Residuos de Amor

Capítulo 8

Ambar:

Lo primero que hacemos al llegar es instalarnos y termino compartiendo habitación con una de las chicas.

—Soy Cathy.—Ella me ofrece la mano mientras permanece sentada en el filo de la cama, justo frente a mí.

Me detengo con mi maleta corrediza a mitad de la sala y acepto su mano.

—Ambar... mucho gusto.

—Bueno, Ambar.—Rompemos nuestro apretón de manos.—Seremos compañeras los próximos 7 o 8 días.

—Eso parece.

Ella me observa con una ceja alzada.—Eres nueva.. ¿No?

—Sí, Logan me ofreció participar.

—¿Logan?.—Ella me mira sorprendida y sonríe—Lo siento, es solo que casi nadie lo llama Logan.

—¿Y cómo le dicen?

—Davis.

—¿Por su apellido?

—Si.. Tú..—Me examina.—Ustedes parecen ser muy íntimos.

¿Íntimos?

—Nos conocemos desde la preparatoria.

Ella abre los ojos.

—Oh, ya entiendo.—Pronuncia mirándome, su expresión cambia.—Eso explica porque estas aquí.

—¿Disculpa?

—Que es porque son amigos.

Trago saliva.

Ella sonríe, se pone de pie y se dirige al baño, otra vez empiezo mal como en la anterior orquesta.

A los minutos escucho la ducha, suspiro y escojo la cama vacía, guardo mi ropa en los cajones y saco las cosas útiles que usare todo los días, como el cargador, mi laptop, mis útiles de limpieza personal, también saco algunas prendas junto a mi pijama y lo pongo debajo de la almohada.

Golpean la puerta y me levanto a abrirla ya que mi compañera sigue tomando una ducha, abro la puerta y primero lo veo de espaldas, Logan se gira hacia mí y sonríe.

—Hola.. ¿Todo bien?.—Me pregunta.—Quería saber si tu y Cathy estaban cómodas.

Miro detrás de mí, Cathy ha salido del baño con una toalla alrededor de su cuerpo y se ha sentado sobre la cama, está escogiendo su ropa, vuelvo mis ojos hacia Logan y sonrio.

—Estamos bien.

—Quiero disculparme si no pude darte una habitación para ti sola, estamos cortos de presupuesto para el viaje.

Vuelvo a mirar a mi compañera, tiene una expresión burlona, obviamente acaba de escuchar lo que dice Logan.

—No te molestes con eso, Logan.—Pronuncio y me observa confundido.

Suspiro y salgo de la habitación juntando la puerta detrás de mí.

—Estoy bien, no me molesta compartí habitación con Cathy.—Respondo.—Y sé que nos conocemos hace tiempo, pero... ¿Podrías tratarme igual que todos?

—¿Qué?

—No es que no me agrade, pero no quiero que los demás miembros de la orquesta piensen que tengo privilegios contigo.

—¿Eso crees que pueden pensar?

—Eso creo.

El me examina, suspira.

—De acuerdo, si así te sientes más cómoda.—Responde, señala detrás de el.—Creo que me iré.

Miro detrás de mí.