Ambar:
Los últimos tres días del concierto se pasan rápido y el ultimo día que nos quedamos la paso con él, sin embargo, al regresar comparto el asiento con Cathy, lo cual no está mal, aunque hubiera preferido no tener un interrogatorio de parte de mi amiga.
—¿Te acompaño?. —Me pregunta Logan cuando ya casi todos se han ido.
—¿No tienes que volver?
—Hasta mañana no.
El corazón se me acelera.
—Si me invitas.
—Lo estas.
Su sonrisa lo dice todo.
(*)
—Joder...
Apenas llegamos dejamos nuestros equipajes en la sala del departamento que alquile y fuimos directo a la habitación.
Y ahora estamos aquí.
Quise ir arriba esta vez y él me dejo, me moví como me gustaba, como no lo había hecho en mucho tiempo porque a Kellan no le gustaba.
El prefería tomar el control, en cambio Logan me deja estar cómoda, me deja a mi manera y por el resultado parece que lo hago bien.
Me muevo de adelante hacia atrás mientras sus manos se clavan en mis caderas, él se levanta y me abraza cuando ya siente su orgasmo acercarse, me rodea el cuerpo con los brazos, retira mi cabello y hunde el rostro en mi cuello mientras comienza a regalarme sonidos sexys.
Paso las manos por su cuello y las llevo a hasta hundir mis dedos en su cuero cabelludo, brinco cerrando los ojos, echando la cabeza hacia atrás, me muevo sin control, también cambio de postura de adelante hacia atrás frotando su erección dura dentro de mí y con un último brinco termino corriéndome.
Agitados nos detenemos, Logan retira los cabellos de mi frente mojada y me acaricia las mejillas antes de besarme.
Me sonríe complacido y volvemos a empezar.
(*)
—Sí que tenía ganas de hacerlo otra vez. —Me dice Logan mientras descanso mi cabeza en su pecho. —Aunque siento que avanzamos muy rápido.
—Somos algo mayores para ir despacio.
Y solo quiero hacer lo que debí haber hecho hace tiempo, estar con él.
—¿Me estas llamando Viejo?
Sonrio sobre su pecho y me inclino a verlo, Logan me acaricia la mejilla y yo me inclino a besar sus labios.
Mi sonrisa se borra cuando recuerdo a un adolecente Logan haciéndome la pregunta que cualquier chica enamorada desea escuchar.
Y que yo deje ir.
—Si.
—¿Qué..?
Trago saliva. —La pregunta que me hiciste cuando te me confesaste.
Sus ojos se abren.
—Hubiera deseado decir que sí.
Retira mi cabello y lo coloca detrás de mi oreja.
—Puedes hacerlo ahora.
Mis ojos se abren.
Con los ojos brillosos, pregunta. —Esta vez.. ¿Serias completamente mía?
El corazón se me acelera.
—¿Serias mi novia, Ambar?
Sin dudas le respondí, lo que debí responder años atrás.
—Si.
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Residuos de Amor
Любовные романыAmbar Morrow tuvo la oportunidad de elegir y escogió al chico incorrecto, se dejó cegar por la apariencia perfecta y por querer vivir el hermoso cuento del chico que cambia por la chica indicada. Pero Kellan no fue ese chico, el nació roto y ella n...