¡Sólo tú, imbécil! (Editando)

Capitulo 11 - Explicaciones

Cameron

Él no me podía estar haciendo esto. No entendía absolutamente nada.

¿Qué demonios estaba sucediendo? No lo sabía.

Salí de la oficina del director, frustrado y confundido. Aún con sus palabras resonando en mi cabeza, aún con nuestra conversación en mi mente.

"—Señor Jones —saludó el director,

—Buen día, director.

—Supongo que ya sabe por qué lo he mandado a llamar.

—Pues...—no lo sabía.

—No se preocupe, su padre me ha puesto al tanto de la situación y entiendo perfectamente.

¿Mi padre? ¿Qué tenía él que ver en todo esto?

—Aunque debo decir que me apena que usted tenga que dejar este instituto a mitad de año —continúo mientras se acomodaba los lentes—. Es un excelente alumno, con una capacidad intelectual muy alta.

Le hubiera agradecido el cumplido si no fuese que la primera oración hubiera bloqueado todo.

—Eh, gracias, pero...

—Su padre me dijo que necesitaba hacer los trámites cuanto antes ya que su vuelo estaba muy próximo.

¿Vuelo? ¿Qué demonios? Mi ceño se frunció al oír tal cosa.

—Bueno y eso era básicamente lo que tenía que decirle —dijo el director, acomodándose el traje—. Oh sí, y que me encargaré de hacer que el entrenador dé su carta de recomendación. Sé que le ayudará mucho.

—director, creo que...

El pitido del teléfono me interrumpió e hizo que alzase la mano indicándome que le diese un momento para contestar.

—Señor director, la reunión con los coordinadores del festival ha empezado y solo falta usted.

—Ah, lo había olvidado. Gracias, Beth —después de que colgase la llamada, se puso de pie—. Lo siento mucho, como podrás ver señor Jones, hay asuntos que requieren mi total atención —se levantó de su asiento.

Apreté los labios.

—Entiendo —en realidad, no lo hacía.

—Le diré a la señorita Beth que se encargue de todos los trámites para tu transferencia ¿de acuerdo?

—Eh... ¿Bien? —respondí inseguro y a la vez convencido de que se trataba de un error.

Aunque mi respuesta sonase más como una pregunta él no lo notó"

Quise creer que se trataba de solo una absurda confusión y tener eso presenté me ayudó a sobrellevar con tranquilidad latente las próximas horas de clases.

Hasta que llegué a casa.

Mis oídos escucharon una acalorada discusión proveniente de la segunda planta y eso debió ser una clara advertencia para no subir, pero lo hice.

Fui cauteloso en todo momento como a la misma medida fui escuchando más gritos por parte de mi madre y padre. Sabía que se llevaban mal pero casi nunca se gritaban con tal intensidad.

—¡Pues ya ves que sí! ¡Se acabó, Jessica!

—¿A estas alturas enserio quieres dejarme? ¿Después de todo lo que hemos pasado?

Me acerqué a la habitación de mis padres y para mi fortuna la puerta estaba entreabierta, así podría escuchar un poco más de lo que hablaban. Aunque no era como si ellos dejasen de discutir si me viesen.