¿Qué pasaría si dos personas exactamente iguales caen el uno por el otro?
Algo tan usual, ocurre casi siempre ¿no?
Bueno, eso sucedió con Madison Johnson y Cameron Jones. Ambos tan obstinados, tan orgullosos, tan vengativos. Quizás tan jóvenes o tan idiotas como para manejar las situaciones, pero ambos con los sentimientos lo suficientemente fuertes el uno por el otro, aunque como mencioné, eran tan estúpidos como para entenderlo y gestionarlo.
Porque cuando dos personas exactamente iguales se juntan y enamoran no solo las virtudes y el amor se ven reflejados entre ellos, los defectos también, porque ambos tomaron la mano del otro, pero también se soltaron.
Del odio al amor hay un paso. Del amor al odio también. Sea cual sea el orden, el procedimiento era el mismo: Un desastre.
Madison creía que el amor era relativo y Cameron, en el fondo, pensaba exactamente igual.
Él tampoco había experimentado el amor, aunque el creyera sí y que tenía al lado al "amor de su vida". No obstante, él sabía que no era lo que todo el mundo describía como algo especial. Para él, el amor estaba bien, pero no era la gran cosa. O al menos, eso sentía en lo que respecta a su novia.
Pero llega el ansiado momento, donde la vida, el destino o Dios como quieran llamarlo, te da una bofetada de cruda realidad en la cara y te demuestra que lo que tu creías ser... pues siempre puede estar distorsionado.
*Adelanto*
—¡Pintaste mi auto el otro día! —me acusó— ¡Admítelo!
Mi silencio creaba dudas, pero mi sonrisa burlona confirmaba todas ellas.
—¡Pagarás lo que gasté! —destilaba furia—. ¡Y verás como te vas al instituto porque no te pienso llevar!
Me reí por lo que acababa de decir, no podía ser más idiota.
—No te pagaré nada —aclaré—. Te lo mereces, no me arrepiento de nada.
Apretó la mandíbula pude notar como la vena fina en su cuello salía a relucir y cómo parecía hacer un esfuerzo sobrehumano por no soltar palabrotas.
—Bájate de mi auto —ni me miró—. Suerte con llegar a tiempo al examen que tomará el profesor Herricks.
Mi sonrisa se debilitó un poco. Maldita sea, no me había acordado.
Bajé de su auto como lo pidió, pero no me marché.
Veía como miraba al frente, el enojo en su mirada no desaparecía y de repente una idea se me ocurrió y no pude evitar echarle un vistazo a su auto. Se notaba que estaba recién pintado y pulido, completamente reluciente.
Aún tenia la lata de aerosol de la otra vez y rogaba para que Cameron no se diera cuenta cuando lo sacaba lentamente de mi mochila y ciertamente no lo hizo, él tenía la mirada puesta en algún punto fijo del frente.
Sin esperárselo, la pintura rosa se impregnó en su auto como la otra vez, solo que en esta ocasión era una enorme raya, una que sería difícil de quitar.
—¡¿Qué mierda haces?!
—Si yo llego tarde al examen, tú también lo harás porque no creo que quieras ir al instituto con el auto hecho una mierda.
Se bajó del auto y observó incrédulo la obra de arte que acababa de hacer.
Sin esperar una respuesta de su parte, me largué de ese lugar no sin antes sentir la satisfacción recorrer por mi cuerpo.
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¡NUEVO PRÓLOGO AMIGOS!
¿Opiniones? ¿Notan alguna mejoría? No es mucho pero hago lo que puedo. Estoy mejorando en ello.
Kisses, Stunning Moon.
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¡Sólo tú, imbécil! (Editando)
Genç Kurgu¿Qué pasaría si dos personas exactamente iguales caen el uno por el otro? Algo tan usual, ocurre casi siempre ¿no? Bueno, sucedió con Madison Johnson y Cameron Jones. Ambos tan obstinados, tan orgullosos, tan vengativos. Quizás tan jóvenes o tan i...