destreza y pericia en el combate, logró hacer huir a los persas.

Zeus, furioso porque su ardid no hubiera salido tal y como lo había planeado, lanzó un rayo contra Eco creando el Pozo de Darvaza (un cráter de fuego que arde y nunca se apaga)...

Según cuentan, aquel lugar quedó tan olvidado que aquel pozo se cubrió con arena hasta el año 1971 que fue descubierto accidentalmente por unos geólogos soviéticos... se dice que si se presta atención todavía se puede ver por la noche el alma de Eco ardiendo entre las llamas y gritando de dolor.

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