Parte Trece

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    De la nada, y casi sin planearlo, los días se hicieron más llevaderos para Charles; ya fuera porque con sus piernas lograba entretenerse con actividad física, o porque estaba manteniendo una especie de relación con Erik.

    Ninguno de los dos sabía muy bien que era lo que tenían, pero les gustaba. Estuvieron unos dos días tonteando por toda la casa, dirigiéndose sonrisas vergonzosas, charlas en susurros tiernos y love-eyes. Hasta que llegaba la noche, donde el resto decidía mirar una película en la sala, y ellos aprovechaban para "jugar ajedrez", o por lo menos eso decían.

    Nadie, ni siquiera Hank y Raven, los mayores Cherik-shipers, sabían de esa relación extraña y sin nombre que estaban manteniendo, pero lo preferían así. No querían propuestas tontas de "citas dobles", o la burlona sonrisa de Raven persiguiéndolos por toda la casa.

    Preferían mantener eso de la forma más íntima, escabulléndose en los rincones, acariciándose por debajo de la mesa, y guiñándose a la distancia. Eso solo los hacía extrañarse más durante el día, y amarse más por la noche.

    Solían desconectarse completamente del resto de la casa cuando éstos se quedaban mirando una película abaja, pasando tiempo en la habitación de alguno, normalmente entre charlas intensas que ahora no tenían un sub-texto rencoroso, sino un tono amigable, felices de poder compartir el tiempo con una mente tan brillante como la del otro.

    Así pasaban varias horas, entre caricias, besos y susurros, hasta que el sueño les superaba. Desde la noche en la que habían tenido sexo, no habían vuelto a dormir en la misma cama, y aunque lo deseaban muchísimo, querían tomarse las cosas con calma.

    Con caaaaalma, yo quiero ver como ella lo menea, I like your pum pum girl. Okno.

   De todas formas, esa calma no impedía que pasaran horas acurrucados, con la cara del otro a su lado, a una distancia no recomendable por la Organización Mundial de la Salud, ya que sus narices básicamente se chocaban y el aire era compartido. Pero no podía ser de otra forma, ya que así, la distancia para besarse era muy corta, y los susurros de ambos se escuchaban a la perfección, como si las palabras estuvieran a punto de escapar y tuvieran que encerrarlas entre ambos.

    La voz de Erik era áspera al susurrar, cosa que le encanaba a Charles, mientras que éste solía liberar pequeños gemidos ahogados entre besos que eran solo audibles para el otro.

    Así venían siendo sus noche hasta el domingo, en la cual tuvieron que cortar su encuentro repentinamente. Varios gritos llegaron desde abajo, interrumpiendo la velada; y asustados e intrigados por lo que pasaba, abandonaron la habitación de Erik y bajaron lo más rápido posible.

    Scott estaba con el cabello desalineado y respirando con rabia, Peter lo miraba desde el otro lado de la sala, con la cara rasguñada. Jean junto a Kurt, controlaban a su novio, o más bien le gritaban que era un imbécil, mientras que Ororo calmaba al de cabello plateado, que parecía al borde de las lágrimas.

    A todo ésto, Raven y Logan separaban a ambos adolescentes, Hank abrazaba a Rogue y Alex llegaba con una bolsa de hielo que le entregó a la niña.

    —¡¿Qué está pasando acá?!— gritó Charles con voz firme, alterado por la situación.

    —¡Scott es un idiota!

    —¡Callate, Ororo!

    —¡No estás en situación de defenderte!— le gritó Jean a tu novio.

    —¡Nadie respondió mi pregunta! ¿Qué le pasó a Rogue?

    —Que te lo explique Scott— respondió Logan, con voz cortante.

It's Corona-Time [X-Men] [Cherik]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora