Cameron
Habían pasado un par de días después del último conflicto con Madison. Decidí mantenerme alejado de esa chica, quería evitar los líos que mi mente estaba empezando a hacer sin razón alguna. Aparte de que no quería ganarme otra bofetada por su parte.
Apenas resonó el timbre, indicando que teníamos un momento para ir a la cafetería, me dirigí a ella en busca de mi grupo de amigos. Llegué al lugar y lo primero que hice fue fijar mi vista en donde ellos siempre se encontraban. Y sí, efectivamente ahí estaban. Lucas, Alex, Annette, Diego, Micaela y...
Madison.
Bien. Hasta ahí llegaba mi propósito de mantenerme alejado de ella.
Como sea, eso no era impedimento para no ir con ellos, yo no era tan infantil.
"Le tiraste un batido para llamar su atención, idiota."
Eso era un caso esporádico ¿bien?
Ella estaba ahí. Escuchando atentamente algo que estaba diciendo el idiota de Williams como todos los demás.
Sin embargo, levantó su vista y me vio caminando hacia su dirección y su expresión se endureció al instante de verme, hasta pude notar como el verde brillante y pulido de sus ojos, se oscurecían conforme me iba acercando. Oh, la clara expresión de su disgusto hacia mi persona, esa no podía faltar.
Su expresión de disgusto era clara, no había ni un rastro de sorpresa así que supuse que sabía perfectamente que ellos eran también mis amigos.
Aisa no estaba conmigo ya que tenía entrenamiento con su equipo. Y agradecí por ello, me sentí aliviado. No sabía por qué.
Diego, que estaba a su lado, se dio cuenta de su repentina actitud. Gracias a Dios él fue el único que lo hizo, los demás estaban atentos hacia lo que decía Lucas. Agradecí que fuera discreto y no dijera absolutamente nada más que limitarse a mirarnos con intriga, como si intentara descifrar no sé qué.
—¡Y el muy imbécil vomitó por la nariz! —exclamó, Lucas haciendo que todos hicieran muecas de asco combinadas con burla.
—Eso debió doler —Annette hizo una mueca de desagrado, supuse que se estaba proyectando aquella imagen.
—¿De qué hablan? —intervine yo.
Todos posaron su vista en mi y me saludaron animadamente, claro, excepto Madison.
—La vez de que James vomitó por la nariz en la fiesta de Matthew ¿Recuerdas? —explicó, Lucas.
Oh, claro que lo recuerdo. Solté una risa sonora al recordar aquel épico momento.
El idiota no sabía dónde poner la cara el día siguiente, yo opté por no reírme de su desgracia... bueno tal vez sí lo hice, pero muy disimuladamente para evitar que se avergonzara más de lo que ya estaba. Aunque después de lo de la otra vez, tenía unas ganas inmensas de recordarle su desgracia y reírme abiertamente en su cara.
—¿Y qué sucedió después de eso? —increpó Madison, mirando a Lucas e ignorándome por completo.
—Sinceramente estaba tan borracho que no me acuerdo lo que pasó después —respondió, algo desanimado hasta que me miró y sonrió— Aunque Cameron estaba sobrio. Anda, cuéntanos qué sucedió luego.
Quise reírme al ver la expresión de Madison. Definitivamente su intento por fingir que no existía se fue al carajo.
Me miró de mala gana y desvió su vista. Nadie se dio cuenta -a excepción del castaño de su lado- ya que estaban mirándome ansiosos para que les cuente el desenlace.
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¡Sólo tú, imbécil! (Editando)
Ficção Adolescente¿Qué pasaría si dos personas exactamente iguales caen el uno por el otro? Algo tan usual, ocurre casi siempre ¿no? Bueno, sucedió con Madison Johnson y Cameron Jones. Ambos tan obstinados, tan orgullosos, tan vengativos. Quizás tan jóvenes o tan i...